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-Keeva, esta semana nos iremos a Irlanda con tus padres. El sábado iremos a la boda de un viejo amigo, los demás días yo estaré en el trabajo de tu padre y muy probablemente no nos veamos. –Soltó. –Quiero que te comportes decentemente en la boda. –Comenzó a desvestirse. –Me ducharé. Nos iremos a las 5. –Se perdió en el pasillo al baño.

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Las horas pasaron lentamente, eran las 4:55pm cuando ya estábamos arriba del carro. Arribamos al aeropuerto a las 5:37pm el vuelo saldría en 23minutos. El tiempo exacto para hacer todos esos movimientos necesarios antes de subir al avión.

-"Pasajeros del vuelo 236, se les informa que estamos a punto de aterrizar, favor de abrochar sus cinturones. Gracias, por preferir "Aeronave"." –Se escuchó una voz por un altavoz.

Llegamos al auto que nos esperaba con nuestras maletas en mano. Tardamos 35 minutos y el fraccionamiento de mis padres se veía cada vez más cerca. Al bajar todo estaba igual que hace años atrás. Algunos árboles más, algún personal distinto. De ahí en fuera era igual.

Al pasar por aquellas grandes puertas mi madre y mi padre estaban en el último escalón de las escaleras. Mi madre tenía una gran sonrisa en rostro, lo que hacía que las pocas arrugas de la cara se notaran un poco más. Tenía su cabello un poco más corto, se le notaba que estaba pintado. En cambio, mi padre con esa expresión seria e igual que siempre, con su saco de buena marca y su pipa en la mano derecha.

La mano de Dylan soltó la mía y caminé a ellos.

-Hola, mi amor. –Mi madre me sonrió y me abrazó.

-Hola, mamá. –Sonreí.

-Keeva. –Saludó mi padre con su voz seca.

-Hola, padre.

-Sr y Sra. Milán. –Les saluda Dylan.

-Dylan. ¿Cómo has estado? –Le saludó mi madre.

Él la abrazó, plantó un beso en su mejilla y dio media vuelta para con mi padre, ambos se abrazaron y comenzaron a caminar a, creo yo, la oficina de mi padre.

-Keeva. –La pequeña voz de mi hermana Moli me atracó.

Moli era tan solo una adolescente, tenía 14 años cuando me fui con Dylan. Era una niña muy parecida a mi padre, pero tenía los sentimientos de mi madre. Sus cabellos eran un color oro oscuro, los míos eran claros. Sus ojos y los míos eran los mismos que los de mi padre.

Con sus cabellos atados en un tomate alto, sus jeans negros y blusa al tono corrió a mí y sus brazos me tomaron por el cuello y yo la cargué dando dos vueltas con ella en brazos.

-Keeva, no has venido a verme. –Sus ojos se achicaron.

-Lo lamento, Moli. –La abrace.

Mi madre, Moli y yo subimos a la habitación que teníamos a nuestra disposición Dylan y yo. Acomodamos las cosas entre risas y abrazos entre Moli y yo.

-Ma, ¿hoy vendrá Niall?

Su nombre... era él. ¿Por qué él venía a casa? ¿Por qué hoy? Después de tanto tiempo... no quería verle.

-No, Moli. –Mi madre me miró. Ella sabía que entre Niall y yo no hubo solamente una amistad.

-¡Oh! –Agacho su cabeza. -¿Sabes Keeva? Niall tiene un perrito que cuando viene a casa lo trae y jugamos.

-Suena divertido, Moli. –Le sonreí. Para tener 17 años era un poco chiflada en ciertas cosas.

Bajamos las escaleras y las risas de Dylan y de mi padre llegaron a nuestros oídos.

-Sophia, Dylan y yo iremos a cabalgar. –Dijo mi padre serio.

-Está bien, mi amor. –Le sonrió mi madre.

Las horas pasaron. Después de cenar, mi esposo y yo subimos a la habitación.

Esa noche recibí dos golpes en mis costillas, una cachetada y el peor "sexo", lo digo entre comillas por el hecho de que para mí eso era una violación.

La mañana siguiente me levanté directo al baño. Tenía mi mejilla un poco morada. Me bañé y coloqué maquillaje para que el golpe no se notara. Bajé las escaleras y las risas de Moli me hicieron sonreír.

-Keeva. –Sonrió.

-Hija, ¿tienes ya tus cosas para la boda? –Mi madre preguntó. Asentí. –Moli no tiene un vestido, ¿podrías llevarla a la boutique?

-Sí, madre. Ve a bañarte cochina, nos vamos en 2 horas. –Ella sonrió y corrió escaleras arriba.

Estábamos en la boutique buscando un vestido perfecto para Moli. La campanilla de la tienda sonó.

-¿Keeva?

-...-¡oh no! ... –Katrina. –Voltee a ella.

-Dios mío... eres tú. –Sonrió y efusivamente me abrazó. Si, justo en las costillas. -¿Cuándo has venido?

-Llegué anoche. –Sonreí.

-Dios. –Me miró de arriba abajo. -¿Sigues con ese patán?

Asentí

A Katrina jamás le agradó Dylan.

-Keeva...

-Katrina, no me digas nada, por favor.

-Tenemos que salir y hablar, Keeva. –Sonrió ampliamente. Asentí.

-Keeva... Hola Katrina. –Moli le sonrió.

-Moli. Te ves hermosa.

-Moli todos los chicos quedarán enamorados de ti. –Le sonreí.

Compramos el vestido de Moli. Intercambiamos números con Katrina y quedamos de vernos en la boda. Manejé a casa con Moli cantando canciones de Justin Bieber.

Al llegar los empleados nos ayudaron con las bolsas. Entramos a la casa y las voces graves de mi padre y de mi esposo llenaron nuestros oídos.

-Amor. -Dylan se levantó de su asiento y plasmó un casto beso en mis labios. -¿Qué tal sus compras?

-Todo bien. Moli compró un lindo vestido. -Sonrió.

La tarde pasó lentamente. Hablaba con Moli en el patio trasero. La noche por primera vez fue tranquila. Dylan no había intentado siquiera tocarme.

La mañana siguiente todos en la casa estaban demasiado apresurados. La boda de Greg Horan era el día de hoy. Hoy volvería a verle. Volvería a ver al amor de mi vida.


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Cap 2. 
Seguidos ¿porqué no? :3

Mi AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora