Tú.

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Tu cuerpo sudoroso en el pasto rasposo, desnudo volviendo mi garganta un nudo, mientras contaba tus lunares rojos, llenaba mis ojos de deseos un tanto lujuriosos.

El destellos de tus ojos, revolucionarios, poseían un dulce calvario, que entre parpadeos se vuelve agrio, mientras escribo detalladamente en mi diario sobre tus labios.

Las gotas saliendo de tu cuerpo tocando mi piel, dejando su aroma fragante y sutil, pero su impregnación desgarra mi ser de forma vil.

Tu sonrisa discreta, para muchos secreta, hace que me vuelva un poeta y deje tus labios marcados en la banqueta, por si me doy la vuelta para admirarte completa.

El sonido de tu risa, tal como una delicada brisa, que poetisa mis versos con prisa, aunque de manera algo indecisa cuando el te besa y te deja dudosa de como son las cosas.

La sangre entre tus piernas, son como cadenas, que me arrastran a una condena, el dolor de la luna llena para los deseos entre tus venas.

¿Por qué disfrazas las violetas en tu silueta?, son caprichosas y encantadoras para mi mirada selectiva, que desea que tu seas mi próxima víctima.

Te quedas atrás deseando despertar, aunque no hay manera de que te puedas levantar, tus manos atadas para dolor cargar, huiré para que no haya culpa de mi amar.

Escritos en derrumbe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora