El comienzo

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¿Cuántas veces has fingido estar bien para no expresar lo que realmente sientes? ¿Cuántas veces has hecho creer a los demás que estás bien? ¿Cuántas veces has llorado a escondidas? Yo lo he hecho muchas veces. Y, ¿por qué lo hago? Sinceramente siempre he pensado que mis problemas no son lo suficientemente importantes como para contárselos a alguien o he pensado que nadie querría escucharlo o, si los contaba, me mmm se evadirían de la situación hablándome de sus propios problemas. Con el tiempo, acabé escuchando a todo el mundo pero nadie a mí. Y acabé construyéndome un muro que me impedía contarle a alguien lo que sentía en un determinado momento porque me daba miedo como pudieran reaccionar. Tal vez a ti alguna vez te hayan dicho la típica frase de "es que no tienes sentimientos" o "parece que no te importa nada" cuando, en realidad, sientes muchísimas cosas pero te da miedo expresarlas por lo que puedan decir. Bueno, a veces te da miedo que no digan nada, que lo ignoren simplemente.

Sin embargo, siempre necesitamos desahogarnos de alguna manera, ¿no? Creo que no es bueno guardarnos todo porque llega un momento en el que solo pensamos en ese cúmulo de cosas que no podemos superar porque no somos capaces de desahogarnos. A veces ni con nosotros mismos. Y tenemos un caos en nuestra mente. Como ya he dicho, yo nunca he sido de expresar mis sentimientos y tuve que buscar un método para poder desahogarme. A veces me ponía a llorar por una situación y terminaba llorando por todo lo que llevaba acumulado y que no había podido contar a nadie. Y eso acababa conmigo.

En una de mis series favoritas escuché una vez que una bonita manera de no olvidar tus recuerdos era escribirlos, pues estos forman parte de lo que nos hace ser quienes somos ahora. Y pensé que era una buena idea para desahogarme. Así que me compre un diario. Era algo raro porque, a pesar de sentir que me desahogaba, siempre terminaba llorando con cada página que escribía. Pero me sirvió. Y a día de hoy no he dejado de escribir cada vez que siento que lo necesito. Aunque, ¿sabes? Al principio escribía cosas que sabía que si alguien leía no me diría nada, pues me cogían el diario y lo leían a escondidas. Había muchísimas cosas de las que siempre había querido escribir pero me daba miedo que alguien las leyera: mis inseguridades (de las que hablaré más adelante). Me daba miedo que alguien leyera lo que sentía al mirarme en el espejo y, por esa razón, nunca lo escribí.

En resumen, siempre he escrito todo lo que sentía ya que era la única forma con la que podía desahogarme sin ser juzgada. Con el paso del tiempo, me acostumbré a solo desahogarme conmigo misma y me acabé cerrando a los demás. Más de lo que ya lo estaba. Y, ¿como pasé de escribir diarios a esto? Verás, la verdad a mi siempre me gusto la escritura. Tengo novelas escritas en varias libretas desde que tengo 10 años. Escribía de todo. Pero me encantaba escribir sobre el amor. No solo de pareja, sino, el hecho de sentir amor por una persona, ya sea tu amiga, tu hermana, tu madre o tu pareja. Y son historias que nadie ha leído. Solo yo. Ahora las veo y solo me fijo en las miles de faltas de ortografía de una joven de 12 años que se refugiaba en su habitación y se ponía a escribir porque era la única forma que tenía de escapar del mundo. En realidad me sorprende seguir conservando todas las libretas. Creo que tengo incluso una libreta en la que describía mi vida, pero la oculté por miedo a que alguien la descubriera. Pero, con el paso del tiempo, llegué a lo conclusión de que podía ir más allá de las historias que siempre escribía y que sabía que nadie leería nunca. Y me dí cuenta de que todo lo que yo escribía podría servirle a alguien que estuviera pasando por lo mismo que yo. Y decidí empezar a escribir lo que me hubiera gustado que me dijeran a mí. Lo que me hubiera gustado escuchar. Es la razón por la cual escribo esto.

Si te soy sincera, no sé cómo empezar a contar una historia. Es más, no sé si algún día alguien podrá leer esto pero, si estás leyendo esto, te doy las gracias. Y dirás, ¿por qué me das las gracias? Te doy las gracias por leerme. Sí porque, gracias a tí que estás leyendo esto, siento que todo el tiempo que paso desahogándome le puede servir de ayuda a alguien.

