Lo Lamento

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...

Al estar solo en la oscura habitación, sentí mi alma cayó al suelo.

Allí estaba ________ con sus ojos cerrados, y su cuerpo pálido y ligero recostado en la camilla. Sus labios estaban muy secos y las ojeras redondeaban aún más sus ojos. Parecía que estaba muerta. La segunda vez que la veía así, y no podía soportarlo.

Rápido me acerqué a ella. Ya no me preocupaba la promesa que me había hecho.

-________... No puede ser, mierda.

Me senté en una silla a su lado y tomé su mano. Recosté mi cabeza en ella e intenté aguantar el llano. Fue en vano, ya que varias lágrimas reabalaron sin control. Ese momento me hizo recordar a todas mis noches con insomnio en el fin del mundo. No importaba cuánto abrazara a Dolores, qué tan cerca del fuego esté para intentar sentir calor humano, no era lo mismo. Y lloraba desesperado por un poco de tacto.

Y ahora, era igual.

-Perdóname -sollozé, como si fuera otra de mis noches en el fin del mundo, pidiendo perdón al cielo-. Fui un idiota. Me alejé porque no quería que saliéramos heridos como la última vez. Pero sé que tú no tienes la culpa de haber muerto... Lo lamento -mi llanto era incontrolable, y me preocupaba que pudieran oírme al otro lado de la habitación- Si no despiertas... yo... yo... ¡yo no sé si me lo perdonaría! ¡Te amo demasiado para perderte!

Me rendí. Caí llorando en su mano fría y huesuda. Si moría de vuelta, yo moriría a su lado, porque no quedaba nada en el mundo por lo que luchar. Susurré: "Por favor, no te vayas de nuevo".

Pero luego sentí que uno de sus dedos se movía lentamente rozando mi mejilla. Alcé mi vista y la ví con los ojos semi-abiertos, esforzándose por moverse y mirarme.

-________... ¿Necesitas algo? -intenté controlar mi emoción y deseos de abrazarla y me levanté mientras acariciaba su mano y movía un mechón de cabello de su cara.

Ella sólo me observó. Con esfuerzo, armó una débil pero hermosa sonrisa con sus labios secos. Tardó en responder, pero lo hizo.

-Un beso... tuyo -dijo susurrando.

Me acerqué y al fin pude besarla por segunda vez. Ambos cerrando los ojos, y por unos segundos me invadió la idea que ella no quería ver mis aspecto infantil.

Esta vez no tenía sabor a café. Sus labios no estaban humectados ni suaves, y ella no podía ni moverse. Pero de todas formas, lo que se sentí fue lo mejor que había ocurrido en años. Luego de varios segundos, sentí su mano fría recorrer lenta y suavementr mi mejilla, secando las lágrimas que quedaban allí. Me separé, increíblemente, sonriendo.

No nos habíamos visto en años, pero ese beso fue para fortalecer nuestra relación, para recuperar nuestro amor perdido... Y la esperanza. Para tener algo por lo que luchar.

Tomé la mano que tenía alzada y la apreté suavemente sobre mi mejilla mientras seguía llorando.

-Estoy bien... Tranqu-tranquilo...

-No, no estás bien... -murmuré cerrando mis ojos y apretando más su mano- Mierda. Odio que me veas así -susurré más para mí que para ella y miré hacia otro lado.

-Bueno... A mí me gusta verte con sentimientos, Cinco.

-¡Me refiero así! -salté de mi asiento y señalé mi cuerpo.

Su semblante aturdido me hizo desviar la mirada, guardando las manos en mi bolsillo y golpeando mis zapatos de niño contra el suelo.

-Sé que eres lo suficientemente inteligente para arreglarlo. Por ahora, sé que eres tú.

Me senté de vuelta y apoyé mi cabeza en la camilla mientras besaba su mano. El Cinco del pasado odiaría lo que estaba haciendo, pero ese Cinco ya no existía. Pasé por muchos años de soledad donde cada hora que pasaba se hacia más larga, y cada vez que el viento me golpeaba deseaba que fuera piel humana la que me estuviera abrazando. Extrañaba ver a gente, y no sabía si sobreviviríamos varios días más. Por ahora, quería recuperar lo perdido. Lo que tanto deseé por décadas.

-Quiero saber... algo -oí su suave y forzada voz.

-Claro. ¿Qué quieres saber? -pregunté rápido, dispuesto a responderle lo que sea. Ya no habría nada oculto entre nosotros.

-¿Quién demonios es Dolores?

-Mierda -pensé-. Bueno, es una historia larga y complicada... -miré a otro lado. Cuando lo analizaba bien, era muy ridículo.

-Cinco -ese llamado me obligó a voltear a mirarla-. ¿Quién es?

Tarde en responderle. Sin mirarla a los ojos, hablé.

-Es solo un maniquí que hallé en el fin del mundo y... que usaba para hablar con alguien -su rostro mostraba confusión y su silencio era deseoso de que yo siga hablando-. La necesitaba cuando me iba a dormir. Estaba horas intentando conciliar el sueño, hasta que las llamas de mis hogueras se consumieran. A veces la cubría con mantas y la abrazaba para tener algo parecido a tacto humano.

(La inspiración de esto se la robé a un usuario de Tumblr, quien teorizaba cómo Cinco hizo para sobrevivir en el apocalipsis)

________ sonrió divertida y ambos reímos. Volví a tomar su mano y la miré.

-Quiero que estas manos puedan seguir preparando café sin problemas -dije y reímos, ello lo hizo todo lo que su débil cuerpo le permitió.- Quiero que puedan acariciarme y quiero poder hacer lo mismo. ¿Cómo podemos hacer que que ya no estés así? -pregunté mirando todo su cuerpo. Decir la verdad era liberador.

-No sé si podamos, pero creo que papá tiene cosas escritas -respondió con su voz quebrada y débil, y un sentimiento de esperanza y emoción me hizo sonreír.

Demonios, ya estaba llorando de nuevo.

°*°

Finalmente ambos se declararon su amor y encontraron esperanza, pero...

¿Qué pasará con la condición de la chica?

¿Podrán curarla?

¿Podrán ella y Cinco estar juntos?

¿Sabremos si los Hargreeves lograrán salvar al mundo?

Lo único que sabemos es que Dolores no es nadie de quién (o de que) preocuparse.

°*°

Quiero aclarar que esto es un final alterno de la historia "Misión Café" de jenixa7312
Créditos a esta belleza de ser humano.

Misión Café <<Número Cinco y Tú>> <(Final alterno)> [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora