Los siguientes dos días fueron una tortura para Viktor y Luke. Ambos habían descubierto la identidad de la estimada "Señorita"; el shock fue el mismo, pero sus reacciones diferentes.
Viktor había guardado silencio, perturbado por haber escuchado y visto a Lumine actuando como una dama digna del Palacio de Snezhnaya. Había algo extrañamente hipnotizante en observarla acomodar su cabello con la punta de sus dedos mientras respondía a las preguntas de Ekaterina, como si tener una asistente o una sirvienta fuera algo normal para ella.
―Hoy tengo ganas de hacer algo tranquilo, ¿hay alguna comisión que no implique pelear?
― ¡Por supuesto, señorita! ¡De hecho, hay una misión en ese pueblo que le gusta!
Su asombro solo fue disipado cuando escuchó un carraspeo del 11vo Heraldo. Viktor dio un sobresalto al escucharlo y, al notar la mirada de reproche y su postura que imponía autoridad, el Fatui de menor rango bajó la cabeza.
―Mis disculpas, Maestro Childe. ―No se atrevió a alzar la mirada, temía ser regañado. ―Estoy aquí para servir su desayuno.
Sentía una petulante incomodidad al hablar, más por la presencia del Viajero en la habitación y las implicaciones de ese hecho que por el Heraldo.
Esperó que le dieran autorización para cumplir su deber, sin embargo, lo que recibió fue un reproche.
―No has respondido el saludo de la Viajera, soldado.
Viktor sintió una sensación helada recorrer su espalda y estuvo a instantes de levantar la cabeza. Por un momento había olvidado que era parte del reglamento de conducta de los Fatui tratar a los familiares y amantes de los Heraldos con el mismo respeto que a ellos. Su corazón se aceleró, no había correspondido el saludo de la novia del 11vo Heraldo, el más bélico de todos.
―Yo...
―Childe, ―la voz de Lumine retumbó en la habitación; era evidente que pretendía ser escuchada y obedecida. Viktor fue incapaz de verla, temeroso de provocar aun más la molestia del Heraldo, ―No lo molestes. Es un amigo.
Aquella declaración lo sorprendió. El Fatui le había pedido ayuda para comprar recuerdos o adquirir nuevos artículos para su colección, a cambio de información, pero dudaba que su relación comercial pudiera ser considerada un tipo de amistad.
―Pensé que yo era tu único amigo Fatui, nena.
Farfulló Childe.
―Mi único amigo Fatui que casi me mata. ―La voz sonó molesta antes de adquirir un tono más dulce. ―Viktor, levanta la cabeza. Childe no te hará nada.
Ante la petición, Viktor dudó unos momentos. El Heraldo, al darse cuenta de ello, descruzó sus brazos y soltó un suspiro.
―Ya la escuchaste.
El Heraldo dio su aprobación y se dirigió a la mesa de la habitación para que le sirvieran su desayuno.
Viktor frunció los labios y, aún dudoso, alzó la vista con cierto temor. Lumine estaba parada frente a él, con su típica posición de manos en la cadera, y usando una bata del hotel. Sus ojos dorados brillaban tanto como antes, pero su expresión era menos tensa de lo normal. Le tomó unos instantes, pero logró llegar a la conclusión que se debía a que ella ya no lo veía como un enemigo o un misterio por resolver.
Lumine asintió con la cabeza, en señal de aprobación. Atrás suyo, Ekaterina ocultó una sutil risa de simpatía con su mano.
― ¿Necesitas ayuda? ―Preguntó la Viajera.
Viktor se sobresaltó y se apresuró en rechazar la oferta implícita. Sin embargo, el pelirrojo se adelantó.
―Nena, déjate mimar. ―Childe comentó con gracia y en un tono que permitía percibir ternura no oculta.
ESTÁS LEYENDO
Mientras las estrellas brillen (chilumi)
FanficLa lanza de agua apuntó directamente a su cuello, ante cada respiración que hacía podía sentir la punta afilada rozando su piel. Se negó a verlo, a reconocer su frágil estado. ―Lo preguntaré una vez más, camarada... ¿estás bien? No, por supuesto que...