STEAL MY GIRL (NOMIN)

6. MIDNIGHT MEMORIES

❝Donde Jeno y Jaemin crean memorias de medianoche.❞

─¿Quieren salir este fin de semana? ─preguntó Jisung mientras en su pantalla se veía a Chenle en la parte de atrás, arreglando alguna cosa, parecía su cuarto. Acostumbraban a hacer videollamadas a seguido.

─Por mi bien ─asintió Mark.

─Nosotros igual ─Jaehyun habló por él y Tae.

─... Yo... Yo tengo planes, chicos ─Jaemin rascó su nuca nervioso, teniendo más que claro que estaba sonrojado. Obviamente no le podía decir a sus amigos lo que haría ─y lo que venía haciendo─.

─¿Tienes planes? ─repitió Renjun. ─¿Qué es? Suena interesante que Nana tenga planes para un fin de semana.

─Mi primo viene de visita ─se le ocurrió decir. ─Y mamá quiere que ya saben, salgamos y eso.

─Oh, eso es genial ─sonrió Tae. ─Pues entonces seremos sólo nosotros en mí casa. Si te da tiempo te unes, Nana.

─Por supuesto ─asintió, contento de saber que no había riesgo de encontrarse con nadie en la cita con Jeno.

La conferencia siguió con diversos temas de conversación, sus amigos eran sensacionales; la forma en la que podían hablar de cualquier cosa, evitando un silencio incómodo, y si eso pasaba, los chistes sarcásticos de Renjun adornaban el ambiente.

Con el tiempo algunos siguieron con sus actividades, y él quedó solo con Jaehyun y Taeyong, hablando del centro; le comunicaron que los presidentes quedaron encantados con su formulario, y estaban discutiendo su entrada.

Aprovechando también para darle consejos de cómo llevar sus estudios si es que logra ingresar y las puertas que le abrirían. Por ejemplo, la universidad.

Al terminar definitivamente con la llamada, se despidió de sus hyungs y terminó las tareas pendientes; quería tener su mente en Jeno ese día, ya que si tenía algo por hacer, sería imposible sacarlo de allí.

Aunque su mayor lograba hacerle olvidar de todo.

Jeno❤:

Lindo.

¿Ya estás listo?

Sip.

¿Vienes?

Cinco minutos.

Va.

Apagó la pantalla de su teléfono sonriente; ya estaba bañado y vestido, está vez intentó no prepararse como la primera vez, debido a que eso alimentaba las esperanzas de algo mejor.

Aunque también le hacía pensar en qué haría Jeno para que no sea tan monótono e incómodo.

Bajó las escaleras, ya le había avisado a sus padres que saldría; evitó las preguntas de su madre, claramente sobre Jeno y salió, cerrando la puerta aún dándole la espalda a los escalones.

Al voltear, todo su cuerpo se tornó gelatina y resbaló en los mismos escalones, cayendo directamente sentado.

Jeno vestía unos jeans negros, con ese toque ajustado pero a la vez no, veía una camiseta blanca lisa y la chaqueta de cuero negra le daba el toque mágico; pero en verdad, fue cómo la luz se las arreglaba para dejar sus labios rojos y sus ojos más penetrantes que nunca.

Por inercia se acercó a él sorprendido, tomando ambas de sus manos para levantarlo.

Tenía ganas de preguntarle a su rubor si sólo aparecía con Jeno; por más obvia que sea la respuesta.