Al entrar en la habitación un aroma a pino invade su olfato al tiempo que siente cierta paz en ese pequeño lugar, las sabanas están tan bien dobladas y arregladas que solo piensa en echarse encima de ellas y dormir las cuatro horas que le quedan de paz, pero a regañadientes acepta su situación y que es casi imposible que pueda relajarse del todo. Deja su maleta al costado de la cama mientras se sienta en la orilla de esta misma, la bañera da hacia la ventana y está justo en frente de ella, por lo que no evita imaginar la situación con Jax si el estuviera ahí con ella. Quizá habrían podido intimar ahí en la cama o disfrutar de un baño juntos viendo por el ventanal la preciosa vista del paisaje nevado digno de película. De sus labios salió un suspiro pesado mientras se ponía en pie para deshacerse de su ropa y abrir la llave de la bañera mientras subía su maleta a la cama para así sacar su ropa y el conjunto que usaría esa noche. Dejó a un costado de la bañera su kit de aseo mientras el agua tibia empezaba acariciar su cuerpo con delicadeza hasta dejarse sumergir por completo dentro de la misma, se sentía mucho mejor en la bañera, casi podía dejar de preocuparse y dedicarse a un baño de una hora acompañada por el reproductor de su móvil y la música lenta que salía de este permitiéndole tararear la canción que se reproducía en el momento.
Observando su reflejo en el espejo de cuerpo completo se sintió mucho mas animada por como lucía, un pantalón negro que le daba a la cintura con un corpiño de encaje negro que hacía las veces de bralette, proporcionándole seguridad y a la vez cubriendo un poco mas debajo de sus pechos para parecer un croptop pequeño y, un saco color gris con detalles en blanco que parecía darle el toque perfecto, sus botas tobilleras negras y el maquillaje en tonos oscuros hacían la combinación perfecta, no podía pedir mas a su apariencia, frente al espejo se tomó una fotografía que acabó posteando en una de sus historias con la inscripción "noche de despedida" eso quizá hacia que Jax le llamara y no evitara su presencia, pero poco pudo saber de eso, pues como un reloj, su hermana ya estaba en la puerta de su habitación dando un par de golpes sobre esta haciendo así que ella se decidiera por abrirle al tiempo que tomaba sus cosas.
—¡Mírate!— gritó esta al verla salir por la puerta con su móvil y un bolso de mano. —¡Te ves increíble!— con orgullo tomó la mano de su hermana mayor y le hizo dar una vuelta en su eje para verla mucho mejor, azotando uno de sus glúteos.
—¡Hey!— protestó Abigaíl. sobando el glúteo afectado al tiempo que no evitaba reír. —Sin tocar la mercancía.— ambas rieron mientras su hermana se aferraba al brazo de esta. —Tú también estas muy hermosa, Kate.— sonrió a su hermana. —Siempre lo estas, hermanita.—
Estando en el bar donde sería la despedida, Aby se dirige hacia la gerente del hotel para terminar de arreglar algunas cosas del show, y revisar que los meseros sepan bien que aperitivos se van a entregar y el momento de dejar los recuerdos en las mesas de cada uno de los invitados, su hermana parece divertirse con su grupo de amigos, por lo que desde lejos le haces una señal para que se quede tranquila y sepa que todo está mucho mejor, ya mas segura de que nada va a fallar, tomas asiento en la barra, pero tu hermana no conforme, te hace una señal para que te acerques a ella y al grupo de invitados.
—¡Aby por fin!— dice esta mientras tira de tu brazo para acercarte a una silla al costado de un chico de apariencia fornida. —Este es Brandon, es nuevo en la clínica y lo invité, creo que podrían llevarse bien.— Abigail observa al chico que le sonríe amable y siente un poco de pena por el, alternando su visión desde su hermana hasta el chico, poniendo sus ojos en blanco vuelve a ver a su hermana con molestia.
—Katherine, sé por donde van y no, no estoy interesada.— ella parece entenderla por lo que con aparente inocencia suelta las siguientes palabras.
—Lo siento, pero como Jax no vino contigo— desvía su vista encogiéndose de hombros. —Creí que ya lo habían dejado. Y no traes el anillo.— señala su mano cuestión que hace que Aby esconda su mano en el bolsillo de su pantalón.
—Oye, lo siento, seguro mi hermana te dijo algo erróneo, no estoy soltera, mi prometido está muy ocupado para venir.— le dijo al chico quien parecía estar algo incomodo, le sonrió a modo de disculpa sintiendo algo de pena por él.
—Aby, te lo digo por tu bien.— esta ves su hermana es quien la ve a ella, mostrándole las historias de Chanel, una amiga de ella que trabajaba en un bar. En la imagen salían Jax, dos de sus amigos y dos rubias de exuberante cuerpo —¿No quiso venir por esto?— en la pantalla se reproducía otro boomerang con Jax y una de las rubias tomándose un tarro de cerveza de cantidades inhumanas, se veía divertido, esa expresión no se la dedicaba a ella hace mucho. Abigail volteó la mirada y su hermana guardó su móvil rodeándola con un brazo al tiempo que la guiaba hasta la barra.
—Lo siento, no quise ser tan ruda.— se excuso esta mientras Abigail parecía perdida en sus pensamientos, sus manos estaban frías y su cuerpo parecía tan diminuto en esa condición, una punzada de culpa lleno la conciencia de su hermana mientras pedía una bebida para ella y Aby.
—Ya no sé que hacer, Kate.—comentó por fin Aby apoyando sus codos en el mesón de la barra. —Tenemos meses sin poder evitar discutir por cualquier cosa.— vio a su hermana y agradeció al barman quien le pasaba un wiskey en las rocas. —Ya no tenemos nada de intimidad.— tomó un largo sorbo de su vaso. —Mi trabajo se volvió mas importante para mi.— dijo pero en sus palabras estaba la duda, no entendía que había hecho mal, que hizo ella para que él decidiera dejarla de lado en su vida.
—No creo que seas tú, Aby.—dijo su hermana por fin, acariciando la mejilla humedecida de su hermana mayor.—Eres mucha mujer para Jax.— Aby suspiró. —Trabajas, cuidas de la casa, lo cuidas a él, eres hermosa con curvas de infarto y a parte tienes un sentido del humor increíblemente bueno.— comentó con cierto tono de orgullo, pero Aby no terminaba de dar crédito a las palabras de su hermana.
—Eso es machista, Kate...— quiso objetar. —Él siempre se queja de mis kilos de mas ¿sabes? Aunque eso ya no me importa— comentó acabándose su bebida y pidiendo una nueva al barman. —Creo que dejé que las cosas se enfriaran, debía estar mas al pendiente de él.— su hermana negó con irritación.
— de eso nada, ¿acaso eres su niñera? ¿O su madre? ¡Por Dios!— exasperada por la actitud de de abigail busco en su bolso y sacó un pañuelo de este, extendiendoselo a ella. —Sécate esos mocos y vas a divertirte hoy, es mi despedida, Aby.— pero ella negó sin tomarle importancia encogiéndose de hombros.
ya sus ánimos habían descendido y su hermana no parecía querer dejarla sumirse en su autocompasión y culpa, pero para suerte de ella, alguien estaba llamando a Kate y para cuando ella vio por encima de su hombro observó a Steve. —Te están llamando, Kate.— dijo esta, agradecida a Steve, el prometido de Kate quien se acercaba a ella con un pañuelo cubriendo su ojo. Aby frunció el ceño y Kate volteo interesada por su expresión asustándose al ver como Steve se sostenía la cabeza tapando un ojo. —Oh por Dios...— susurró su hermana mientras se ponía de pie. Abigail sonrió por la escena de Steve. —No hemos terminado Aby, voy a ver a Steve y vengo.
encogiéndose hombros termino su segundo vaso, realmente afligida, divagando en su cabeza levantando su vaso vacío para que el chico se lo volviera a llenar, no era de embriagarse rápido por lo que sabia que su noche iba a ser muy larga, mas, algo la detuvo, a su costado un hombre tomaba asiento dirigiéndose al barman quien pospuso el servirle su trago para atender al hombre, ella solo inspiró hondo y dejó su vaso sobre el mostrador, apoyando su mentón sobre su mano, no tenia ni ganas de llorar, ya estaba cansada y su corazón ya se encontraba roto, no podía su cuerpo emitir alguna señal de dolor, el ya estaba preparado junto con su cerebro, sabía que las cosas no eran iguales. Con su dedo delineaba el contorno cristalino de su vaso, perdida en sus emociones hasta que alguien extiende un plato de postre con una torta de chocolate y fresas, ella reacciona alejándose de la mesa un poco para luego ver al barman quien limpiando una copa ladea su cabeza en dirección a un hombre en la otra esquina de la mesa como de unos sesenta años de edad, con calva y un traje caqui que no lograba disimular el peso de los años <mierda, no otra vez> pensó para si misma encogiéndose en su asiento y bajando la mirada al tiempo que escuchaba a su costado como alguien reía con disimulo al ver la situación, esta acción la hizo levantar su mirada y es allí donde sus verdes ojos se conectan con el azul profundo de los ojos del hombre del ascensor.
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El dilema de Abigail
RomanceEsta es la historia de Abigail, una mujer con un cuerpo curvilíneo, ojos verdes esmeralda, y una tez sumamente delicada, que muy lejos de la realidad deja a la luz la belleza y fortaleza de su personalidad, ella, no depende de nadie para lograr sus...