Capitulo 1

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Amalia.
Marzo, 1939, Alemania.
Era una mañana muy fría, miraba por mi ventana cómo caía la nieve, la observo con detenimiento ya que pronto terminará el invierno y vendrá la primavera. Me siento muy inquieta ya que desde hace días he tenido una sensación algo extraña, esa misma que me advierte que algo malo pasará, simplemente trato de ignorarla y seguir con lo mío. Es una etapa muy importante en mi vida ya que muy pronto empezaré la universidad.

Aún hay muchos rastros de desigualdad en nuestra sociedad y las mujeres no tenemos muchas oportunidades, y si las tenemos casi no importa para los hombres ya que nuestra voz es casi nula. Pero me alegra saber que mi madre si me apoya en el plan de seguir mis sueños, todavía no sé qué quiero ser pero si tengo claro que quiero ser feliz.
Me parezco mucho a ella: valiente, digo lo que pienso, con ganas de destrozar todo lo injusto, soñadora, con mucha alegría en mi interior y amor para dar a diestra y siniestra.

Tocan dos veces a mi puerta—¿Amalia? ¿Estás despierta? «Es mamá» — Se está haciendo tarde para asistir a la condecoración de tu padre.
—¿Debemos ir? Sabes que no me gusta el ambiente militar – pongo mis manos en modo de súplica
—Si, debemos, es importante para tu padre y el se molestará si no vamos, sabes muy bien cuanto a luchado por ese puesto y al fin lo nombrarán Coronel.
—Ya veo a todas las señoras de la sociedad felicitándote por el ascenso de tu esposo y al voltear maldecir a la vida por no poder ser tú    –digo con sarcasmo y ella empieza a reír – Mamá sabes perfecto que todos te ven raro por ser una mujer con pensamientos diferentes, ¿porqué ir y fingir ser como todos los demás? cuando es obvio que solo tratan con nosotras por el apellido de nuestro padre.
—Yo no voy por agradar a la sociedad, voy por tu padre, por que es el amor de mi vida y quiero estar presente cuando cumpla uno de sus sueños –empieza a trenzar mi cabello– aparte de que no me molesta que cuchicheen sobre mi, ellos no son felices por sus mentes cerradas, si vieran más allá de las buenas apariencias y posición social, créeme que sus preocupaciones serían otras.

Mi mamá sin duda es una modernista, amo cada palabra y pensamiento que sale de su boca. Termina mi gran trenza con flores de distintos colores ubicados a lo largo de mi gran cabellera color castaño claro.

Recuerda esto siempre Amalia "Mi impetuosa pasión, mi aspiración mayor es la de...
—llevar el nombre de amante de la libertad" –termino por ella.

Salimos camino al gran evento, nos adentramos al mercado y hay mucha gente bailando, ofreciendo comida tradicional, niños corriendo de aquí allá con la cara pintada de algún animal, en esta parte de la ciudad siempre es así pareciera que las personas no tuvieran el más mínimo problema ya que solo se les ve festejando. Mi mamá está viendo los puestos de cosas artesanales y yo me adentro más a los puestos de comida probando de todo lo que me ofrecen.

Veo a una lechuza sentada en lo más alto del poste que sostiene un gran cartel haciendo publicidad a una hechicera, el ave me está viendo fijamente, desciende emprendiendo vuelo en la dirección contraria y decido seguirla, por un momento me siento como Alicia en el país de las maravillas siendo guiada a su destino, pero choco con una señora botando todo su mercado.
—Lo siento señora, en verdad lo siento, estaba distraída y no la ví – siento mi corazón acelerarse.
—No te preocupes Amalia, no pasó nada grave.
—¿Está usted bien? ¿La lastimé o algo? – preguntó nerviosa.
—Estoy bien, gracias por preocuparte.

La señora me mira con sus ojos azules y siento que está viendo lo más profundo de mi alma, sin embargo me siento tan cómoda con su mera presencia y siento que la conozco de toda mi vida.
Salgo de mi burbuja y capto que todos los alimentos siguen en el suelo, me agacho y recojo todo llenando la bolsa rápidamente y al momento de dársela mi mente se da cuenta de algo.
—Oiga señora ¿como supo cual era mi nom....? ¿Señora? – veo por todos lados y no la veo.
Es como si se hubiera evaporado en el aire.

Sigo caminando hasta que encuentro a mamá, ella nota mi cara de aturdimiento y me hace un montón de preguntas
—¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Quieres que vayamos a casa? – pregunta con desespero.
Estoy metida en mis pensamientos sin prestar atención a nada hasta que mi mamá me sacude con fuerza.
—¡¡AMALIA TE ESTOY HABLANDO!!
—¡Si mamá estoy bien! Es solo que... pasó algo súper extraño.
—Me lo cuentas cuando estemos en casa, ya es súper tarde y el evento debe de haber empezado ya.
Me quedo inmóvil, siento que debo hacer algo más en este lugar, más sin embargo no sé qué es. Mamá voltea y se regresa tomando mi rostro en sus manos.
—Mi amor, sé que te pasa algo, y te prometo que al llegar a casa, hablaremos sobre esto, ok?
Le dedico una sonrisa medio torcida y nos aventuramos a nuestro destino.

                ~~~~~~•~~~•~~~~~~

Llegamos al centro militar y puedo reconocer a muchas familias poderosas, la mayoría de todas las personas y soldados que están aquí respetan mucho a mi padre, el apellido Meyer según es "un gran honor portarlo"
Me parece tonto que debamos depender del apellido de un hombre para hacernos valer.

Puedo observar a mi padre rodeado de la prensa y al lado está Adelaida que también responde algunas preguntas de vez en cuando, un cadete nos localiza entre la multitud y nos pide que nos ubiquemos al lado del nuevo Coronel.

Cuando terminan las preguntas se preparan para la ceremonia, el mayor sargento de la milicia en Alemania está presente y será quien nombre a mi padre,  todos lo ven con cara de orgullo y en especial Adelaida que quiere seguir los pasos de él. Ellos dos se parecen mucho, tiene el mismo carácter, mientras que yo me parezco a mamá.

La ceremonia avanza y para culminar le piden al nuevo Coronel que diga unas palabras
—Este lugar... este puesto, mi familia y estás personas son todo lo que he querido en esta vida. No ha sido fácil ya que cada misión y guerra que surge es más compleja que la anterior y se necesita grandes habilidades, habilidades que con el paso de los años he ido manteniendo a pesar de mi edad.– nos ve con ojos llorosos– mis hijas son mi flor, mi sol de cada día, ellas hacen que quiera enfrentarme a los enemigos día a día, mi esposa...ella es el amor de mi vida y le agradezco por estar aquí, para mi.–toma una gran bocanada de aire– la guerra apenas comienza, y se vienen grandes enemigos y cosas que corregir, siempre digo que tendremos una gran nación implementando la justicia y balanceando todo lo que está desordenado, ¡JUNTOS VAMOS A VENCER!

Veo a mi madre que está con cara de confundida al igual que yo, ¿de que está hablando? ¿guerra?

Souls bound by love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora