Capítulo 14

2.7K 272 143
                                    


Capítulo catorce.

Cuando volvimos de casa, mamá y yo ya estábamos un poco más relajadas y descansadas. La ducha en verdad nos ayudó.

Así que terminado, nos dirigimos lo más rápido posible al hospital, en cuanto llegamos, Lena y Emilio se fueron a sus casas para dormir y volver al día siguiente y ahora estamos aquí. Milo despertó hace unas horas y estamos esperando que lo den de alta para poder irnos a casa.

—¿Dónde está? Quiero hablar con él. —Llega Lena disparada y en cuanto ve a milo se deja llevar. —¿Qué te ocurre? ¿Crees que todo esto esta bien? ¿Pensaste que no te diría nada porque estabas enfermo? Pues no, no te salvas de mi, escúchame muy bien Milo, solo porque Olivia no tiene las fuerzas para regañarte y gritarte como te lo mereces lo haré yo. Última vez que harás esto y lo digo muy enserio porque a la próxima que intentes hacer lo mismo, te encontraremos y créeme que yo no seré nada amigable, mucho menos tu hermana. No me importara con quien estás o que estás haciendo. Si veo que te estas metiendo otra cosa ilegal no dudare en hacer lo que esté en mis manos. ¿Sabes todo lo que nos hiciste pensar? ¿Toda la preocupación que le causaste a Mónica y a Olivia? —Termina diciendo lo ultimo exasperada y casi llorando, después se acerca y lo abraza, Milo todavía recostado en la cama del hospital.

—Tranquila rubia, estoy mejor y se que lo que hice no fue lo más inteligente. —Responde mi hermano, devolviéndole el abrazo.

...

Vamos llegando del hospital, entramos a casa. Mamá y yo ayudando a Milo a pasar, él apoyándose en mi hombro y del otro lado hace lo mismo con mamá.

Subimos las escaleras de la misma manera. Caminamos hacia la habitación de Milo, que está al final del pasillo. Abro la puerta blanca y nos metemos. Miro hacia mi alrededor y veo todos los posters de bandas que le gustan a mi hermano, junto con algunas cosas personales. Me entretengo inspeccionado todo el lugar, hace bastante tiempo que no entro al cuarto de Milo. Él camina hacia su cama, se sienta y suspira captando mi atención y haciendo que despegue mis ojos de las imágenes.

Mama y yo nos quedamos ahí paradas pensando en cómo decirle. Bueno no le dire yo, lo hará ella y aunque se que será algo difícil. Tengo mucha preocupación de la reacción de Milo, si bien él no es la persona más optimista, es extremadamente honesto y se muy bien que no lo tomara bien a la primera, aún así muy fondo en el corazón espero que reaccione bien. De nuevo, conociéndolo se que no será así. De todos modos, tendrá que hacerlo, no es una opción, él perdió el derecho a decidir eso desde el momento qué hizo todo.

—¿Pueden dejar de verme así? Se que lo que hice está mal, vamos grítenme, lo merezco. Solo acaben con esta mierda de una vez.

—No hijo, no te hablaremos fuerte. Tanto tú como nosotras, estamos cansadas.

La tensión en el cuarto es más notable y aquí es cuando miro a mamá con cara de "Lo haces tú o lo haré yo", Estoy tan cansada que no puedo esperar a darme una ducha y recuperar las horas que no he dormido por estar en el hospital, pero esto está demorando mucho.

Se que este es un tema serio y hay que tratarlo delicadamente pero ya hubiéramos terminado hace un tiempo...

Hay muchas maneras de como esto puede salir, o muy bien o extremadamente mal. Puede que Milo se enoje, no nos hable por un tiempo, después, si tenemos suerte, no se escapará y hará lo correcto. Pero vuelvo a lo mismo, esa es una de muchas posibilidades.

—Milo...Necesitas ayudas, tú hermana y yo ya no podemos cuidarte más en este tipo de situaciones, no sabemos que hacer.

El ríe sarcásticamente y me preparo para lo que dirá, sabiendo que se viene algo malo y que probablemente arruinara todo. —¿Cuidarme? Si tú nunca te encuentras en casa madre, no hagamos como que eres atenta con nosotros, porque no lo eres.

Destinados °. •  Ares H.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora