Día de Campo

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Tratie.

Travis pasó corriendo por los campos de fresas, ganándose reclamos de parte de las hijas de Demeter.

Katie estaba en cuclillas, recolectando fresas y metiéndolas en una canasta. Travis se acercó a ella lentamente sin hacer ruido.

¡Boo! —Katie soltó un gritito y brincó del susto tirando la canasta llena de fresas. A Travis le causó gracia la reacción de su novia.

—Eres un tonto, Travis —dijo ella molesta al ver que Travis fue quien la asustó. Le golpeó el hombro con el puño. Hizo sonreír más a Travis—. Tiraste las fresas.

Katie miró las fresas caídas en la tierra, algunas aplastadas y otras solo manchadas de tierra.

—Lo siento —se disculpó Travis agachándose para ayudar a Katie a coger las fresas.

—Señor D. nos matará —dijo Katie sonriendo mientras cogía una fresa aplastada y la lanzaba lejos—. Mejor dicho, te matará.

—Valdrá la pena —afirmó Travis. Katie frunció el ceño confundida—. Vine para pedirte una cita.

—¿Una cita? —Sin quererlo, Katie se emocionó. Travis y ella no habían tenido muchas citas, y las pocas que tuvo salieron mal.

—Sí, pero esta será una cita de verdad —Katie soltó una risita al recordar sus citas pasadas.

—¿A qué hora?

—A las doce.

—¿En dónde?

—En el lago.

—¿Qué llevo?

—A ti y a tu belleza —Katie se sonrojó furiosamente—. Y fresas, también.

—Te veo allá —dijo Katie mientras veía como Travis se alejaba.

Suspiró. Estaba realmente nerviosa, ¿y si salía mal? ¿Y si Travis hacía algo mal? ¿O si ella hacía algo mal?

Se puso a recolectar fresas, para no pensar en ello.

***

Eran las doce de la tarde, hacía mucho calor y había un poco de viento. El lago hacía pequeñas olas que provocaban un sonido tranquilizador. Era el día perfecto para hacer un picnic.

Travis sí que se había esmerado mucho, había puesto una manta de cuadros azules y blancos en la arena, había salido del campamento para "comprar" la mejor comida, le pidió a Connor que hiciera un trabajo para que no los molestara y consiguió todo tipo de flores para Katie.

Esperaba que saliera bien.

Travis revisaba a cada cinco segundos el reloj. Katie estaba atrasada por dos minutos, ¿se había perdido? Claro que no, ella se sabe de memoria el campamento, ¿Se había arrepentido de venir?

Travis se volteó bruscamente al escuchar crujir una rama. Puso su mejor sonrisa para dar bienvenida a su novia... excepto que no era su novia.

Era Connor.

Dejó de sonreír y pateó la arena.

—Travis, te estuve buscando por todos lados. ¿Qué significa "esfumate lejos de mí"? —preguntó Connor leyendo el papel que le había dejado Travis en su litera. Travis entrecerró los ojos, molesto—. ¿Es un código o...?

Connor levantó la mirada y observó la canasta y las flores.

—Oh...

—Sí, oh sí. Ahora vete porque Katie no tarda en llegar y no quiere que lo arruines —le dio la vuelta y lo fue empujando.

—¡Auch! Tu rechazo de hermano duele —dijo Connor fingiendo estar herido.

—Como sea. ¡Adiós! —se despidió cuando Connor estuvo lo suficientemente alejado de su picnic.

Connor salió del lago sintiéndose traicionado por su hermano, ¡lo cambió por una chica! Lo bueno es que era Katie, ella era una buena chica.

Hablando de la reina de Roma, Katie apareció delante de él con paso apurado y expresión preocupada.

Decidió molestarlos un poco.

—¡Hey, Katie! ¿Cómo está la reina de los cereales el día de hoy? —dijo con un tono travieso.

—Ahora no, Connor. Tengo prisa —Connor hizo una cara de desilusión fingida, después se recompuso.

—Wow, te ves bien, ¿qué te hiciste? —Katie se sonrojó.

—¿Crees que no puedo arreglarme simplemente para satisfacer mis necesidades como mujer libre y orgullosa de sí misma?

—Mmm....

—No contestes.

—Tienes una cita con Travis —afirmó Connor.

Katie suspiró. La había descubierto.

—Sí, tengo una cita con tu hermano. Así tengo que irme. ¡Adiós! —Katie retomó su paso acelerado y pasó por un lado de Connor, pero este no la dejó pasar y enredó su brazo con el de ella, y comenzó a danzar con ella.

—¡Connor! —Éste comenzó a reírse—. Deja de reírte y suéltame.

Connor no le hizo caso y siguió dando vueltas danzando con ella.

No se detuvieron hasta que Travis decidió salir a buscar a Katie. Entonces vio como su hermano retenía a su novia de una manera... peculiar.

—¡Connor! —rugió Travis y corrió hacia ellos.

Katie y Connor dejaron de danzar-pelear para voltear a ver a Travis.

—¡Travis! —exclamó Katie emocionada.

—¡Travis! —exclamó Connor temeroso. Su hermano le daría una paliza.

—Más vale que corras, Stoll.

No hizo falta decir nada más porque Connor salió corriendo.

—¡Me divertí mucho bailando contigo, Katie! —gritó riendo.

Katie gruñó, se volteó hacia Travis y le sonrió.

—Todavía está en pie nuestra cita, ¿no? Porque no me arreglé de esta manera para nada —su comentario hizo sonreír a Travis.

—Claro, no me esmeré tanto para nada. —la tomó de la mano y caminaron juntos—. Por cierto, se ve bellísima, señorita Gardner.

—Usted no se queda atrás, señor Stoll.

Los dos rieron y caminaron hacia su picnic.

Katie se quedó con la boca abierta. El picnic era algo sensillo pero era hermoso, la canasta, las flores, la comida.

—Oh dioses, Travis, te quedó increíble.

Sin aviso, Katie besó a Travis.

—Estas son para ti —Travis le entregó el enorme ramo de flores—. Son hermosas, igual que tú.

Katie se sonrojó.

—Gracias.

El resto de la cita fue increíble, la comida era deliciosa, Travis le dijo lo hermosa que era cada que podía y decía malos chistes que hacían reír a Katie, jugaron cartas y se lanzaban cacahuetes a la boca.

Por fin, tuvieron una buena cita.

One Shots (Percy Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora