Yoongi caminaba por los pasillos con cierto desespero. Atender los asuntos del reino después del matrimonio había sido bastante pesado y fatigoso, incluso para alguien como él. Llevaba días sin ver a Jimin, pues había tenido que viajar a otros territorios dentro de las Tierras Cálidas que exigían su presencia para algunos eventos o firmas de tratados; siempre en beneficio del pueblo. Quería ver a su príncipe más que nada. No sabía que se podía extrañar tanto a alguien.
Uno de los sirvientes anunció la llegada del Rey Min a los aposentos de la ahora «reina». El rubio entró haciendo gala de su gran porte y enseguida quedó deslumbrado por la exótica belleza de su amado, lo había echado de menos, muchísimo. Sin embargo, orgulloso como él solo, no se lo diría con palabras.
Se acercó con premura y abrazó a Jimin como si llevara años sin verlo; su cuerpo se sentía más menudo y al enterrar la cabeza entre su hombro y cuello sintió un aroma ligeramente diferente al que estaba acostumbrado. Cosa que parecía un poco absurda, pues solo había compartido con él unos días antes de marcharse al sur debido a los asuntos del reino.
—Majestad... —Incluso su dulce voz sonaba diferente.
Al incorporarse y mirar su rostro, percibió un brillo distinto en el violeta de sus ojos. «Tal vez llevo mucho tiempo sin verlo y por eso me parece algo extraño». Yoongi ignoró la sensación de incomodidad que se apoderaba de su pecho.
—Tomaré un baño y luego cenaremos juntos, ¿te parece bien?
El príncipe asintió gustoso, con una sonrisa que al monarca le pareció fingida.
La cena transcurrió tranquila, los sirvientes servían en silencio y Jimin le preguntaba por su viaje. El rubio escuchaba sus comentarios y su risa, pero de alguna forma se sentía desanimado. «Quizás solo estoy cansado por el largo viaje».
Sin embargo, en su interior, aunque quisiera negarlo, estaba decepcionado. Creyó que ver al príncipe otra vez le traería alegría a su monótona rutina. Creyó que lo había extrañado con locura desmedida y que cuando lo viera, su corazón estaría en paz. No fue así. Las mariposas en su estómago y el sonrojo en sus pálidas mejillas, aunque molestos, nunca llegaron.
Y por primera vez en la vida el Rey Min Yoongi tuvo miedo. Miedo de haber cometido un error, de haber llevado las cosas demasiado lejos, de haberse dejado arrastrar por un momento de pasión. Ahora podía pensar con la cabeza en frío. «Debió haber sido el Intercambio Elemental, no hay otra explicación para mi comportamiento inicial y el de ahora», pensó con amargura.
Cada uno se retiró a sus aposentos. Min usó la excusa de estar demasiado exhausto y no quiso visitarlo en la noche.
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✿ Lᥲ Prιᥒᥴᥱsᥲ dᥱ ᥣᥲ Lᥣᥙvιᥲ ✿ Yoonmin +18 ✔
Fanfiction-Sí, soy de la realeza, p-pero no soy la princesa... -repitió la bella joven-. Soy... el príncipe... «¿Qué?... La Princesa de la Lluvia es... ¡¿es un chico?!», fue todo lo que pasó por la mente del rey antes de que su cerebro dejara de funcionar. �...