Cambios

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Su regreso a Grecia fue igual de agotador, cada uno de los amigos se llevó una gran experiencia en México.

Jamás olvidarían lo bien que se la pasaron en ese país tan acogedor y amigable.

Aioros fue recibido con entusiasmo por su hermano, fueron muchos días sin verlo que extrañaba la presencia del castaño que lo hacía de papá mandón.

Los souvenirs que trajo de Veracruz y que prometió para Aioria se los dio, éste no dudó en llenar de abrazos a Aioros.

Luego de tanta muestra de cariño se retiró a su habitación para acomodar la ropa que usó en el viaje, todo colocado con pulcritud en su armario.

Pidió no ser molestado porque el viaje fue tedioso, primero arribaron al aeropuerto Heriberto Jara para tomar el primer avión que los transportaría a Houston, Texas una vez aterrizó el avión en el aeropuerto intercontinental George Bush compraron el boleto para ir directo a Grecia, fueron muchas pero muchas horas el estar sentado sin nada que hacer, más que dormir o ver un montón de nubes en el cielo.

Su enojo no fueron las largas horas de viaje, sino lo incómodo que fue para él permanecer en la misma posición y digamos que cierta zona tenía una molestia que las pastillas para dolor no calmaban al 100%.

Acostado en su cama no terminaba de creer lo que hizo esa noche, no estaba tan borracho pero el alcohol fue ese incentivo para dar un enorme paso que terminó en la cama de un motel con un extraño que poco pudo conocer de él.

Rememoró esa mañana cuando se encontró semi cubierto por la sábana y completamente sólo en la habitación.

Flash Back

Su cuerpo lo sentía pesado, músculos tensos y adoloridos, sus ojos ardían y pesaban, no sabía que hora era pero lo poco que lograba ver era una tenue claridad que se filtraba en la gruesa cortina de la ventana, su móvil se encontraba en un bolsillo de su pantalón que estaba botado en alguna parte.

Cuando quiso incorporarse de inmediato, su espalda baja dolió, miles de punzadas lo hicieron soltar quejidos, volvió a quedar boca abajo en la cama, respiró profundo y dejó salir el aire para tranquilizarse.

Intentó de nuevo, ésta vez funcionó pero su cadera estaba entumecida, sus pies tocaron el frío piso pero las sentía débiles, temblaban cuando daba pasos, su ropa estaba desparramada en todas direcciones, su pantalón lo encontró en una esquina de la habitación.

Cuando quiso bajar para tomarlo, de nuevo el dolor lo atacó, maldijo por lo bajo ya que no lo soportaba, si le dijeran antes que la primera vez dolía horrores mejor se hubiera quedado virgen hasta morir.

Ya no había tiempo para arrepentimientos lo hecho, hecho estaba, ahora debía aguantar ese pasajero malestar, revisó su teléfono, vio la hora, era aún temprano las seis y media de la mañana.

Su mirada se paseaba por la habitación, era claro que estaba sólo, Shura obtuvo lo que quiso y se fue sin despedirse, la cama era un desastre y la prueba máxima de lo que pasó ahí era la mancha de sangre que adornaba la blanca sábana.

DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora