Capitulo 2

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ᴘᴇʟɪɢʀᴏ


Agosto 11, 2018. 01:34 AM

—¿Su tutor? —preguntó Erwin moviendo los hielos de su vaso de whiskey.

—Solo será temporal —aclaré—, esto en lo que puedo alzarme con mis ingresos y demostrar que soy la más apta para cuidarlo —removí con nerviosismo mis manos por debajo de la mesa—. Realmente lamento pedirte algo de tal magnitud aún si ya me ofreciste techo, agua y comida, pero tú eres mi mejor opción, más bien, mi única opción.

Dio un suspiro alborotando su rubia cabellera. Se le notaba pensativo y preocupado, sabía que esta era una situación delicada que no era fácil de abordar al implicar a un menor víctima de abusos.

Meterse en estos conflictos eran un dolor de cabeza por todo el proceso que tenías que pasar, algo que podía demorar hasta meses para obtener un resultado positivo, no obstante, observé con anterioridad que gente con mayores capacidades económicas como Erwin podían lograrlo en menos, así que esa era mí apuesta.

Rogué y pedí que su respuesta fuera afirmativa pues sabía que eso definiría el camino de Eric así como el mío, de hecho, tanta tardanza por su parte me provocaba una ansiedad terrible que me obligaba a remover la pierna. 

Aproximadamente habían pasado alrededor de tres horas desde que llegamos a su lujoso hogar, en donde fuimos bien recibidos por sus ayudantes en casa, de los cuales la señorita Nifa sobresalía, ya que a distancia se notaba que tenía demasiada cercanía con el rubio. En fin, desde que llegamos fuimos flechados por la maravilla del lugar porque, aunque se viera pequeño desde el exterior, contaba con un enorme jardín lleno de distintas flores que maravillaron a Eric, una terraza y un patio trasero que contaba con una pequeña fuente según Erwin, pero una piscina para nosotros. La casa contaba con habitaciones muy grandes y espaciosas, de un tamaño similar al departamento en el que residíamos, todas acondicionadas para cualquier necesidad.

Un sueño para mi hermano y para mí una alejada realidad.   

A segundos de llegar, Erwin mandó a Eric a tomar una ducha para evitarle un resfriado, no sin antes ofrecerle unos antibióticos por el severo catarro que se le presentó, después de eso nos ofreció una sencilla cena por las altas horas de la noche tomándose la comodidad de entablar una corta conversación con Eric que les hizo sacar pequeñas risas a los dos. Posteriormente mandé al menor a dormir a la habitación que el rubio le ofreció para su comodidad, quedándonos únicamente él y yo en el comedor.

De entre sus bolsillos sacó su celular, de igual manera yo también lo hice al sentir una continua vibración que me hizo temblar en cuanto vi de quien se trataba.

—Es Matt —dije tragándome el nerviosismo.

—Debes contestar —respondió con la mirada en su teléfono—. Mientras mis abogados no actúen, debemos ganar tiempo con tu tío así sea a base de pequeñas mentiras que los mantendrán a salvo por ahora.

Contuve el suspiro de alivio que me crearon sus palabras —Eso quiere decir que me vas a ayudar, ¿cierto?

—Así es —sentí como las palpitaciones de mi corazón comenzaron a tomar su ritmo normal—. Pediré que inicien el proceso para obtener la custodia, tú mientras encárgate de informarle al señor que no volverás, al menos no por hoy.

—¿Por hoy, dices? —la preocupación nuevamente se apoderó de mí.

—No me refiero a que te vayas a ir, te dije que mientras nos apoyemos con pequeñas mentiras evitaremos penalizaciones por su parte. No queremos que te dañe el perfecto historial que hasta ahora has tratado de mantener —asentí—. Di que te solicitaron por más tiempo en el bar o algo, pero no le dejes de contestar.

Entre La Lluvia | 𝑳𝒆𝒗𝒊 𝑨𝒄𝒌𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora