Me besó.
Ella me besó. No me lo puedo creer.
¿Por qué? ¿Por qué la señora S lo hizo?
El chocolate.
No, no, no no, no, no quería chocolate. O quizás sí, ¡pero el chocolate de mis labios!
¿Es acaso un sueño?
Nop, estoy bien despierta.
¿Me lo estoy imaginando?
Puede que sí, que el beso haya sido parte de una fantasía momentánea por lo recién acontecido, pero de ser así ¿por qué mi corazón late tan rápido? Ah..., sí... Es porque dejé de lado un hecho importante, y es que apenas vengo a darme cuenta de que estoy viajando con una mujer, dormí en la misma cama con una mujer, como en la misma mesa con una mujer y, cielos, acababa de besarme con una. Alta, ojos azules brillantes y con un rubio cabello. Una mujer a la que puedo ver como algo más, de forma diferente, con otros ojos, sentir otras cosas.
Cielos... Su beso fue como una caricia. Nunca me gustó el café, pero tengo que admitir que combinarlo con chocolate se siente bien.
Yo también quiero café.
-Adora.
Me acerco a ella. Sus ojos se agrandan con sorpresa al verme ya cerca. No hace nada, me observa. Relamo mis labios, ahora la beso.
La estoy besando. La beso indiferente a los cuestionamientos. comienzo probando a la espera de su respuesta y... la obtengo. Puedo volver a sentir el sutil café de sus labios mezclarse, entrelazar, acariciar los míos; lo saboreo de manera suave, pasible, con lentitud. Es... extraño, pero de cierta forma adictiva. Más delicioso que el helado y más tibio que el café, así puedo describirlo. Una rara combinación, como nosotras.
El frío aire nocturno golpea en mis labios palpitantes e hinchados. Abro mis ojos y me encuentro a Adora observándome entre la oscuridad, con la luz de la tienda enfocando su rostro tranquilo. Formo una sonrisa tímida que no puedo evitar acompañarla de un encogimiento de hombros. Mi cuerpo, ahora mismo, es como una bebida que se bate con fuerza y quiere estallar. Ya puedo verme al espejo, con mi rostro coloreado de diversos tonos de rojo.
-Vamos por nuestras cosas.
La señora S no muestra mucho, ni siquiera tras el beso se ve agitada o con una revolución interna como la que traigo yo. Se que un beso no debería significar nada, pero mi corazón late con mucha fuerza. Es una locomotora, una que anda a toda velocidad por los confines del cielo, con las nubes dibujando el beso que acabamos de darnos. Ah...
Ay, estoy demente. No puedo sentir tanto con un simple beso, es absurdo. ¿Verdad? Si tan solo Ambrosio hablara me facilitaría más las cosas, podría contárselo, aconsejarme. Pero me conformaré con su compañía, con su calor perruno y abrazarlo.
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Más locas qué enamoradas (Adaptación Catradora)
FanficCatra Weaver va camino al altar para casarse con una mujer que no ama. Tiene dos opciones: aceptar su realidad o salir huyendo para seguir sus sueños. En un choque de recuerdos decide tomar su vestido para huir a la ciudad, y en su camino a la fuga...