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  Hablar de la rutina académica de cada persona es casi caer en un círculo viciosos de malos ratos, estrés, agotamiento y ganas de salir de vacaciones, eso lo tenía más que claro Taehyung, estudiante de primer año, por fin en la Universidad y esperando poder estudiar asignaturas que sí le gustaran, no como el año anterior... pobre iluso.

  Kim Taehyung se había mudado desde Daegu a Seúl hace unos años, para comenzar su educación en una institución que lo preparara para lo que quería hacer el resto de su vida: abogacía. El proceso previo a aplicar a la Universidad fue muy estresante pero quedó en la carrera de sus sueños y estaba muy feliz. 

  Taehyung estaba muy ansioso, pero no sólo por iniciar la tan codiciada vida universitaria pues hay un mundo... no, un universo de cosas ocurriendo en la cabeza de Taehyung y lo que ahora lo preocupaba eran los sentimientos que habían surgido en su interior hace casi un año hacia su amigo más pequeño de edad, porque si hablamos físicamente, el otro chico podría parecer mayor sin esforzarse mucho. Y no hay que confundirse, Taehyung no estaba sorprendido en absoluto de que le gustara un chico ni que fuera uno de sus mejores amigos, el problema era que ese chico era Jeon Jungkook, alguien a quien podríamos considerar normal, alguien que había salido con cuantas chicas había conocido, muchas veces sólo para suplir sus necesidades pero es que el chico era una delicia a la vista colectiva. Alto, con un rostro que parecía esculpido a mano por el más talentoso escultor de la historia, un cuerpo fuerte, fornido, una voz profunda que podía hacer temblar las placas tectónicas sólo con decir "hola". Era un Adonis. Taehyung tenía la teoría de que Jungkook podía hacer dudar de su sexualidad hasta al más hetero.

  Pero para Taehyung, Jungkook era mucho más que su evidente buen físico, era un chico dulce, cariñoso, divertido, esforzado, inteligente, generoso, sensible, adorable... perfecto. Taehyung podría escribir un informe de 5.000 palabras de lo maravilloso y perfecto que era su crush, el señor Jeon Jungkook.

  Ambos se habían conocido gracias a Park Jimin, mejor amigo de Taehyung, quien se había venido de Busan hace ya varios años atrás. En esa ciudad tenía un mejor amigo, Jungkook, y cuando el menor se trasladó a vivir a Seúl, no dudó en incluirlo en su grupo de amigos y en presentarlo con Taehyung para que pudieran hacerse amigos también y así Jimin podría pasar tiempo con los dos chicos a los que más quería.

  Para Taehyung no era complicado relacionarse con las personas, era muy amistoso y divertido pero Jungkook era... un público difícil. Aunque no se demoró más de unos días en ganarse la confianza de ese chiquillo de 15 años y desde ese día se volvieron inseparables, no podía creer que habían pasado ya 3 años desde esos momentos. Ni siquiera Jimin se llevaba tan bien con Jungkook como lo hacía Taehyung, lo que era bastante cómico, considerando que él lo conoció primero, pero suponía que Taehyung conocía a un Jungkook que él no y, en realidad, no le molestaba.

  Jungkook, por otro lado, sentía que Taehyung era la persona más genial que podía haber conocido desde que lo vio por primera vez a sus 15 años. Ahora, con 18 seguía pensando lo mismo que antes, que Taehyung era tan espontáneo, tan divertido, creativo, inteligente, talentoso... era tan único que a veces le gustaría ser un poquito más como él. 

  Decir que admiraba a Taehyung era poco. Muchas veces se descubrió a sí mismo perdido en Taehyung mientras este hablaba de cualquier tema, y es que para el resto de sus amigos podía parecer tonto lo que Taehyung decía pero a Jungkook le gustaba escucharlo. Le hacía sentir una ilusión tan grande cuando algo emocionaba a Taehyung o le afectaba mucho cuando algo ponía triste a su hyung. A veces sentía que Taehyung era un escape a la vida de mierda que tenía.

  Porque no, el ser lindo no hacía que su vida fuese fácil, él tenía muchos problemas que la gente no conocía, pero sólo lo juzgaban por lo que veían: su apariencia física y sus muchas relaciones con distintas chicas que no duraban más allá de un mes porque nadie lograba llenar el vacío que tenía dentro. Pero cuando estaba con su amigo Taehyung sentía que este no lo juzgaba por nada de lo que hiciera, sentía que lo veía como él era, como Jeon Jungkook, el chico inseguro e inmensamente autoexigente y no como Jeon Jungkook, el rompecorazones de donde sea que vaya.

  El único defecto de Taehyung a los ojos de Jungkook era que este era... gay. Y no lo malinterpreten, él no tenía nada contra los gays, sólo que era algo tan indecoroso, de mal gusto, desviado o al menos eso escuchó toda su vida de parte de su madre y él le creía... algo. Si Taehyung no fuera gay, sería perfecto.

  Es más, en un principio lo chocaba mucho que Taehyung saliera con chicos pero lo veía feliz, lo vio enamorado, lo escuchaba reír genuinamente y llegó a pensar que su amigo no era tan malo, pero cuando veía cómo las otras personas miraban a Taehyung se convencía a él mismo que eso era pecado. Aunque desearía haber sentido con alguna de sus conquistas la mitad de lo que Taehyung sentía con sus novios... pero quizás la indicada aún no llegaba para Jungkook.

Just forget the world • TaeKook/VKook •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora