N°5

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El día de su graduación había llegado. Todos se encontraban ansiosos.

Como Harry, Ron y Hermione seguían de malas, Harry decidió andar con Neville ese día. Fueron a desayunar juntos en la mañana y caminaron por los pasillos, hasta la hora de la graduación. Neville era un buen amigo para conversar.

Se había reunido mucha gente, familiares y amigos; cuando iba pasando en dirección a su sala común alcanzó a ver a Lucius y Narcisa Malfoy. Deben estar orgullosos de Draco, pensó. A comienzos de este año Draco había bajado mucho sus notas, pero con el tiempo y con la gran ayuda de Harry, Draco volvió a ser el mejor, bueno, el segundo mejor ya que el primero se los quitaba Hermione.

(*)

La ceremonia pasó demasiado rápido para el  gustó de Harry. Iba a extrañar Hogwarts y a sus profesores. En la ceremonia vio a muchos alumnos de último año llorando.

(*)

Ahora se encontraba buscando un vagón desocupado para sentarse; la última vez que había visto a Hermione y Ron fue en la ceremonia. Había visto a Ron abrazar a Hermione mientras ella se despedía y lloraba. No había hablado con ellos desde que les había confesado de que estaba saliendo con Draco.

Siguió caminando hasta que encontró un vagón vacío, entró y se sentó a un lado de la ventana. Lo que no había notado es que alguien lo había estado siguiendo; Draco lo había visto subir al tren y como lo vio tan metido en sus pensamientos decidió seguirlo, vio a Harry meterse a un vagón, y cuando llegó vio que estaba solo y decidió entrar. Cerró con pestillo y bajo las cortinas, por un momento Harry se sorprendió de verlo pero se recompuso rápidamente y le sonrió.

–Hola amor– le dijo Harry.

Draco se sonrojo un poco, aún no se acostumbraba a que Harry le pusiera esos apodos.

–Hola– le respondió. Se acercó a él y le dio un beso en la frente y otro en la boca y se sentó a un lado de él.– ¿cómo estás?

Harry se apoyó en su hombro y suspiró.

–Bien, aunque aún no he podido hablar con Hermione o Ron.

–Tranquilo, vas a tener todo el verano para hacerlo, o bueno, hasta que nos vayamos a vivir juntos.– Harry sonrió ante la idea de vivir con Draco.

–Si, ¿les vas a decir a tus padres?– esa pregunta había andado por su cabeza por los últimos días.

Draco agarró su mano y la entrelazó.

–Les quiero decir, no creo que se enfaden por estar saliendo con el salvador del mundo mágico.– trató de hacer sonreír a Harry.

–Pero Draco...– Harry levantó su cabeza e hizo un puchero.– mande a tu padre a Azkaban.

–Bueno si, pero también nos salvaste el año pasado de ir a Azkaban.– Draco sabia que Harry tenía muchas inseguridades, pero él trataba de eliminarlas.– calma Harry, todo va a salir bien.

–Esta bien– volvió a apoyarse en su hombro y cerró sus ojos.

Ojalá Draco tuviera razón, pensó Harry.

No supo cuánto tiempo pasó pero cuando abrió los ojos, porque Draco le estaba hablando, ya se encontraban llegando a la estación.

–Harry, bebé ya falta poco para llegar.– le dijo Draco,  besó su frente.– voy a salir primero, ¿está bien?– Harry asintió. Vio a Draco guardar su equipaje.– te voy a mandar cartas, te amo Harry– se despidió dándole un besó en los labios.

Antes de que pudiera llegar a abrir la puerta, Harry lo abrazó por la cintura y lo apretó junto a él.

Draco suspiró.

–Te amo Draco.

–Yo también Harry.

Harry lo apretó aún más.

–No me dejes por favor– le susurró.

Draco soltó otro suspiro, se dio la vuelta y abrazó a Harry. No lo quería dejar.

–Harry mirame– le dijo suavemente, pero no le hizo casó.– Harry, por favor mírame.– levantó su cabeza y lo miró. Tenia los ojos llenos de lágrimas.

Draco se mordió el labio, odió ver a Harry así. Lo abrazó fuerte; lo iba a extrañar mucho.

–No te voy a dejar, de hecho te voy a enviar cartas todas las noches y cuando hayamos arreglado Grimmauld Place nos vamos a ir a vivir juntos y nada ni nadie nos va a separar, ¿esta bien, amor?– le preguntó Draco, mientras le pasaba una mano por su pelo haciéndole caricias.

–Esta bien– le respondió Harry.

Y después de un largo y apasionado beso, se separaron y cada uno salió para una salida distinta del tren.

Draco a lo lejos divisó a sus padres, y caminó hasta ellos.

–Hola padre, madre– los saludó, Lucius le dio un apretón en el hombro y Narcisa le dio un beso en su mejilla.

Con ese saludo caminaron hacia la salida de la estación. Antes de salir Draco divisó a Harry junto a los Weasley's, se veía triste, pero intentaba ocultarlo mostrándole una sonrisa a la mayor de los Weasley's.

(*)

Harry bajó del tren y divisó a los Weasley's. Estaban todos juntos, se acercó a ellos mostrándoles una sonrisa, pero se sentía triste; no quería separarse de Draco.

Al llegar donde ellos Molly lo abrazó fuerte. Estuvo a punto de llorar, pero se aguantó.

–¡Harry! ¿Como estás? Te he extrañado– le dijo ella aún abrazandolo.

–Estoy bien, Molly gracias, yo igual la extrañé.– le sonrió.

–Oh cariño te ves delgado, vamos a la madriguera deje la cena lista.

Así empezaron a caminar todos juntos. Harry iba detrás de ellos, viendo cómo Ron conversaba con Hermione y Ginny, Molly iba adelante con Arthur, también iba George, él estaba caminando a un lado de sus padres. Así salieron de la estación y se dirigieron a la Madriguera.

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Calmados, déjenme llorar.






Para dejar una cosa clara, es que ni yo me había entendido.

Los familiares de los alumnos que se iban a graduar, fueron a la ceremonia, pero después se fueron por red flu o algo, dejando a sus hijos en el colegio para que ellos se fueran en el tren y estuvieran con sus amigos por última vez.

¿Me entienden?

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