11-Hu Tao.

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"Imposible, aquello era imposible"

Esas eran las únicas y exclusivas palabras que se escapaban lentamente de la boca de aquel tirano hombre, comenzo a exhalar aire como fumando un puro invisible, hasta que sus pulmones se lo impidieron por la falta de oxígeno y comenzo a recuperar la calma.

¿Cómo ha escapado?-Aquellos sombríos ojos estaban al borde de girarse para salir a una nueva búsqueda cuándo la trajeada mujer posó su mano en su hombro, produciendole un escalofrío que recorrió todas las partes de su tenso cuerpo; Aquella frívola mujer le desquiciaba por completo.

-No puede haber huido, fíjate, la ventana está intacta, no ha sido forzada.-Dijo observando la claridad que entraba por la cerrada y posible vía de escape.-Tampoco hay signos de que la puerta allá sido forzada.

Aquel progenitor la miraba perplejo, ¿de dónde había salido esa mujer? Rodó los ojos, la 'vieja' esta le estaba sacando de sus casillas.

Hu Tao había mantenido la calma, apoyando el pie contra la puerta en una neutra tranquilidad.

-Revisa la habitación, querida.-La mujer le encargó tal tarea a la joven de las coletas, que hasta ahora había estado en una especie de trance, observándolo todo desde la distancia, sin involucrarse y melancólicamente, pensando en algo que obviamente la hundía en un mar de emociones y sentimientos no encontrados, siempre sin aparentarlo.

Los dos adultos abandonaron la sala, uno seguido de otro, con aires de creerse superiores, mientras la madre de Xingqiu yacía en mal estado.

La joven inspeccionó la sala minuciosamente, sintiéndose observada, al no encontrar nada abandonó la habitación dispuesta a alcanzar a su superior, con aire cansado y pesado, sin gana alguna.

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Aquella chica desvío su camino, cruzando el gran salón hasta llegar a una tenebre sala, la oficina de trabajadores, sacó una llave de su terciopelado sombrero, colándose en esta pieza.

Allí se hallaba una trabajadora pelirosa, la suerte no andaba de su lado durante los últimos meses y había aceptado un trabajo de la familia peliazul, una maravillosa familia con un mal cabeza de familia, o para eso tomaba la libertad de opinar.

Hu Tao ya sabía todos estos pensamientos de la pelirosa, en cierto modo los compartía, no había aceptado el trabajo con gusto, se había visto mayormente obligada, además de que no podría soportar la distancia con su querida Fei.

-Yanfei.-Dijo esta amargamente.

-Hu Tao.-Dijo la nombrada, torciendo el rostro al mismo tiempo que una sonrisa calmada, sus ojos emitían un brillo que se intensificaba al verla a ella, solamente a ella, le encantaba.

La ojiámbar explicó la situación, no quería ocultarla nada a su 'amiga', aunque sintió el verdadero arrepentimiento al ver el dolorido gesto que está ponía ante sus hirientes palabras, las había sentido como puñaladas.

En otra ocasión Hu Tao habría bromeado como siempre hacía, y aunque la costará, estaba intentando adaptar una nueva postura y forma de hablar, no quería que por ser tan impulsiva como fue con el 'incidente' su vida empeorará más.

Yanfei y ella habían sido muy cercanas siempre, no se podía decir que Hu Tao tuvo una muy buena infancia, pero siempre encontraba reconfortante el hecho de yacer en los brazos de su compañera, mientras jugueteaba con su pelo o adaptaba ese carácter bromista por evitar el llanto que tantas veces amenazaba en aflorar.

El sarcasmo a veces puede provenir de los aguantes o de opiniones y emociones ancladas e hundidas en un duro oleaje del que los abrazos ayudan a difuminar.

'Amigos'『Xingyun』[HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora