Naruto: Morir otro día.

Cautiverio

Cautiverio

En retrospectiva, su viaje de regreso fue sorprendentemente pacífico, considerando a todo Naruto y compañía. había pasado. Después de que el caos sobrevino en la plaza de la ciudad, se decidió en silencio que sería mejor para los intereses de ambas partes si Konoha firmaba el tratado y se marchaba de inmediato. Una retirada táctica para evitar más bajas, lo había llamado el consejo de Suna. El Kazekage había sido menos sutil; El cadáver de Hiro aún se estaba enfriando -la tinta aún se estaba secando en la línea punteada- y Sasori ya había sido elegido como el sucesor del hombre. Ahora que había conseguido lo que quería, estaba demasiado ansioso por ver la parte de atrás de ellos.

Se le darían dos kunoichi a la Hoja según los términos del tratado y, a cambio, la aldea más grande honraría sus lazos con Sand para siempre. Se dijeron palabras amables y se hicieron promesas, pero de todos modos dejaron a Naruto sintiéndose sucio por dentro. ¿Y cómo no iban a hacerlo? Orochimaru -¡de todas las personas! - había sido quien le había dicho que aceptara formalmente los términos, ya que el Kazekage se negaba a honrar su paz con cualquier otro traje. No quería admitirlo, pero la resbaladiza serpiente tenía razón; a veces tenías que dejar de lado lo que querías por un bien mayor. Jiraiya, por supuesto, había estado a favor, por supuesto. Algunas cosas nunca cambiaron ...

Sin embargo, Tsunade estaba extrañamente malhumorado al respecto.

Pakura había estado en silencio como una tumba desde que dejaron las puertas; en contraste, Karura parecía casi agradecida por el decreto de Sandaime. A pesar del hecho de que el hombre la había reprendido no muy sutilmente por haber sido secuestrada en primer lugar, la habían llamado débil, inútil y no apropiada para ser una kunoichi. Por supuesto que estaba agradecida de haberse ido. No es que Naruto la culpara. La madre de Gaara le pareció del tipo gentil, y su inquietud ante la presencia de su propio kage decía mucho del carácter de la niña. Ella era un alma gentil; No podría lastimar a una mosca si lo intentara.

Hablando relativamente...

"¡Itai!"

"¡Lo siento!" Karura susurró con arrepentimiento mientras continuaba recortando su cabello. "¿Te atrapé?"

"Un poco, sí ... ¡ay! ¡Cuidado, niña!"

"¡Gomen!"

Naruto gritó cuando las tijeras fallaron en su cabello y accidentalmente le arrancaron un trozo de la oreja. Su grito fue recibido por bufidos ahogados de risa de los demás, montados una vez más sobre la cabeza del poderoso Manda, la gran serpiente los transportó por el desierto dos veces en menos de dos días. Sin tormenta de arena o shinobi para disuadirlos, su pequeño grupo extraño estaba haciendo un progreso sorprendente. Naruto, finalmente aprovechando la oportunidad, había decidido cortarse el pelo, los largos mechones se habían chamuscado durante la última explosión del terrorista suicida. Los mechones largos eran útiles para shinobi como Jiraiya, quienes endurecían su cabello en picos y lo agitaban, pero Naruto lo veía más como un impedimento que cualquier otra cosa. Lo último que quería era que alguien tomara un puñado de nuevo como lo habían hecho durante la emboscada. Así que estaba obteniendo una cortesía de Karura.

"Peraps, ¿deberías dejarme intentarlo, Naruto-sama?" Preguntó Pakura, el fantasma de una sonrisa cruzó su rostro. De acuerdo, era una pálida imitación de la realidad, pero sin embargo, era su primera demostración de emoción externa desde que dejaron a Suna atrás. Se había aferrado a él como una segunda sombra desde la explosión, aunque afortunadamente no había sido desagradable en sus demostraciones de devoción desde su beso. Si incluso pudiera llamarse así. ¡Más y más Uchiha-Uzumaki! -Naruto se encontró rodeado de una hermosa mujer sin idea de qué hacer con ellas. Oh, sabía lo que podía hacer, pero su caballerosidad mantuvo ese impulso firmemente bajo control. Algo. Un poco. Algo así como ... oh, ¡¿a quién diablos estaba engañando ?! Había querido joder a Pakura tontamente durante al menos una hora, ¿cómo, y no fue así?