Misión Café <<Número Cinco y Tú>> <(Final alterno)> [Terminada]

"El Fin" (O no)

°*°

-Cinco... -Luther me tomó de un hombro- ¿Y ________?

Yo sólo lo miré. No quería llorar, aunque ya se veían en mis mejillas los restos secos de algunas lágrimas. Lo miré frío, silencioso, diciendo nada y contando todo a la vez. Un fuego me consumía por dentro y no podía dejar que ese fuego me consuma o lastime a mis hermanos. Así que procuré no abrir mi boca para que las llamas no colapsen fuera de mi cuerpo.

-No... Eso no es cierto -escuché la voz quebrada de Allison antes de que rompiera en llanto junto con el resto de nuestros hermanos.

Irónico. Yo dejando mi llanto dentro de mí con todas mis fuerzas y ella se desmoronaba en seguida. Claramente, yo debía ser la cabeza de la familia.

Luther también comenzó luego de unos segundos a llorear. Intentó abrazarme, pero yo se lo impedí. Lo empujé y él me miró extrañado y dolido.

-¿Qué mierda te pasa, Cinco? -preguntó conteniendo el llanto para poder hablar.

-Sólo no quiero que me toques -respondí frío y cortante.

-¿Qué? -parecía no poder creer como actuaba, aunque mi comportamiento era bastante normal. Yo siendo el idiota que siempre fui, ¿verdad? Bien. Ahí estaba yo. (Infantil el niño ajajajaja)

-¡Simplemente no quiero que me toques! -a pesar de querer mantener mi frialdad, seguía dolido. Le permití al fuego dentro de mí tomar control de mi boca un momento. Si no... No sabía bien qué iba a pasar

-¡¿Cómo puedes actuar así luego de ver morir a ________?! -gritó Allison en brazos de Vanya.

-No voy a formar parte de su grupito de llorones. Llorar no solucionará nada. Tendremos que lidiar con la muerte de Número 8 y seguir adelante sin ella -dije. Se sintió bien hacer eso. El fuego se apagó. Pero fue sólo un momento.

-¡Su nombre es ________ maldito insensible! -estalló Diego. Él estaba siendo abrazado por Klaus.

-Se ponen muy pesados cuando quieren -sin decir nada más, viajé en el espacio hasta la calle.

No sabía a dónde ir, pero sabía que no quería estar allí. En esa casa. Con el cuerpo de ________... El cadaver de ________... Muerta. Estaba muerta. Se había convertido en lo que alguna vez fue. Un conjunto de celulas muertas. Incapaz de hablar, de sentir, de socializar con gente... Como yo. (Como los fetos ah perdón)

-No. No puede estar muerta -murmuré con un nudo en mi garganta y arrugando mi cara.

¿Por qué? ¿Qué mierda ocurría? Muertes había cientos por día. Muerte era lo que provocaba con mis hermanos en cada misión. Muerte era sólo de lo que nos advertía Reginald y lo que nos enseñaba desde pequeños. ¿Entonces, por qué me afectaba en ese momento?

Acosté mi cabeza en la pared y pensé. Estaba harto de pensar, porque lo único que provocaba era encender una chispa de fuego, que luego se expandía por mis lágrimas de gasolina e incendiaba mi corazón. Dejándolo hacerse cenizas en un proceso de afilada, lenta y dolorosa muerte.

Busqué en cada fibra de mi ser que me construía, cada neurona de mi cerebro que me mantenían pensante. Debía encontrar una razón de mi dolor. ¡No podía ser "porque sí"! Todo tenía una explicación. "Yo soy humano. ¡Sé que soy humano!".

Y entonces pensé en ella. En el hermoso color que ocultaban sus párpados. En la reconfortante piel que cada vez se hacía más blanca y fría. En la personalidad energética y alegre que, con cada segundo que pasaba sin que su corazón palpite, se mantenía apagada. Y pensé en que, si todo seguía así, si los párpados seguían siendo egoístas que escondían sus tesoros, si la piel ya no quería reconfortar a alguien, y si su maldito corazón no quería volver a prender la alegría en ella... Yo nunca, jamás, la volvería a ver. Jamás volvería a hablarle. Nunca volvería a pelear con ella. Y jamás podría hacerla sonreír, y ella nunca me alegraría los días.

Entonces reconocí la clase de dolor que en mi vida creí que iba a sentir; Tener un corazón roto.

Fuí al callejón. Quería estar solo. En la oscuridad. Lejos de todo y todos. Al final, no la tenía a ________. Y nada ni nadie se comparaba a ella. Al llegar, pateé la primera caja que se cruzó en mi camino. Las bolsas de basura, una silla rota, y todo lo que había frente a mí.

Sentía... Ni siquiera podía explicarlo. Jamás me había sentido tan débil, vulnerable y dolido. Ese fuego que normalmente se prendía en mí jamás había sido tan intenso y devastador.

Senía una impotencia enorme. Unos desos gigantes de tenerla viva, respirando y contenta, en mis brazos. Unas ganas incontrolabes de gritar, llorar y... morir para estar a su lado. Pero no iba a morir. Porque era un cobarde. Un cobarde que no pudo confesarse antes y que provocó la muerte de su amada. Un cobarde que no se atrevía a ir con ella. Y eso me destrozaba.

Pero sólo los cobardes mueren. Tal vez yo estaba en el medio. Cobarde para confesar mi amor, pero no lo suficientemente cobarde como para morir. A ella le hubiese gustado que yo sea valiente y siga con mi vida... O, no lo sé. No creo que ella pensara que yo era tan genial. Ojalá hubiese sido un mejor hermano para ella.

No era un cobarde y no era débil o vulnerable. Yo no sufría, menos por amor. No lo haría. Siempre fue así y siempre sería así. Así funcionaba la vida. "Lo que es simplemente es. Qué será, será".

Esos pensamientos dominaban mi mente mientras me sentaba contra la pared. Mi lágrimas comenzaban a dejar de salir, y mis llantos habían cesado... O al menos eso intentaba. Pude controlar el fuego dentro de mí.

Me transporté al baño. Al verme al espejo, no me reconocí. Mi figura varonil y fuerte no estaba. Sólo veía a alguien estúpido que se dejó dominar por el tonto y destructivo, especiálmente destructivo, "amor".

Me juré a mi mismo jamás volver a sentir. Jamás volver a ser tan estúpido y débil. Sequé mis lágrimas y volví a mi postura fuerte. Jamás rompería esa postura. Lo prometí, por ella y por mí.

°*°

Cinco está dolido.

Se prometió no volver a sentir.

¿Lo logrará?

¿Qué ocurrirá con esa promesa?

¿Qué provocará?

°*°

Quiero aclarar que esto es un final alterno de la historia "Misión Café" de @jenixa7312
Créditos a esta belleza de ser humano.