-1-

14 1 0
                                    

Mi primer amor; el único. Su nombre era Niall Horan. Tuvimos la oportunidad de ser mejores amigos desde mi año de nacida hasta mis 18 años, justo cuando mis padres me vendieron a un ninfómano sin importarles un bledo. Había tenido las mejores experiencias de mi vida al lado del pequeño rubio, mi primer beso había sido con él, mis primeras, y las únicas, "mariposas" las había provocado él; sucedió algo más que una amistad, a escondidas. Mi corazón se destrozó al momento que vi en sus ojos la decepción, enojo, tristeza, preocupación todo al mismo tiempo. El día antes de partir a Inglaterra, le solté la bomba. ¿Qué que hice después? Me alejé. Lo dejé ahí, parado junto al poste de luz. Escuchaba que gritaba mi nombre pidiendo que regresara. Las lágrimas corrían por mi mejilla.

Hoy han pasado 3 años desde que dejé Irlanda. Me habían casado con un hombre sediento de sexo. Era obligada a tener relaciones con él cada dos por tres. Estaba bajo el mando de un hombre rígido, alto, fuerte, con el ceño fruncido siempre. Mi cuerpo era débil. Había terminado mis estudios de modelaje y maquillaje profesional.

Tenía cada parte de mi cuerpo golpeada, tenía mi ceja cortada, mi labio sangraba. Me había abstenido de tener sexo con él, lo único que recibí fue una golpiza. Su puño encontró mi mejilla con una fuerza extravagante para estar borracho, me hizo caer al suelo y ahí pateo una y otra vez mi estómago, mi espalda, mis piernas y parte de mi cara. Se puso de cuclillas, me haló de mi cabellera y con una sonrisa intimidante susurró:

-Si yo te digo que te quiero en mi cama... ¡TE QUIERO EN MI CAMA! –Gritó lo último y me soltó una última cachetada. –Tengo hambre. Levántate y hazme de cenar.

-S... sí. –Tomé todas mis fuerzas y a como pude logré ponerme de pie.

Tomé unos cuantos huevos y los revolví con pedazos de salchicha cortada en rodajas. Calenté unas tortillas. Serví el huevo en un plato con las tortillas a un lado, lo puse en la mesa frente a él.

-¿Puedo irme a dormir? –Pregunté con la mirada gacha.

-Si. Lárgate.

Camine unos pasos a la escalera, pero su voz me llamó.

-Keeva iremos a Irlanda el próximo viernes. Quiero que tengas nuestras maletas listas el viernes. –Comentó sin mirarme.

-Claro Dylan. Con permiso. –Sin más subí las escaleras a nuestra habitación.

La semana pasó entre sexo y cervezas, el único que lo disfrutaba era él. Era viernes por la mañana, Dylan se había ido a la empresa, eran las únicas 6 horas que estaba en paz en la gran casa. Después de despedir a mi esposo como la gran esposa que soy, subí a la habitación, saqué las maletas del ático y las llevé a la habitación. Comencé a doblar las prendas interiores después las camisas, pantalones y nuestros pijamas, aunque la verdad no sé por qué las empacaba, todas las noches él me obligaba a tener sexo. Ni a hacer el amor llegaba, era totalmente distinto a como yo me lo imaginaba. Terminé con la ropa y comencé a guardar zapatos en otro par de maletas. Mi celular comenzó a sonar haciéndome saber que un mensaje estaba en mi buzón. Lo tomé y en la pantalla reflejaba el nombre "Dylan". Le piqué "Aceptar" y el mensaje se abrió.

*De Dylan:

Arregla también un buen vestido y mi mejor traje.

*Para Dylan:

Está bien.

Y ya no hubo respuesta alguna. Jamás contestaba mis mensajes.

Suspire pesadamente y camine al gigante ropero. Tomé dos de mis mejores vestidos, me medí uno para luego caminar al espejo. Era de los vestidos más caros que tenía. Me hacía buena figura. Me lo quité y me coloqué el otro. Un hermoso vestido negro, me lo había puesto una sola vez, en una boda de un compañero de Dylan de su trabajo. Lo guardé en una bolsa especial y lo colgué junto con el traje de Dylan. Sonreí al finalizar las maletas.

Miré el reloj de la pequeña mesa; 11:28am. Bajé a la cocina y ahí estaba Stella, era nuestra sirvienta de medio tiempo. Llegaba a las 7am y se iba a las 2pm. Ella se encargaba del desayuno y de la comida. Ella sabía que yo estaba en un tipo de "Abuso sexual"

-Hola señorita Keeva. –Me saludo con una sonrisa, pero al ver los moretones de mi mejilla se le esfumo. –Señorita Keeva. –Se acercó a mí y con su arrugada y suave mano acaricio mi mejilla.

-No es nada, Stella. –Le sonreí. -¿Qué comeremos hoy? –Caminé a la estufa. –Pollo con salsa. Delicioso, Stella. –Me dirigí a la barra. –Stella. El señor Lane y yo no estaremos toda esta semana. No creo que sea necesario que vengas, pero aun así pregúntale a Dylan.

-Claro señorita Keeva.

El sonido del coche de Dylan se hizo presente.

-Keeva. Llegué. –Su voz rasposa llamó mi atención.

-Estoy en la cocina, Dylan. –Le contesté.

-Hola Stella. –Le saludó. –Hola Keeva. –Besó mi mejilla. -¿Podrías servir de comer, Stella? –Caminó a la mesa.

-Sí, señor Lane.

-Por cierto. No vengas toda esta semana. Keeva y yo iremos a Irlanda. Regresamos el próximo domingo.

-Claro señor Lane.

La comida fue normal. Cerca de casi las 3, Stella se fue con su cheque en mano. Dylan subió escaleras arriba y detrás de él, como perro faldero, estaba yo.

-Keeva, esta semana nos iremos a Irlanda con tus padres. El sábado iremos a la boda de un viejo amigo, los demás días yo estaré en el trabajo de tu padre y muy probablemente no nos veamos. –Soltó. –Quiero que te comportes decentemente en la boda. –Comenzó a desvestirse. –Me ducharé. Nos iremos a las 5. –Se perdió en el pasillo al baño. 


~~~~~~~~~~~~
Cap 1. 
Tenía esta novela guardada, la empecé hace años y pensé en subirla aquí. Espero les agrade :3

Mi AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora