THE FINAL VIII - Flecha Rota

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Por incontable vez a lo largo de toda su historia, la ciudad de Musutafu era un caos total. Nuevamente era presa de un ataque de villanos, pero a diferencia de otras veces, este ataque era completamente coordinado y planificado.

Personas corrían por sus vidas dejando las pertenencias materiales de lado, héroes profesionales se sumergían al combate directo y otros buscaban rescatar y evacuar a la máxima cantidad de civiles posible.

A lo largo de toda Musutafu, se encontraban presentes montones de encapuchados de negro con armas afiladas listos para matar a cualquiera que se les cruzara en su camino. Esas eran las órdenes recibidas.

La Liga de las Sombras realizó su movimiento estratégico en contra de Japón bajo las órdenes directas del mismo Ra's Al Ghul, la Cabeza del Demonio.

Sus objetivos era claros, destruir Musutafu, asesinar a toda persona nativa del lugar y llevarse a Izuku Midoriya, Sarah Al Ghul y Eri Aizawa con ellos.

La cantidad de asesinos presentes superaba con creces a la cantidad de héroes profesionales, salían encapuchados de negro con espadas en sus manos por todos lados y no eran capaces de pararlos.

Incluso los héroes del top diez como Shoto y Ground Zero tenían problemas para derrotar a los miembros de la Liga de las Sombras, cosa que aterraba al resto de profesionales.

Los muertos aumentaban, los héroes eran obligados a retroceder y la Liga de las Sombras estaba cada vez más cerca de su objetivo. El paronama era desesperanzador.

Y mientras todo esto ocurría, el artífice del ataque observaba la destrucción sobre lo alto de un edificio, el demonio por excelencia, el primer asesino de todos.

El gran Ra's Al Ghul

Esperaba pacientemente su momento de actuar, analizando el entorno. Después de todo, él representaba el pico máximo del ser humano sin quirk... si es que se le podía denominar "ser humano".

Por otro lado, Izuku Midoriya junto a las recién llegadas Eri Aizawa y Sarah Kyudai se preparaban y vestían su equipamiento para salir a las calles.

Mei Hatsume y Melissa Shield se encontraban pegadas a la computadora de la "Flecha-Cueva" listas para apoyar a los vigilantes desde una zona segura.

Izuku terminó de vestirse con su traje de Flecha Verde y miró fijamente el arco que llevaba en su mano. El mismo arco que Roy Harper le había regalado años atrás.

Sus días en Lian Yu junto al antiguo vigilante Arsenal y la hija del demonio pasaron por su mente rápidamente. Cada enseñanza y recuerdo, tenía que emplearlo todo.

— Si estuvieras aquí sabrías exactamente que hacer, ¿no es así, anciano? — Izuku soltó una ligera risa nerviosa — Le pondré fin a esta historia de una vez por todas, más te vale que todos esos consejos que me diste funcionen

— Van a funcionar, estoy segura — Sarah se ubicó al lado de Midoriya observando el mismo arco — Es todo lo que tenemos...

— ¿Qué crees que diría ahora de nosotros? — preguntó el pecoso suspirando — ¿Si hubiéramos escapado los tres juntos las cosas serían distintas?

— ¿Quién sabe? No me gusta pensar demasiado en esas cosas — contestó Kyudai entrecerrando los ojos — Lo único que sé, es que tenemos que matar a Ra's Al Ghul. Mientras siga con vida, ni tú ni tu hijo van a estar a salvo

— Ya hablamos de esto, Sarah. Busca tu propia felicidad — el peliverde frunció el ceño al recordar su desagradable charla con All For One — Quiero que puedas seguir avanzando con tu vida...

Izuku Midoriya: Flecha VerdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora