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          Habían pasado algunos días desde lo ocurrido en el restaurante y Murphy sentía que todo iba bien, aunque no había visto a Trout ni en la estación ni en la Corte, pero no se preocupaba mucho, aunque a veces sentía que le hacía un poco de falta.

         Al caer la noche y terminar su turno, decidió ir a visitar a Trout a su departamento. Estaba un poco alejado del centro de la ciudad, así que le costaría un poco llegar, pero no le importaba. En el camino, compró una caja de donas y prosiguió con su viaje. Observó a algunos ciudadanos, entre los cuales reconoció a una niñita que previamente había estado marchando por la liberación de los osos.

        Después de varios minutos, llegó al departamento de Trout. Subió las escaleras y tocó la puerta varias veces, pero no obtuvo respuesta inmediata. Volvió a tocar, esta vez mucho más fuerte.

         No hubo respuesta.

         —¡Trout! —exclamó—. ¡Soy yo, Murphy!

          De nuevo, sin respuesta.

          Decidió tirar la puerta y cuando lo hizo, observó el interior del departamento, un poco aterrado: había varias fotografías de los osos pegadas en un gran tablón que lo hizo retroceder unos cuantos pasos.

          —¿Qué... haces... aquí...? —preguntó una voz furiosa detrás de él.

          Murphy soltó un pequeño grito de terror, pero luego se percató de que aquella voz era de Trout.

           —¡Trout! —exclamó—. Oh... tremendo susto... y-yo... vine a visitarte.

           —Eso es obvio. ¡¿Por qué?! No te lo pedí —dijo mirándolo con cierta frialdad, pero era mucho menos que antes.

           —Ahm.... No te había visto estos días en la corte y pues... Creo que dentro de unos días el jurado llegará a una conclusión y pues...

           —Ajá. Entiendo. ¿Qué haces aquí?

          Murphy se sentó en uno de los sillones, colocando la caja de donas en la mesa.

           —Quería verte.

          Trout giró su rostro para evitar que Murphy viera el ligero sonrojo que tenía.

          —Bien, ya me viste, puedes irte.

         —No, Trout —sentenció—. Escúchame, no creo que sea sano que estés... —dijo señalando el gran tablón con las fotografías de los osos—. Ya sabes... tan obsesionado. Mira, sé que son un desastre, pero no es bueno para ti ni para nadie.

          —No me des consejos, Murphy —dijo Trout sentándose a su lado y observando la caja de donas—. ¿Quieres...?

            Murphy abrió la caja de donas y tomó dos: una para él y otra para Trout. Por alguna razón, Trout no gustaba de tocar la caja de donas.

           —Compré de las que te gustan.

           —S-sí... —decía con dificultad mientras comenzaba a masticar—. Oh... esto es...

            —Están buenas, ¿verdad?

            —S-sí... —admitió terminándose la que tenía en la mano y tomando otra—. G-gracias...

           Un poco confundido, Murphy ladeó la cabeza y limpió su bigote.

           —¿Por qué? —preguntó.

           —Por... venir... —respondió con el ceño fruncido.

            Murphy sonrió un poco y le fue imposible no abrazar a Trout, quién trató de corresponderlo.

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¡Holaaa!

¿Qué tal andan?

Bueno, decidí actualizar otra vez porque no me gustó mucho el capítulo anterior, más que todo porque cuando lo escribí andaba medio distraído escuchando un vídeo interesante y pues, XD, ni recuerdo bien qué pasó anteriormente.

Espero que estén bien :D; lávense las manos y esas cosas.

¿Qué les está pareciendo la historia?

Por primera vez, me está gustando mucho una historia mía XDDD. Ñemñemñem, bueno, no sé cuantas capítulos le queden (no quiero que sea tan larga, luego será aburrida), pero planeo que tenga entre 20 y 30, no más de ahí.

Eso es todo, supongo.

Arrivederci!

Donas • 〘Trout×Murphy〙〔Escandolosos〕| COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora