Estaba sentada enfrente de Zaya. Realmente estaba nerviosa, no sabía que preguntar ni como hacerlo de forma tan directa. La mujer pelirroja se inclinó a analizarme, la cual cosa me puso más nerviosa. Sus ojos marrones me miraban expectantes, como si estuvieran esperando a que yo dijera algo, pero al no decir nada ella decidió hablar.
- ¿Alex te ha mostrado ya todo? - preguntó con una sonrisa, yo simplemente asentí - Ha sido bastante rápido... - se quedó pensativa - ¿Te gusta la escuela? - volví a asentir.
Pensaba que si solo asentía dejaría de preguntarme cosas, pero estaba equivocada.
- ¿Cuál ha sido tu lugar favorito? - preguntó con una sonrisa en la cual se escondía cierta diversión.
No se había tragado en lo absoluto lo de que Alex me había enseñado todo el lugar, y realmente me estaba molestando ver su sonrisa de diversión. Se estaba divirtiendo a través de incomodarme, pero si ella se quiere divertir viéndome la cara de incomodidad, usaré el arma de Alex; sus hijos.
- La verdad que mi lugar favorito ha sido donde me he encontrado a sus dos hijos, parecen tener una bonita relación de hermanos. - le sonreí falsamente y ella rio, la cual cosa me desconcertó. ¿No había funcionado lo que Alex me dijo?
- Si... tienen una bonita relación. - soltó una risita para después mirarme atentamente - ¿Sabes? tienes los ojos de tu madre. - dijo y yo me sorprendí - Ese tono grisáceo que tiene la luna. - dijo con una pequeña sonrisa.
Realmente no podía esperarme más, necesitaba saber, así que exploté.
- ¿Quiénes son mis padres? ¿Dónde están ellos? ¿Por qué todos me conocen? ¿Por qué me enviaste al otro mundo? ¿Qué ocurre en esté mundo? ¿Quiénes son ellos? ¿De qué o quienes os protegeis? ¿Qué quieren de mí? ¿Cuál es mi poder? ¿Por qué... - iba a seguir bombardeandole con mis preguntas, pero ella me interrumpió.
- Le contestaré las preguntas, señorita Chadburn, pero necesito que se calme. - dijo apoyando sus codos en el escritorio y su cabeza en sus manos.
- Estoy calmada. - le dije cruzandome de brazos y desviando la mirada hacia un lado.
- Y la misma actitud que Aysel. - la miré.
- Ella... - dejé la frase en el aire mientras la miraba impaciente.
- Sí, es el nombre de tu madre. Aysel Chadburn, la chica fuerte, bromista y rebelde, pero con corazón noble. - dijo y yo sonreí.
- Y... ¿cuál es el nombre de mi padre? - pregunté.
- Luckyan, Luckyan Chadburn. - me emocioné.
- Tienen nombres raros como yo. - sonreí y ella asintió.
- Aysel significa luna y Luckyan significa luz. Tienen unos bonitos significados la verdad. - me miró - ¿Quieres saber por qué te pusieron Juno? - asentí con una pequeña sonrisa - Te pusieron Juno ya que para ellos serías una diosa. La historia del nombre Juno viene de la diosa de la mitología romana, esposa y hermana de Júpiter y madre de Marte, diosa de la guerra y del matrimonio y protectora de las mujeres. A lo que quiero llegar es que tus padres te tomaban por una diosa, su pequeña diosa. - noté como mis ojos se cristalizaron.
Aysel y Luckyan Chadburn. Mis padres biológicos. Ya tenía sus nombres, y sabía que mi madre tenía mi mismo color de ojos y sabía como era un poco su actitud, en cambio de mi padre no sabía nada, solo su nombre.
- Esto... ¿y cómo era mi padre? - pregunté curiosa y ella rio.
- Tu padre era el polo opuesto de Aysel. - rio mientras miraba por el ventanal en el cual se podía apreciar el campo de entrenamiento y lucha - Él era estudiante, tranquilo, nunca daba problemas. - sonrió.
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El poder que llevas dentro
FantasyTres reinos Un poder absoluto Una elegida Villanos Un romance Y por último un rescate ¿Podrá Juno combatir contra todo eso?