Cap 01

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. AMOR: consecuencia de una decisión ajena .

De: Priss

Capítulo I: El otro compromiso.

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No es que fueran obligados, pero tampoco fue su decisión... Nunca lo pensaron, y sin embargo aceptaron. Un matrimonio arreglado puede acarrear varias consecuencias, más... ¿quién iba a pensar que el amor sería una de ellas?.

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Los habitantes de la pensión iban y venían de un lado a otro; todos ellos supervisados por una enfadada y exigente rubia. Sí, no cabía duda que ni el tiempo había hecho que dejara de ser ella la que mandara en ese lugar.

Anna quería que el inmueble quedara impecable pues los abuelos de Yoh vendrían de visita, cosa por completo extraña y sospechosa.

Por un instante, la itako miró a su prometido... ¿quién sabe?, ya tenían diecinueve años y aun no se había hablado de la boda. Quizá esa era la razón de la visita de los ancianos.

Por ahora todo estaba bajo control. Tamao era quien cocinaba, mientras Manta fue obligado a dejar impecables los baños termales, e Yoh, bueno él... debía hacer que todas las habitaciones de la pensión quedasen perfectas, además de limpiar absolutamente todos y cada uno de los pasillos de aquel lugar.

Más por primera vez en la vida, la sacerdotisa lamentó que los demás amigos de su prometido no estuviesen en ese momento, de lo contrario también estarían trabajando, y para estas alturas la pensión estaría reluciente y en perfectas condiciones.

Después de revisar que los chicos desempeñasen bien su trabajo, la itako salió al jardín para "descansar un poco"; cuidar que hicieran todo bien era algo muy cansado.

Pero, entonces, lo vio... ahí, sentado sobre una de las rocas cercanas al estanque que adornaba el patio del frente. Anna curveó una ceja; ¿por qué él no estaba haciendo nada?; es cierto que ella no se lo había ordenado, pero...

La verdad era que desde que aquel joven de largos cabellos llegó a vivir con ellos, la joven lo evitaba lo más posible. ¿Por qué?, pues... le era difícil de explicar. Miedo, en definitiva, no era la razón.

Quizás el resentimiento al recordar que había sido él quien lastimase a su prometido, o seguramente el hecho de que prefería alejarse de él, su sonrisa y sus coqueteos. Como una mujer comprometida, el que este joven la cortejase, seriamente o no, podría ser mal visto.

Además, nunca estuvo muy conforme con la idea de que este shaman viviese con ellos.

Le gritó "NO" a Yoh cuando este se lo informó; incluso dejó de hablarle durante semanas a su futuro esposo... pero era inútil, él estaba empeñado.

No podía creer que el muchacho perdonase tan fácilmente a su hermano mayor, más aun, que fuese el mismo Yoh quien, al enterarse de que su gemelo estaba con vida, se dedicase a buscarlo hasta dar con él.

De eso hace ya un par de meses, y la rubia simplemente no le dirige la palabra al hermano de su futuro esposo; es como si fuesen un par de desconocidos.

Es cierto que Hao se mantiene en silencio durante incontables horas en el día, pero incluso a Manta lo saluda por las mañanas con frases como: "¿sigues aquí, enano?".

En cambio a ella, a Anna Kyouyama... ni siquiera la voltea a ver.

La joven itako expresó enfado; entonces se acercó silenciosamente al muchacho. Odiaba ser ignorada de ese modo, y más si se trataba de alguien que habitaba la pensión.

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