¿Sabes? Yo siempre he utilizado cualquier excusa para evadirme de mis problemas, para olvidar todo lo que me ocurría y para no sentirme tan sola. Para hacerlo solía leer historias tan increíbles que me hacían replantearme todo lo que ahora soy. También veía muchas series y películas distintas porque, con cada libro o cada serie, tengo la oportunidad de sentirme una persona diferente, tengo la oportunidad de enamorarme de nuevo y, sobretodo, de olvidarme de la persona que realmente soy.
Lo peor de sentirse tan solo es darte cuenta de que estás rodeado de gente y que, sin embargo, no pueden llenar el vacío que tienes. También es cierto que a veces las personas que te rodean no son las más convenientes o son personas que te hacen sentir inferior, que te humillan y te hacen daño. Y no siempre nos damos cuenta de quiénes son las personas que realmente necesitamos en nuestras vidas. A mí me costó descubrirlo, no te voy a mentir. Y probablemente aparezcan más personas en mi vida que traten de hacerme daño pero, esta vez, seré más fuerte. Y, al igual que yo, tú también te darás cuenta de quién es la única persona capaz de darle rumbo a tu vida.
Sabrás encontrar ese algo que te haga querer seguir adelante cada día.  Muchas veces pensamos que es una persona nuestra razón de vivir, otras una mascota o algo material. Yo creo que todos queremos tener a una persona en nuestras vidas que nos considere imprescindibles. Yo pienso que, a veces, hay personas que nos hacen reír, que sacan partes de nosotros mismos que ni nosotros sabíamos que existían. Y eso es lo que nos enamora de una persona. Nos enamora la persona que somos a su lado. Y, al fin y al cabo, todos esos lazos que nos ayudan a expresar nuestros sentimientos y a sentirnos un poco más "libres" son parte de nuestro amor propio. Porque, a veces, ese "algo" que tienes que encontrar eres tú. Tienes que encontrarte. Y, ¿sabes qué hice yo? Me alejé de todo para encontrarme a mí misma.

Sinceramente, no sé si estas palabras te ayudarán. Yo sólo expreso lo que siento a raíz de las cosas que a mí me han sucedido. Yo cuento mis propias experiencias. Por esta razón, es posible que no estés de acuerdo con todo lo que yo pueda pensar ya que, cada persona tiene su propio punto de vista y yo no tengo por qué tener la razón. Pero voy a explicar todos los "por qué", para que entiendas mi forma de pensar en ciertos aspectos.

     En fin, yo intentaré demostrarte que, pase lo que pase, siempre habrá una razón para sonreír. Que, aunque a ti te parezca totalmente imposible ahora mismo, te puedo asegurar que lo vamos a lograr. No en día claro, porque pienso que cuando una persona está realmente mal, el cambio lleva tiempo y está bien tener recaídas. Pero con el tiempo lo haremos.
      Dicho esto, solo me queda dejarte una cita. Porque verás, yo soy una persona a la que le encanta definir la vida en citas y frases y, para empezar, hay una que, personalmente, considero muy esencial para la vida de una persona: "Sé tú mismo". Una frase simple y sencilla, ¿no? A veces es más complicada de lo que parece. A veces nos dejamos influenciar y nos olvidamos de nuestro verdadero ser, nuestra esencia, y nos ponemos unas vendas para fingir algo que no somos. Pero sabemos que está ahí: nuestra verdadera forma de ser. Sé que a veces no somos nosotros mismos porque hemos sufrido mucho y tenemos miedo de que nos vuelvan a hacer daño. Nos ponemos una coraza, un caparazón para que nadie pueda traspasarlo. No te digo que confíes en todo el mundo porque, al igual que tu, yo también tengo miedo de que me hagan sufrir de nuevo. Pero te aconsejaría que no dejes que ese muro que oculta tu verdadera personalidad te envuelva y te crees esa nueva personalidad que haces creer que tienes y que siempre recuerdes quien eres realmente.

Y ahora sí, podemos empezar. He dividido los temas porque pienso que es un buen modo de darle la importancia  que tienen. Espero que estas letras, escritas con todo mi cariño y sinceridad e incluso con un poco de dolor al recordar tantos malos momentos, te puedan ayudar a superar algunos baches de tu vida. Tal vez no lo hagan, pero quiero que te quede clara una cosa: si yo pude salir te aseguro que tú también vas a poder hacerlo. Superaremos todo esto. Yo confío en que puedes hacerlo. Y voy a ayudarte.

Sin fuerzas para rendirme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora