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La pequeña azabache soltó un gemido de dolor al sentir como su cuerpo impactaba con el suelo

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La pequeña azabache soltó un gemido de dolor al sentir como su cuerpo impactaba con el suelo.

Se sentía agotada.

¿Que clase de entrenamiento era ese?

¡Era demasiado intenso para ella!

Además, había dejado de ser divertido desde hace más de tres horas.

Sus piernas se encontraban entumecidas, sus manos dolían además de que tenían varios cortes producto de sostener mal el kunai, también sentía como varias partes de su cuerpo palpitaban de dolor producto de todas las veces que había impactado contra el suelo.

Comenzaba a dudar el siquiera tener fuerzas para levantarse.

Y aún así, frente a ella se encontraba su padre exigiéndole que se levantará y siguiera atacando lo con el kunai que tenía en su mano izquierda.

La pequeña Hyūga soltó un largo suspiro en un intento por calmar lo agitada que su respiración se encontraba.
Y con esfuerzo consiguió ponerse finalmente de pie, activó nuevamente su doujutsu y acató las órdenes que se le habían dado.

Llevaba ya más de nueve horas de entrenamiento de las cuales solamente habían tenido un descanso de quince minutos a la hora del almuerzo.

Comenzaba a pensar que entrenar no era tan divertido como pensaba hace un par de semanas.

El solo pensar que habían pasado un par de semanas desde qué el enfrentamiento con su hermana se había llevado a cabo, hacía a la pequeña peliazul suspirar con pesar por saber que hace un par de semanas había sido la última vez que había visto a su gemela.

Durante todo ese tiempo se había encontrado lo suficientemente ocupada siendo entrenada, no tenía tiempo ni siquiera para asistir a la academia.
Por lo que era Fuyumi quien se encargaba de enseñarle lo que se supone debería de estar viendo en clases.

El agotamiento comenzaba a llegar a la pequeña Hinami, quien solamente deseaba que todos dejaran de poner sus miradas en ella y cualquier mínimo error que cometiera.

El entrenamiento, las clases con Fuyumi, las clases de etiqueta (las cuales llevaba desde mucho antes) y algunas otras.
Cada minuto de su día se encontraba ocupado en su horario a diferencia de antes.

¿Cómo había hecho su gemela para aguantar esa clase de horario durante tanto tiempo?

No, ni siquiera su hermana había tenido un horario como el de ella.
Después de todo, en un pasado Hinata solamente se habría encontrado ocupada hasta cierto momento en el día y después de ello, siempre era libre de hacer lo que quisiera.

Todo se sentía frustrante para la pequeña Hyūga, ¿Cómo era posible que su vida cambiará tanto en tan solo un par de semanas?

Sacudió su cabeza al notar como todo pareció moverse hacia un lado, las venas al rededor de sus ojos (producto de su doujutsu activó) habían comenzado a palpitar y su visión comenzó a volverse borrosa e incluso la voz de su padre había comenzado a sentirse un tanto lejana, como un eco.

𝓗𝔂𝓾𝓰𝓪 𝓽𝔀𝓲𝓷𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora