XXXI. CAMPAMENTO DE ENTRENAMIENTO

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—Esa idiota es un misterio imposible.

—¿Te gusta?

—¡¡No digas estupideces!!

¿Cómo va a gustarme esa idiota? No me puede gustar alguien como ella.

¡No me gusta y ya! Nadie se fijaría en ella. ¡NUNCA!

—¡¡Katsuki!!

—¡Eh!

—¡Aah!—echó su cuerpo hacia atrás, casi cayendo del asiento.

—¡¿Qué mierdas te crees que-

Detuvo sus palabras al ver el rostro y los ojos preocupados de la chica.

—¿Qué ocurre?—volvió a sentarse.

—No lo sé—clavó sus uñas en la tela de su falda—. Parecía que estabas teniendo una pesadilla y he pensado que sería mejor despertarte. Lo siento.

—¿Por qué te disculpas?—preguntó molesto—. Nunca lo haces.

—Supongo que hoy no estoy de humor para pelear—sonrió—. ¡Quiero disfrutar del campamento de verano!—levantó sus brazos en el aire.

Volvía a ser ella. Se dio una bofetada haciendo que lo mirase confundida. Lo que Minami no sabía es que él estaba tratando de controlar esa sonrisa que amenazaba con mostrarse inconscientemente ante la situación.

—Bueno—dejó caer su peso hasta apoyar la espalda sobre el respaldo del asiento—. Hoy te he notado algo inquieto y pensativo. ¿Te sucede algo?

—¿Te gusta?—

¡NO!

El grito resonó por todo el transporte haciendo que todos los presentes guardaran silencio por unos segundos antes de volver a formar bullicio.

—Vale—miró hacia otro lado—. Entonces no importa—rebuscó en su mochila para agarrar sus auriculares, conectarlos a su móvil y colocarlos en sus orejas.

Cerró los ojos bajo la atenta mirada del chico mientras que comenzaba a regular su respiración.

—¿Vas a seguir mirándome, acosador?

—Tsk—se giró hacia la ventana.

—Intenta no amargarte mucho—rió—. Seguro que te diviertes más.

















—Esto...no...es... ¡DIVERTIDO!

Su respiración era entrecortada y las gotas de sudor que caían por su frente dejaban pequeñas marcas húmedas sobre la tierra arenosa.

—Quiero morirme—exasperó—. Bueno, eso no es nuevo.

—¡Oi!

—Bakugo... ¿Me lo estoy imaginando? ¡¿Ahora me pasaré el resto de la vida escuchando su irritante voz en mi cabeza?!

—¡¿A quién llamas irritante, fea?!

—Ah, es él de verdad—dijo con un rostro neutral.

—¡Minami!

—¡Todoroki!—saltó a los brazos del bicolor.

—Creíamos que te habías perdido—dijo agotado—. Saliste corriendo y no te encontrábamos.

—Le tengo pánico a los mounstruos de Pixie-Bob—escondió su cabeza entre sus rodillas.

—¡No vuelvas a irte de esa manera, idiota!

[] TE MATARÉ MALDITA EXTRA [] KATSUKI BAKUGŌ X LECTORA []Donde viven las historias. Descúbrelo ahora