𝗔𝗽𝗼𝗰𝗮𝗹𝗶𝗽𝘀𝗶𝘀 𝗭 [𝚔𝚘𝚘𝚔𝚖𝚒𝚗] JJK+PJM.

6.

Las dos camionetas militares estaban cercanas a la frontera de Seúl, llegar no había sido nada fácil, de hecho habían tenido que bajarse muchas veces a correr autos que bloqueaban la carretera, también tuvieron que desviarse en algunas rutas, matar a docenas de esos caminantes que se cruzaban en su camino, pero ahí los tenían.

Jin había mencionado que hace unos metros atrás de ellos venía un auto gris, hoseok se mantenía alerta por cualquier cosa que ocurriera, namjoon propuso que se detuvieran que a lo mejor y el automóvil seguía de largo.
Lo hicieron, Jungkook y namjoon se detuvieron a la orilla de la ruta y el auto igual lo hizo no muy lejos de ellos.

A través del radio de comunicación de las camionetas militares, Jeon le pido a nam que estubiera atento por cualquier cosa, que el bajaría a ver que querian, guardo un arma pequeña en su cinturón y abriendo la puerta dio una mirada a Jimin antes de bajar.

Un chico de al menos unos 25 años bajo del auto gris, sin buenas intenciones eso seguro.
Apuntaba con su arma al teniente quien daba pasos lentos hacia el auto.

- hey tranquilo, deberías bajar eso salvó que quieras problemas. Los notamos ¿ porqué rayos nos siguen? -
Jeon habló con voz dura, los demás miraban desde dentro de la camioneta esperando algún movimiento brusco de parte de la otra persona.

- solo queremos ir a un lugar seguro... Ustedes son del Ejército deberían ayudarnos, después de todo lo que dijeron, es su culpa esa enfermedad-

-lo siento pero no creo que eso sea posible será mejor que sigan su propio camino, por lo que se hay un centro de refugiados en Daeggu lo eieron por la radio, deberían ir hacia allí y e.. -
Un estruendoso disparo sonó por la carretera rompiendo el silencio.
Jeon cayó al piso por el impacto en su abdomen, en ese momento la camioneta volvio a abrirse saliendo Jimin rápidamente y corriendo hacia su alfa para socorrerle.
Luego salieron hoseok y Jin lanzando una serie de disparos al chico que ahora se encontraba dentro del auto, lograron romper el vidrio frontal haciéndolo pedazos y dejando ver al hombre con un balazo en su brazo derecho, se detuvieron al escuchar a una mujer suplicarles por que se detengan, que lo sentían y que tenían un niño en los asientos de atrás.

Jungkook en estos momentos agradecía el haberse puesto un chaleco antibalas eso no quita que se haya lastimado igual al no tener tanta distancia de chico que le disparo pero hey! estaba vivo, con un dolor de cojones del infierno pero al fin y al cabo, vivo.
Cuando Jimin llegó hacia el lo ayudó a pararse y se adentraron a su carro dejando que Jin conduzca esta vez.

No esperaron nada, solo siguieron su camino. No se preocuparian por alguien que le disparo a Jungkook.
El Omega en los asientos de atrás estaba
Sacando la ropa de su alfa, la chaqueta, buzo y remeras para virar que su alfa no haya recibido tan duro la bala.
Al quitar el chaleco además de dejar a la vista la evidente marca Roja del impacto de bala pudo ver los moretones de los golpes que había recibido de parte de aquellos tipos en el centro comercial.
Rebuscó en su bolso algunas cosas de Medicina que había metido en caso ee emergencias y saco unas gasas y desinfectantes como alcohol y perminox  para así pasarlos por las lastimaduras.
Podía ver las muecas de dolor por parte de Jeon al pasar las gasas por sus golpes, era claro el dolor que sentía por lo que luego de curarle y mientras Jungkook volvía a ponerse su ropa con dificultad, Jimin se acercó al radio y hablando por ella le dijo a los del otro auto que se detuvieran en la primera farmacia que vieran, debían conseguir algunos antibióticos.

Skay quien iba sentada en uno de los asientos del centro se paso al lado de Jeon y le extendió su manito, el teniente la tomó algo extrañado y una sonrisa se formó en su rostro al ver como la niña le daba caricias en forma de contención.
Ese simple gesto le recordó a su pequeña, el teniente muchas veces llegaba agotado y mal herido a su casa, apesar de eso Jeon valoraba mucho que su familia se dedicara a cuidarlo cuando era así.
Esos días solían ser tan dolorosos pero a la vez tan cálidos.
Llegaba a casa y luego de que su Omega le cuidara iban a su cama y se acurrucaban con sus hijos, lía y Ethan.
Quienes a pesar de su corta edad eran capaces de entender el cansancio de sus padres, ethan con seis y lía de cuatro añitos.