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-Hinami acompáñame al dojo, vístete para entrenar- dijo su progenitor

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-Hinami acompáñame al dojo, vístete para entrenar- dijo su progenitor.

La pequeña Hyūga quien se encontraba haciendo su tarea de la academia dio un pequeño saltó al escuchar al adulto.
Fuyumi río ante la reacción de la niña y dejo de lado el libro que había estado leyendo, para comenzar a buscar la ropa de entrenamiento de la pequeña Hyūga.

Una vez se terminó de vestir la pequeña azabache se despidió de su cuidadora para ir hacia donde le habían indicado.

Caminaba por los pasillos pensando.

¿Había hecho algo?

Últimamente su padre le llamaba más seguido para que fuera a entrenar, algo bastante peculiar considerando que usualmente a su padre ni siquiera le importaba si entrenaba o no, pues siempre estaba ocupado ayudando a entrenar a Hinata.

Usualmente la pequeña Hinami entrenaba por su cuenta, o le pedía ayuda a su primo cuando lo veía entrenando sólo.

Anteriormente podría haber contado las veces que había entrenado con su padre con los dedos de una mano, y seguramente le sobrarían dedos.
Además de que los entrenamientos siempre eran con ayuda de alguien más.
Pero ahora...

¿Que estaba pasando por la mente de su padre?

-¿Será que hice algo mal y me está castigado?- susurro la pequeña para sí misma- No, no e hecho nada malo...

Bueno, al menos tenía un pretexto para pasar más tiempo con su padre, su abuelo, su hermana o quizás su primo.

Decidida por eso último, giró por el último pasillo que le faltaba para llegar al dojo al cuál su padre le había ordenado ir.
Tocó un par de veces la puerta y escucho desde dentro como le permitían ingresar al lugar.

-¿Eh? ¿Nē-Sama no está?- preguntó la pequeña Hyūga buscando a su hermana gemela.

-Ella no entrenará con nosotros el día de hoy- se escuchó la voz del anterior líder del clan contesta la pregunta de la menor.

-¿Entonces esperaremos a que llegue Neji-Nīsan?

-No Hinami, hoy me encargaré de entrenarte yo mismo sin la compañía ni de Hinata o Neji- le contestó está vez su padre.

Esto hizo que la emoción se instalará en la pequeña Hyūga, esa sería la primera vez que su padre le entrenaría personalmente y sin la intervención de nadie más.

Solamente el y ella.

Padre e hija.

¡Por fin!, su padre le ayudaría a entrenar.

Quizás le enseñaría alguna de las técnicas de su clan o alguna técnica de Taijutsu.

¡Que emoción!

-Entiendo.

Quizás los saltitos que dió después de decir aquello último hizo demasiado notoria su emoción, quien sabe, la pequeña Hinami solamente puso atención a la pequeña sonrisa que se instaló en la cara se su abuelo.

𝓗𝔂𝓾𝓰𝓪 𝓽𝔀𝓲𝓷𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora