Porque te amo

Capítulo 10

Era la mañana del lunes, había ruido por toda la casa, lo que provocó que el peliplata comenzará a despertar, había dormido mucho, el día anterior había sido agitado y trató de descansar lo mejor posible, cuando se sentó es su cama, recordó que Sango estaba con él, así que trato de despertarla, pero el lugar donde debía estar, se encontraba vacío, se giró para ver la hora, ocho cuarenta y siete de la mañana, entonces se dio cuenta que era muy tarde, salió lo más rápido que pudo de la cama y se puso su uniforme, se disponía a salir corriendo, molesto con su novia por no despertarlo, pero, ¿porque no lo despertó? Ese pensamiento lo hizo frenar cuando estaba por abrir la puerta para salir rumbo a la escuela, se calmó un poco, él sabía bien que Sango jamás lo dejaría así, se giro y regresó sobre sus pasos, pero está vez se fue al comedor, ahí había un plato con comida y una nota, la tomó y la leyó 

"Buenos días Inuyasha, espero disfrutes el desayuno, yo misma lo hice, perdón por no despertarte, pero hoy comienza tu suspensión en la escuela y no creí necesario hacerlo, te veo en la tarde, te quiero, 

                    Att: Sango" 

Inuyasha: nunca haz sido una buena cocinera -soltó al aire mientras sonreía-

Tras decir eso, se sentó y comenzó a desayunar, comiendo todo lo que le habían dejado, cuando el plato estaba vacío, fue a lavarlo y guardarlo, era temprano, apenas las diez, así que decidió encender su consola y jugar un poco. Dos horas después ya estaba algo aburrido, ese juego le gustaba mucho, pero siempre lo jugaba con Sango, así que ahora no se sentía tan genial, estaba tratando de pensar que haría mientras, así que salió a dar una vuelta, había caminado unas cuadras cuando noto que ir sólo era muy aburrido, así que se sentó en una banca de un parque para pensar. 

Unos minutos después ya no estaba aburrido solamente, también estaba frustrado, no entendía porque se sentía así, pero tal vez alguien lo sabía, se giró para preguntarle a su novia, pero no estaba, entonces se dio cuenta, ella había estado ahí casi toda su vida, desde el kinder que la conoció, prácticamente no hubo un día en el que no se vieran, excepto aquella vez de las vacaciones de invierno, mismas escuelas, mismos campamentos, mismas fiestas, todo lo hacía con ella, no sólo eso, cuando crecieron, durante la secundaria, él se había vuelto un chico muy rebelde, no escuchaba a nadie, se metía en peleas, ahí nació su rivalidad con Koga, se saltaba clases e incluso estuvo a punto de ser expulsado cuando sus notas bajaron y no parecía importarle, incluso amenazaron con enviarlo a un internado, pero dijo que le daba igual, ese día salió molesto de su casa y caminó hasta el mismo parque donde estaba ahora, y como si supiera lo que pasaría, Sango lo esperaba, 

Inuyasha: qué haces aquí tan tarde? -se sentó en la banca que estaba a su lado-

Sango: mi padre me dijo que te enviarán a un internado, que tu padre le dijo que hoy te lo dirían -se sentó junto a él- supuse que vendrías, siempre que estas molesto vienes aquí 

Inuyasha: ¿también vienes a regañarme? Te advierto que pierdes tu tiempo, no me importa que me manden lejos -se encogió de hombros para demostrar que no le interesaba-

Sango: lo sé, y no vine a regañarte, solo quería preguntar, porque has cambiado tanto, alejas a todos, te metes en problemas tontos y siempre estás molesto, -su voz tranquilizó al peliplata de manera sorprendente-

Inuyasha: solo quiero hacer lo que quiera por una vez en mi vida -su mirada se dirigió al cielo- 

Sango: qué quieres decir? - realmente no comprendía-

Inuyasha: se que me entiendes, mucha gente dice que deberíamos ser felices, nos dan los mejores estudios, las mejores cosas y que jamás sabremos lo que es sufrir porque heredaremos las empresas de nuestros padres, pero, a cambio debemos ser lo que la sociedad espera de nosotros, altas notas, comportamientos perfectos, nunca podemos hacer lo que queremos porque podemos arruinar la imagen de nuestras familias -esta vez se levantó y se puso frente a ella-