capítulo 38 venganza

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Hola, es corto el capítulo, pero espero que les guste cuando lo lean, créanme que lo escribí y des_escribí varias veces, me costó algo de trabajo y aún no quede muy complacida con él.
Mil disculpas, siempre las pido pero esperó me perdonen. Los quiero y amo sus comentarios, gracias por su apoyo.
Gracias a MarielaMolina por sus ideas, ojalá te guste el capítulo y no te decepcioné.
Gracias por sus ideas y esperen los próximos capítulos y los dos finales. Si gustan buscarme en Facebook aparezco como Annie Frost.
Los personajes son de Naoko Takeuchi, solo escribí por diversión.

***

Todos los invitados estaban en la iglesia, Mina y Amy vestían delicados vestidos color aqua marina, abriendo la marcha nupcial, Chibi chibi llevaba la canasta de flores, y corría por todo el pasillo, tirando pétalos hasta llegar junto a Seiya.
Setsuna entró por el pasillo, iba despacio, mirando a Seiya a los ojos, tenía miedo de que todo fuera un sueño, o que en algún momento se apareciera Darién.
La ceremonia había transcurrido de forma aparentemente tranquila, pero podía sentirse la tensión entre los invitados, pues a todas luces esa pareja no se amaba.
— Setsuna Meioh... Aceptas cómo tu legítimo esposo a Seiya Kou, para amarlo y respetarlo todos los días de tu vida, hasta que la muerte los separe. — Preguntó el sacerdote.
— Aceptó. — Dijo sin titubear, mirando intensamente a Seiya.
— Seiya Kou... Aceptas como tú legítima esposa a Setsuna Meioh. Para amarla y respetarla todos los días de tu vida, hasta que la muerte los separe. — Preguntó el sacerdote mirando a Seiya escrutadoramente, esperando que el dijera algo más.

Seiya miró a Serena con ojos infinitamente tristes, como una muda súplica para que detuviera esa unión, pero al ver sus manos entrelazadas a las de Diamante, con las argollas matrimoniales, símbolo de que le pertenecía, lo hicieron volver a la rea...

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Seiya miró a Serena con ojos infinitamente tristes, como una muda súplica para que detuviera esa unión, pero al ver sus manos entrelazadas a las de Diamante, con las argollas matrimoniales, símbolo de que le pertenecía, lo hicieron volver a la realidad, ella había hecho su vida en otra parte, así que el debía hacer lo mismo, miró a Chibi Chibi y eso fue el motivo que necesitaba para seguir adelante con esa absurda boda. No había marcha atrás.

— Si, aceptó. — Dijo, con voz temblorosa, tras unos segundos, que a Setsuna le parecieron horas.
— Si hay alguien que se oponga a esta unión... Que hable ahora o que callé para siempre. — Dijo por fin el padre, resignado a que esa locura siguiera adelante.
— Yo me opongo. — Dijo Reih con voz triunfal, ante el murmullo y sorpresa de los asistentes.
Había aguardado hasta ese momento para hacer más drámatica su confesión. Darién que permanecía perdido entre todos los invitados se paró atrás de Reih en señal de que no permitiría esa boda.
Setsuna deseó que en ese momento, se abriera la tierra y se la tragará, pues atrás de la sonrisa triunfal de Reih estaba Darién. La persona que menos quería ver ahí.
— Reíh te pido que te vayas. — Dijo Seiya sobreponiendose a la sorpresa.
— Primero tienes que saber que está mujerzuela, te engaña con Darién... — Dijo implacable. — Sólo se acercó a tí para que le ayudarás a sacarlo de la cárcel, ella no te ama ni a tí, ni a la niña. Todo este tiempo a estado fingiendo. —
— ¡Qué vergüenza! Reih está poniendo a Seiya en ridículo frente a nuestras amistades. — Dijo Taiki con fastidio. — Llamaré a seguridad para que la saqué. —
— Eres un inconsciente Taiki— Dijo Amy con enfadó. — ¿No ves que Seiya y la niña importan más que las personas que están aquí, no conocemos ni a la mitad. — Y Taiki se encogió de hombros y se dirigió a la puerta.
— Seiya... Yo te juro que... — Replicó Setsuna, Tratandó de defenderse. Con la cara pálida como la cera.
— ¿Y crees que no sabía que Setsuna y Darién se conocían? — Dijo Seiya con una sonrisa burlona al ver la reacción de Reíh.
— Debes estar bromeando, tú no podías saber que ella y Darién son amantes, astutamente te hizo creer que le importas, y que ama a la niña. —
— Yo me casaré con ella te guste o no, porque así lo decidí. Cuando investigué a Darién salieron mujeres en la lista, entre ellas Setsuna, pero eso no me importa, yo sé que ella se casa conmigo por amor. — La defendió.
— Eres demasiado ingenuo, yo la envié para que te conquistará. Nos hemos reído enormemente de tí y de las tontas de tus cuñadas. —Dijo Darién con sarcasmo.
— ¡Mienten! Te juro que en un principio creí todas las mentiras que el me dijo, cuando lo enviaste a la cárcel, pero... Con el paso del tiempo... Descubrí que el mintió para usarme y decidí no verlo nunca más... Me enamore de tí y de Chibi Chibi... NO podría vivir sin ustedes. — Dijo Setsuna con lágrimas en los ojos.
— Seiya no vas a creer sus embustes. Ella te está usando, sólo quiere tu dinero. Yo tenía que evitar que cometieras este error, no podía dejar que te engañará, debías saber la verdad. —
— Ya que hablamos de verdades... — Dijo Molly. — Deberías decirle que tú eres la responsable de que Chibi Chibi no esté con su madre, que tú pagaste para que Seiya creyera que estaba muerta. Además de hechar tu auto sobre ella. —
Reih la miró con ojos llenos de furia, ¿Cómo se había enterado de todo eso? Nadie la había reconocido, no podían relacionarla con ese accidente.
— Verás... La información que te negaste a pagar al investigador privado... Llegó a manos del Príncipe Diamante, y estuvo encantado de llevar esa información a la policía, por el atentado en contra de su esposa. — Dijo con orgullo.
Reih se puso pálida, y miró a la joven que se encontraba junto a Diamante.
Darién también la miró, esa elegante y delicada mujer, no era para nada, la que había abandonado a su suerte, observó a la niña y descubrió que era idéntica a ella, además se parecía a Kakyuu.
— ¡Tú! ¡No es posible! ¡No puede ser! — Exclamó Reih sorprendida.
Serena no dijo nada, esbozó una sonrisa burlona y permaneció en su lugar, pero en sus ojos había una marcada amenaza, como diciendo "Esto apenas empieza" haciendo que Reih se estremeciera.
Seiya la miró de arriba a abajo y sintió mucho asco, de ver lo hermosa que era por fuera con sus voluptuosas formas y su rostro sensual, pero lo sucia que tenía el alma, estaba podrida por dentro.

engañó de amor 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora