×La Caída del Reino×

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"Ya están aquí, hay que tener cuidado con aquellos que llevan veneno en su corazón

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"Ya están aquí, hay que tener cuidado con aquellos que llevan veneno en su corazón."

LASTERI ESTABA DE FIESTA pues su amada Reina Laelia había concebido a un bebé

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LASTERI ESTABA DE FIESTA pues su amada Reina Laelia había concebido a un bebé. Una pequeña criatura pálida de cabello blanquecino y ojos verdes como el gran árbol que sostiene al castillo, para todos una gran sorpresa debido a los padres de la pequeña.

La Reina Laelia poseía una larga cabellera rojiza, por ello la nombraban la Reina de Fuego como a su madre, sus ojos tenían el color azul como los mares del este, su piel bronceada debido a sus largos paseos por el jardín del castillo, y sus orejas que terminaban en punta.

Para asombro de muchos, aquella pequeña había nacido sin aquella característica, en cambio poseía unas pequeñas orejas redondeadas que la hacían lucir tierna junto a su enormes ojos esmeralda.

El padre de la pequeña era un elfo del noreste, más bien el rey de Astar, Benhir. Ambos habían contraído matrimonio para firmar un tratado de paz con estos seres, así formando un pacto de alianza en caso de que una guerra se avecinara. A pesar de ello, la pequeña niña no lucia en nada similar a su padre, el elfo mantenía el cabello oscuro, ojos grises y orejas en punta, aún así no dijo nada al respecto.

La fiesta que se llevaría a cabo en honor a la nueva heredera estaba próxima a comenzar, los sirvientes iban de un lado a otro para dejar todo perfecto para su reina y la hereda. Todo el reino se encontraba de nervios pues los otros dos habían sido invitados para celebrar a la princesa.

La mujer de cabello rojizo se encontraba en la enorme habitación de grandes ventanales donde su pequeña hija dormía tranquila, la admiro por varias horas junto a su dama de compañía, la mujer era una pequeña ninfa de piel verdosa y marcas lilas en sus hombros y rostro, su cabello rubio estaba trenzado en su espalda y atado con un listón blanco.

— Mi Reina — llamo la menuda ninfa, emocionada por su reina —. Está listo el gran salón para el baile — anuncio alegre.

Laelia sonrió, aquella felicidad ilimitada era una increíble y envidiable característica de aquellos hermosos seres que custodiaban el bosque, deseo entonces que su pequeña pudiera contragiar un poco de aquello cuando creciera.

Eira De Lasteri ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora