✎𝗢𝟴

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Yoongi estaba demasiado preocupado por su amigo, el no verlo en el campus después de aquella rara escena lo desconcertó, y su novia le había recomendado ir a verlo directamente a su apartamento y averiguar que le ocurría.

Él le hacía caso a la chica en cualquier cosa.

Así que ésa misma tarde fue al departamento de Jimin, el cual no quedaba muy lejos de la Universidad. No lograba imaginar que cosa tan mala podía haberle pasado, nunca lo había visto tan decaído.

Tocó la puerta varias veces sin obtener respuesta, hasta que una voz ronca en demasía le contestó del otro lado.

-¿Quien es? -preguntó.

-Yoongi, ¿puede abrirme? Busco a Jimin. -dijo confundido.

-Yo te contesté... -suspiró al abrir -¿Quien pensaste que era?

-Ah... Lo siento, no reconocí tu voz. -rio levemente por su error -Te escuchas diferente...

-Lo tomaré como halago... Pasa. -se hizo a un lado, una vez que el pelinegro entró volvió a cerrar.

La verdad era que su voz se volvía más ronca de lo normal cuando pasaba mucho tiempo llorando. Jimin había estado derramando lágrima tras lágrima desde que entró a su casa horas atrás, hacia poco rato que había parado.

-¿Que necesitas? -se sentaron en el gran sofá beige que el castaño poseía.

-Quería verte, Taehyung dijo que estabas mal... Y ahora viéndote con atención, es cierto...

Su voz dolida, nariz enrojecida, sonrisa imperceptible y sus ojos rojos e hinchados eran ahora su visión en primer plano.

-Estoy bien, no importa. -respiró hondo.

-No estás bien, mírate, estás tan... Cambiado. -intentó medir sus palabras -¿Que te pasó? ¿Alguien volvió a molestarte?

Yoongi le preguntó aquello debido a que varios meses atrás lo había defendido, en su aula cursaban algunos chicos de mayor edad y lo molestaban y golpeaban constantemente. Él como buen amigo, dio la cara por Jimin y el acoso paró, aunque aún tenía la preocupación latente de que pudiera volver a suceder.

Jimin bien habría podido usar ésa excusa y así evitarse una escena sumamente incómoda, pero ya no quería mentir. Y además, le había dado cierta esperanza el hecho de que el mayor hubiera ido a buscarlo.

¿Y si se lo confesaba? ¿Lograría algo con éso? Tenía un ligero porcentaje de confianza en que sí.

-No es éso... ¿Taehyung no te dijo nada? -negó -Ah... Vale... Te contaré. -largó un suspiro -Pero promete que no te molestarás conmigo.

-Está bien. -contestó sin entender absolutamente nada.

El menor no sabía ni cómo empezar, quería ser breve para no aburrirlo, pero también necesitaba sacar de su pecho miles de palabras que había guardado a la fuerza.

-Yoongi, yo... Yo he estado mal desde hace meses porque... -tragó duro, la mirada del contrario lo hacía sentir intimidado -Porque yo te amo...

-¿Y es sólo por éso? jimin, también te amo, somos mejores amigos, es normal. -sonrió aún con la confusión atravesada.

-No, creo que no me entiendes. -suspiró -No te amo como un mejor amigo solamente.

- ¿Que quieres decir? -arqueó una ceja.

¿En verdad no lo comprendía? Él no quería tener que decirlo tan literal, ya que había perdido el poco valor de invierno que había tenido. Aunque, si Yoongi no lo deducía, ¿que más podría hacer?

H E A T H E R - Y O O N M I N  a̶d̶a̶p̶t̶a̶c̶i̶o̶n̶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora