Capitulo 10

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Apenas me había acabado mis deberes y le pedí perdón a Vanya.

-Descuida Cinco se que lo que hice te trajo un deja vú, tienes mi apoyo si quieres hablar de algo

-No Vanya, no fue la mejor manera de irme, tú querías pasar tiempo conmigo y lo arruine...

Hiba a seguir hablando pero fui interrumpido por un ruido que provenía de la cocina, sin pensarlo me teletransporte y me di cuenta de quién se había tratado era de Luther se había caído.

Ayude a Luther para que se levantara le hable a mamá apenas si lo llevaron a la enfermería yo me teletransporte con Vanya.

-Lo sabía

-¿Saber qué?

-Tienes sentimientos y nos quieres

-rodé los ojos-No empieces Vanya

Es mi naturaleza Cinco- se alzó de hombros-

Adiós Vanya- apenas termine la frase me teletransporte a mi habitación-

Me quedé pensando ya habían pasado cuatro años desde que Ocho se fue, pero seguí manteniendo la fé en qué algún día la vería, fui a la habitación de Ocho y vi todo vacío como si jamás hay hubiera dormido una niña, pero no vacío de inmuebles si no era un vacío de que jamás había sido utilizado ese cuarto.

Después de aproximadamente tres horas y media salí del cuarto de Ocho y baje a comer, hoy era el peor día no tenía ganas de comer, entonces decidí retirarme.

-Sr. Reginald me puedo retirar de la mesa, tengo calculos pendientes

-¿Son importantes esos calculos?

-Si, son para dar brincos en el tiempo

-Esta bien Cinco retiraré

Me fui y resolví una operación no podía concentrarme, estaba pensando en Ocho, y la verdad no quería equivocarme, no quería quedar varado en el tiempo, tanto viajar a otra realidad donde mi Ocho era diferente, quería que fueran exactos los cálculos.

Intentaba realizar un cálculo pero los recuerdos de Ocho ayudándome, y mostrándome mis errores me distraían.

Paso una semana y seguía sin apetito pero Vanya, Ben y Klaus me ayudaban a comer algo.

Faltaban tres mese para nuestro cumpleaños número 12 ya había mejorado en mi alimentación, pero los entrenamientos se habían vuelto más pesados.

-Vamos Diego, no podremos acabar el crimen de la ciudad si ustedes pelean asi- suspiro enfadado- Luther y Cinco al centro

Luther y yo hicimos caso.

-Comienzan ahora

Yo inicie golpeando a Luther en su garganta en un golpe rápido y fuerte.

-No se te olvide que solo es un entrenamiento número Cinco.

Tiré a Luther, pero a él lo beneficio y me hiba ganando así que puse mis dos piernas en su cuello y apreté no fuerte pero si lo suficiente para mantenerlo en el piso.
No quería lastimar a Luther pero tampoco permitiría que me ganará.

-Gran entrenamiento número Cinco, pero la siguiente aumenta la intensidad en tus golpes

-Si Sr. Reginald

Desde Nuestras PerspectivasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora