Llegamos al comedor y había adolescentes de las demás cabaña de diferentes razas y nacionalidades, más pequeños y más mayores, rubios, castaños, morenos, pelirrojos, pelos multicolores… Dos grandes mesas paralelas con bancos para poder comer estaban casi repletas, Renata se dio cuenta de que había un espacio lo suficientemente grande para comer allí todos y fuimos hasta allí esquivando manos y pies de los demás.
- Bueno, -dijo Halina- ahora que os habéis calmado, creo que tendríamos que empezar con buen pie el campamento, ya que tendremos que aguantarnos tres meses y no quiero tensiones ni malos rollos. –Nos miró a Marek y a mí- ¿De acuerdo?
- Está bien. –Contesté.
- Lo mismo digo. –Me guiñó el ojo Marek.
Dios, si que podía ser repulsivo.
- Somos siete, así que tres iremos a por las bandejas de la comida y otros cuatro estaréis aquí hasta que volvamos, y cuando terminemos irán los otros a dejar la comida ya que cuando llevamos basura en las bandejas es más difícil cambiarla y lo cambiaremos cada semana ¿Os parece? –Propuso Urszula.
- Sí, iremos ahora Łukasz, tú y yo. –Respondió Halina- Ahora os vemos chicos.
Se fueron ellos tres y nos quedamos Renata, Igor, Marek y yo. Alguien tendría que empezar algún tema de conversación y bueno, empecé.
- ¿Por qué cuando te presentaste me dijiste que eras gay así, a la ligera? –Pregunté a Igor.
- No sé, todas las chicas vienen como lobas a por mí y bueno, me anticipo a los hechos.
- ¿Cómo supiste qué lo eras? Sé que puede parecer precipitado pero si contamos cada uno un poco de nuestra vida, tal vez nos conozcamos mejor. –Dijo Renata- Si queréis claro…
- Está bien, -el primero en contarnos su historia fue Igor- nunca me han llamado atención las niñas, siempre eran mis amigas, me sentía muy a gusto con ellas pero no las veía como algo más, en cambio con los chicos, cuando jugabas con ellos sentía algo que me daba escalofríos, pero claro, yo notaba eso cuando era crío y serían paranoias que me estaba montando. Pero no fue así, en la graduación del año pasado decidí besar al chico del que estaba perdidamente enamorado y bueno, la cosa funcionó. Duramos un año pero por circunstancias lo dejamos dos semanas antes de venir aquí y aunque me quede algo de esa relación vengo aquí para olvidarme de ello. Con esto quiero decir que arriesguéis, porque el no ya lo tenéis. Que cuando lo dejas con la persona que quieres hay muchísimo más mundo por descubrir. –Se emocionó mientras seguía hablando-. Mis padres no lo aceptaban, siempre han sido muy conservadores y antiguos y yo era la oveja negra de la familia. Mi hermana siempre ha sido la favorita de los dos, la que lo hacía todo bien, menos mal que ella siempre me ha comprendido y querido pero, ¿y yo? Un hijo que les había salido “de otra manera” como dicen ellos. Y no me gusta el término de “¿y has salido del armario?” ¿Por qué tendría que decir a todo el mundo lo que me gusta? Nadie tiene que salir del armario porque le gusta el chocolate. Sólo con eso damos más importancia a la orientación de los homosexuales que es igual de válida que alguien heterosexual.
- Joder… -Exclamé- ¿Te quedaste a gusto?
- La verdad es que sí, tenía que soltarlo de una vez por todas. –Resopló.
- Bueno, nosotros aceptamos a todos sean como sean les guste lo que les guste. –Dijo Marek.
La única cosa con lógica que había escuchado de aquel chaval.
- ¿Y tú por qué estás aquí Renata? –Pregunté.
- Siempre he sido de ver y callar. Nunca he llamado la atención por algo, no me gusta. Mi vida se limita observar y observar y a mí me vale pero a mis padres no. Ellos me apuntaron aquí, tenía que sacar mi carácter que estaban seguros de que lo tenía en el fondo. Y ya ves, de un día para otro estoy aquí con seis desconocidos intentando que mis padres dejen de obsesionarse pensando que no me relaciono con las personas porque me dan miedo. –Rió- Pero bueno, por otra parte estoy aquí para probar experiencias, la vida monótona me gusta y está bien la rutina no obstante eso puede dañar.
- A ti te animan a que hagas locuras y a mí a parar. –Respondió Marek.
¿Tenía que comentar sobre todas las vidas o qué?
- ¿Y tú Ayla? –Me preguntó el de los ojos azules, al que tanta manía había cogido- ¿Estás aquí para aprender a no contestar a tus mayores? –Se burló.
- Estoy aquí para no defraudar a mi madre, que desgraciadamente ha fallecido. –Le miré- Ella siempre quería que afrontara las cosas con fuerza, porque ella confía y confiaba en mí, y aquí me veis. Después de que un hijo de puta le quitara la vida en una carretera tengo que cumplir su voluntad, por ella, por mi padre, por mí. Así que no Marek, no estoy aquí para ser educada con gilipollas como tú que trata a la gente a su manera sin saber lo que hay detrás de cada rostro. ¿Contento? Ya te llevas otra que te coge asco, ¿cuál es tu record guiness?
- Lo siento… -Bajó la cabeza- Lo cierto es que tu historia es muy parecida a la mía solo que yo perdí a mi hermana pequeña. –Tragó saliva, le había dado en su punto débil- Veníamos del cumpleaños de alguna amiga suya cuando un coche nos embistió y ella murió en el acto, no pude hacer nada y bueno, la pago con todo el mundo. Rabia interior, supongo.
No pude contestar, Urszula, Łukasz y Halina venían con la comida.
- ¿De qué hablabais? –Preguntó la última en venir.
- Contábamos nuestra vida para conocernos mejor. –Contesté mientras iba repartiendo todas las bandejas-. ¿Queréis uniros?
- Vale. –Dijeron los tres al unísono.
- Si quieres empieza tú, Urszula.
- A ver… -Tragó saliva- Cuando tenía quince años empecé a dejarme influenciar por gente que solo me quería hundir. Y bueno, lo consiguieron. Tuve depresión y pude salir, y estoy aquí para conocer a gente que de verdad me quiera. Para olvidarme de todo el infierno que pasé y sobre todo para valorarme y dar de bruces a todas esas personas que un día me dijeron que no valía para nada. Por tanto, estoy aquí para demostrarme a mí misma que si vivo es por algo, y que la vida no da dos oportunidades. Que tienes que vivirla, disfrutarla, que las rachas son rachas que no nos tienen que conquistar, que siempre hay un lado bueno y gente que te quiere. Siempre.
- Que asco de gente –Resopló Igor- Tú no te preocupes Urszula, que con lo cariñosa que eres como para no quererte.
- Gracias chicos.
- ¿Y vosotros, Halina y Łukasz?
- Nos gustan las experiencias nuevas, sean lo que sean.
No estaban nada mal mis compañeros, tengo el presentimiento de que pasaremos muchas cosas juntos, y que por muchos temporales que haya, nada nos va a separar a partir de hoy.
ESTÁS LEYENDO
El campamento de verano.
Fiksi RemajaRenata, fiel y observadora. Ayla, amable y sincera. Urszula, cariñosa y tímida. Halina, enamoradiza y valiente. Łukasz, humilde y maniático. Igor, Introvertido y soñador. Marek, borde e inteligente. ¿Qué pasará si por casualidad se encuentran en u...