De nuevo tú

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Me desperté a las 7 de la mañana, ya que, teniendo un brazo roto, me sería más difícil hacer mis actividades matutinas. Hoy iría con mis hermanos a un tour por el Coliseo Romano, eso me emocionaba demasiado. Aunque hacer todo con un solo brazo era más lento y me estaba muriendo de sueño, mi mente estaba aún en la noche anterior. No podía creer que había conocido a uno de mis actores favoritos y que habíamos estado un buen rato juntos gracias a mi brazo roto. Prácticamente estaba en una nube, aun sin poder asimilarlo, ¡ni siquiera había subido la foto que nos tomamos!

Mientras desayunábamos, les mande mensajes a Ian y a Francia para contarles lo que había sucedido con Felipe, ya hablaría con ellos después, cuando no estuvieran durmiendo (En México era de madrugada). También aproveche para subir la foto con Felipe a mis redes sociales, después estuve revisando Instagram, específicamente el perfil de Felipe y gracias a unas fotos, me percate de que el había llegado a Roma desde la semana anterior.

En cuanto terminamos de almorzar (casi a las 9), nos fuimos. Teníamos que llegar a las 10 porque pagamos por una visita guiada en español. Caminando se hacía media hora (según Google maps), pudimos ir sin prisas y disfrutando de las calles. Nos costó un poco de trabajo encontrar al grupo con el que tomaríamos el tour entre toda la gente que había, afortunadamente, una pareja (que también tomaría el tour) nos ayudó. El recorrido comenzó puntual (lo cual agradecí porque odio la impuntualidad), primero nos dirigimos al Coliseo Romano, después al foro romano y por último el Palatino. La pareja que me ayudo venia de Argentina y nos ayudamos mutuamente a tomarnos fotos bonitas. El recorrido duro poco más de tres horas, termine maravillada por los lugares que habíamos visitado y contenta con las mil fotos que tenía (aunque mi brazo roto se notaba más de lo que me gustaría).

Ya pasaba de la 1 de la tarde y mi estomago exigía algún alimento. Fuimos a comer a un restaurante llamado Trattoria Vecchia Roma, pedimos una pizza Margherita (que estaba deliciosa) y agua natural para comer en el lugar. La pizza no nos cayó de peso, así que nos animamos a caminar hasta la siguiente parada: Termas de Caracalla (ya habíamos hecho una reservación), que fueron unos baños públicos de la Roma Imperial. Las ruinas estaban en muy buenas condiciones, fue fácil apreciar la belleza del lugar e ir imaginando como era la vida en ese entonces.

Nos fuimos casi a las 5 de la tarde, no sin antes preguntarle a una de las empleadas si sabía dónde podíamos comprar algún postre. Como ya los tres estábamos cansados de caminar, pedimos un taxi hasta el local llamado Aroma. Al llegar pude notar que era un lugar pequeño, con terraza y bastante lindo, solo pude ver unas 5 personas en el lugar, estaba muy tranquilo. Yo pedí un Panna cotta de vainilla, un tiramisú en copas (ambos tenían apariencia de gelatina) y una malteada de moka para comer en el lugar. Yo pase al baño y mis hermanos se fueron a la terraza, al salir e ir con mis hermanos sentí que alguien me toco el hombro.

-¿Yoshie?

-¿Si?

Me gire para ver quien me hablaba, era Felipe.

-¡Felipe!- En cuanto lo vi con sus lentes y su sonrisa, fue como si me inyectaran una dosis de felicidad-¿Qué haces aquí?

-Vine a comer con unos primos. Ya vamos de salida

-Que bueno que me viste sino yo ni cuenta,jaja

-Si, fue fácil reconocer tu brazo-rio

-jajaja, si, mi brazo-reí

-¿Cómo has estado con eso?

-Bien, supongo, aunque no es tan fácil hacer mis actividades y aunque amo caminar, es más cansado aun, jaja

-Espero que te pongas mejor, aun me siento mal por ti

-Gracias por compadecerte,jaja

- ¿Quieres conocer a mis primos?, les platique de cómo nos caímos ayer y les pareció de lo más gracioso

-¿Seguro?, porque ustedes ya se van

-Si, anda, vamos

-Vale-sonreí

Salimos y caminamos juntos hacia donde estaban los chicos.

-Chicos, ella es Yoshie, la chica de la que les platique

-Hola, Yoshie

-Yos, el es Raúl, Alberto y Zak- Felipe señalo a cada uno para que pudiera identificarlos

-Hola, chicos- sonreí

-¿Cómo va tu brazo?- Pregunto Raúl

-Bien, supongo- Conteste nerviosa

-Ni se nota que se rompió, jaja

-Siempre tan simpático, Zak- dijo Felipe

-Ya tenemos que irnos- dijo Alberto

-¿Nos tomamos una foto?- Pregunte- Antes de que te vayas...

-¡Claro!-sonrió- Raul, ¿nos tomas unas fotos?

-Si, yo se las tomo- Le entregue mi celular ya listo con la cámara

Felipe se colocó a un lado de mí y puso su brazo alrededor de mi cintura mientras yo puse el mío en su espalda. También incline un poco mi cabeza hacia su pecho, pero sin dejarla caer por completo, aunque estábamos muy cerca, no era para nada incómodo y él se mostraba bastante tranquilo. Una vez terminada la sesión de fotos, me despedí de cada uno con un abrazo y dos besos.

-Muchas gracias

-No hay de que, nos dio mucho gusto conocerte-Dijo Zak

-Eres aún más linda de lo que Felipe nos había dicho-comentó Alberto

-Gracias, jaja-Sonreí nerviosa -¡Adiós!

Felipe fue el último de quien me despedí.

-Adiós, Yos-sonrió-que estés bien

-Adiós, Felipe-sonreí de vuelta

Regrese al interior del restaurante aun creyendo imposible lo que acababa de suceder. Mi corazón estaba brincando de la emoción, mi rostro estaba rojo como un tomate y tenía la mirada perdida. Me detuve en la entrada para la terraza para procesar un poco lo que había pasado y no llegar en shock con mis hermanos.

-Yos...Yos...¡Yos!

-¿Eh?-me sobresalte

Felipe estaba de pie a un lado mío. Por un momento pensé que era mi imaginación.

-Pensé que ya te habías ido- le dije

-Em, si, pero recordé que olvidé pedirte algo- Se notaba que estaba un poco nervioso

-¿Pedirme qué? - lo mire confundida

-Tu número de celular-sonrió - para llamarte y saber cómo sigues de tu brazo

¿Acaso sería solo un pretexto?, si era así, no me importaba en absoluto.

-Si, claro

Felipe me paso su celular para llenar mis datos en Nuevo contacto.

-Listo, es mi número de Mexico, así que solo poder responder whatsapp por ahora, jaja

-Vale, Gracias,Yoshie

-De nada

-Te llamo luego, adiós- Agitó su mano en señal de despedida y se fue

Lo vi mientras salía del restaurante y está vez solo pensaba en porque no estaba desmayada en el suelo por tanta emoción. Fui hasta donde mis hermanos y comí mis postres. Cuando terminamos, aprovechamos que aún era algo temprano para caminar hasta la Fontana di Trevi. En el trayecto ya imaginaba la emoción que les daría a mis amigos cuando les contara. Pero tampoco quería ilusionarme demasiado, ¿Qué tal que nunca me manda un mensaje?, ¿o si accidentalmente se le borra mi número de su celular?. 

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Hola, hola

¿Qué les han parecido estos encuentros entre Yos y Felipe?

En los pasos de Italia- Felipe AlborsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora