Invierno

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Una mariposa negra se encontraba muerta en la esquina de la habitación perteneciente a la encargada de los entrenamientos del ejército, Rose Gigi, más conocida como Tankwoman por el montón de trastornados que se alojaban en la base. 

Ella también era una trastornada.

Se encontraba vistiéndose con esponjosas chaquetas negras de invierno que semanas antes el capitán había comprado a CDG (Cosos De Guerra) para prepararse frente a las bajas temperaturas de esa temporada, ella y otros podían afirmar que muchas veces John se comportaba como un imbécil sin autoridad alguna, pero en las ocasiones en las que él actuaba de manera razonable y audaz, todo era mejor en general, aunque nadie más que Steve se lo agradeciera. Cuando terminó de vestirse, salió de su oscura habitación y miró como los copos de nieve caían, pintando todo de un color blanco resplandeciente y hasta en cierto punto insoportable al mirar fijamente. La muchacha suspiró y el vaho de su respiración se desvaneció en segundos. 

Rose cerró los ojos un momento y un recuerdo surgió rápidamente, ella y sus hermanas frente al bar de la familia, abrigadas con chamarras de cuero y playeras gruesas de tela, disfrutando de los festejos de Navidad con un par de cervezas y risas. Risas ¿Hacía cuánto tiempo que ella no reía? Quizás un par de días, su situación no era tan fatal, o eso suponía ¿Porqué había renunciado a esa comodidad? ¿Porqué había empezado a matar sin razón? Ya no lo recordaba, y al fin y al cabo de nada le servía rememomar el pasado.  La imagen se desmoronó lentamente de su cerebro, sacudió la cabeza y bajó del edificio, apurándose un poco, a pesar que era de madrugada.

Dirigiéndose a la zona de entrenamiento, prestaba atención al crujir de la nieve y el caer de los copos para no aburrirse, hundida en pensamientos preocupantes o de poca importancia, hasta que recordó que alguien cumplía años ese mismo día. Comúnmente, era la única que recordaba los cumpleaños de otras personas.

-Hola, Gigi- Ted se encontraba sentado entre un escombro emergente, fumando y con los ojos fijos en el piso. La mujer salió de sus pensamientos y observó al francotirador, cuyos googles color verde fosforescente brillaban entre la niebla. Se acercó.

-¿Sabías que eres de los pocos que me llaman por mi segundo nombre? Normalmente los demás me llaman Rose o Tankwoman-

-Ah...- Responde el francotirador, con poco interés. La muchacha piensa varios segundos, y finalmente se sienta al lado, con cuidado de mantener el escombro en equilibrio.

-Hoy es el cumpleaños de Tom- Murmura, Ted simplemente bufa como respuesta, incómodo.

-¿Me debería importar?-

-No...- Rose responde con desgano, sabe que Ted se pone celoso y eso le irrita, porque ese idiota de trataba de su único amigo... amigo. No sabía si describirlo con esa palabra, su relación era complicada y compleja. Todos sabían que Ted amaba a Gigi, pero que ella no era capaz de sentir algo cercano al enamoramiento, ni deseo sexual. También era raro porque a veces Teddy era tan vulgar y molesto que Rose quería alejarlo, sacarlo de su vida durante largos periodos de tiempo.

Y él la dejaba en paz. Ella se preguntaba si eso era amor. Ese sentimiento que logró sentir con su familia y antiguas amistades, pero nunca con otras personas. No sabía si el verdadero amor debía ser desesperado, calmo, sensual, siempre inconcluso, cuidadoso, peligroso...

No lo comprendía, y cuando al inicio notó que en eso era diferente a otras personas, trató de ocultarlo, intentó amar a alguien. Pero le era imposible al menos fingir el sentimiento. 

Cuando se unió al ejército se dio cuenta que a nadie le importaba quién follaba o estaba en una relación con quién, aunque el machismo y la homofobia siempre estuvieran fuertemente presentes en el entorno habitual, se trataban de una especie de espectro social.

-¿Cuántos años cumple?-

-Veinticinco...-

-¡Qué cabrón! Se acerca cada día peligrosamente a los 30 y sigue luciendo como un niñato-

-Quisiera saber cómo le hace...- Se preguntó Gigi, mientras con lentitud se acomodaba, colocando su codo sobre su rodilla y sosteniéndose la barbilla en la mano, en pose pensadora.

-También es que el muchacho es muy chaparro-

-Ted...- Murmuró Rose, sonriendo.

-¡Ni se te ocurra hacer un puto chiste sobre mi puta altura!-

-Eres más bajo qué el y tienes como... 50 años-

-¡TENGO 37 Y NO SOY DEMASIADO BAJO!-

-¡SÍ QUE LO ERES!-

-¡PERRA!-

-¡SI SOY UNA PERRA SOY UN PITBULL Y TÚ UN JODIDO CHIHUAHUA, GENIO!-

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH-


∎ ↪𝔹 𝕠 𝕦 𝕟 𝕕 𝟚 ∎


No podía prestar atención a la nieve ni al frío. En su mente no paraba de repetirse la pesadilla que había sufrido esa noche. Se había despertado con las mejillas mojadas, el cuerpo tembloroso y un vacío en el corazón. 

-N-No te preocup-pes Steve, f-fue sólo un sueño- Se repetía a si mismo.

Sin embargo, el tacto de la sangre cuando se resbalaba, el olor a muerte y la profunda desolación que impregnaba la escuela en la que estaba se sentían demasiado reales. Lo más espeluznante y memorable para él fue la mirada del niño de ojos blancos... porque él y John se habían reconocido mutuamente en esa mirada llena de una culpa insoportable marcada por un arrebato brutal de la inocencia.

Recordó el tambaleo de los pasos del niño, como su cuerpo estaba tan congelado del terror que le costaba moverse. Cuando uno mata a esa edad es tan brusco que la memoria se te deforma, un intento del subconsciente para evitar finales tétricos, pero es más que inútil porque lo peor ya ha sucedido. Se te arrebatan los recuerdos e in-voluntariamente empiezas a olvidar a velocidad de rayo.

No sólo identificaba esa mirada infantil y genuina al fondo de los ojos adultos que ahora notaba al ver su reflejo, también se era capaz de notarla en los ojos de absolutamente todos los demás militares.

Pero se debe andar con cuidado, porque si alguien se da cuenta de que acabas de notar la parte más suave y frágil de su ser, en ese nuevo mundo lleno de guerra, muerte y destrucción, la gente se siente en inmediato peligro y  no dudará en atacarte, tratando de reprimir en su mente que al final ese intercambio íntimo de miradas se trata de eso, un intercambio, y también la otra persona se parece más a ellos de lo que logran creer porque sufrían del mismo ardor en la misma herida.

Por eso Tankman no le había disparado, pero si había guardado su distancia de Steve en todos los años que habían estado juntos, hasta ese momento. Los dos se habían encontrado en un momento en que su vida tomaría un rumbo complicado y doloroso del que es imposible escapar, y Steve era consciente de que John lo tenía más presente que él, porque cada día al verse al espejo le era difícil no mirar a la herida de esquina a esquina que marcaba su ojo y casi lo dejó ciego. 

Esa herida se la había hecho Steve.


∎ ↪𝔹 𝕠 𝕦 𝕟 𝕕 𝟚 ∎


PERDÓN SI ESTÁ MUY CORTO AHHHHHH-

/llora porque al fin actualizó


∎ ↪𝔹 𝕠 𝕦 𝕟 𝕕 𝟚 ∎


(ᴛʜɪꜱ ᴛʜᴀᴛ ʀᴇᴅ ᴄᴜᴘ, ᴀʟʟ ᴏɴ ᴛʜᴇ ʟᴀᴡɴ ꜱʜɪᴛɢᴏᴛ ᴀ ꜰʀᴇꜱʜ ᴄᴜᴛ, ꜱᴛʀᴀɪɢʜᴛ ᴏᴜᴛ ᴛʜᴇ ꜱᴀʟᴏɴ, ʙɪᴛᴄʜɪ ᴋɴᴏᴡ ʏᴏᴜ'ʀᴇ ᴛɪʀᴇᴅ ᴏꜰ ʟᴏᴠɪɴɢ, ᴏꜰ ʟᴏᴠɪɴɢᴡɪᴛʜ ɴᴏʙᴏᴅʏ ᴛᴏ ʟᴏᴠᴇ, ɴᴏʙᴏᴅʏ, ɴᴏ-)

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⏰ Última actualización: Mar 24, 2022 ⏰

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𝔹𝕠𝕦𝕟𝕕 𝟚 ∽  ⁽ᵀᵃⁿᵏᵐᵃⁿ ˣ ˢᵗᵉᵛᵉ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora