𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐀𝐋𝐀𝐑𝐌 𝐀𝐍𝐃 𝐈𝐓𝐒 𝐀𝐏𝐏𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐂𝐄𝐒 ; ¹ 𝐭𝐱𝐭

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 23

Más que solo un sueño..
Cuarenta días y cuarenta noches, esperé que un chico como tú viniera y me salvara la vida, todos los días esperé por ti. Conoces a todos aquellos que dijeron que nunca encontraría a alguien como tú. Y tú estabas fuera de mi alcance, todas las cosas que creía, tú simplemente eras la clase correcta.

Si, tú eras más que un sueño.

Noviembre, 2015

Niños, gritos, diversión. Soobin estaba columpiandose en un viejo columpio que rechinaba fastidiosamente cada y que arrastrabalos pies, la mano izquierda le dolía de mucho escribir; era zurdo.

Después del Colegio siempre solía ir directamente al Hospital psiquiátrico para menores, solo que esa vez había decidido hacer lo que se le antojara.

El parque no estaba lejos, lo había visto desde lejos muchas veces, esa vez decidió ir a tomar un suspiro, con los pensamientos en blanco. Estaba pensando mucho en una persona últimamente.

Un fuerte empujón lo sacó de sus pensamientos, cuando menos se lo esperó se encontraba en el suelo, después de haber sido arrojados alguien repentinamente del columpio.

Él nunca sentía dolor, su cuerpo parecía no tener nervios, así que no le dolió ni un poco cuando sus rodillas chorrearon sangre por las piedras que estaban por ahí. Soobin volteó con fastidio, preguntándose quien era la persona que había hecho tal cosa.

El rostro familiar de un chico cuyo apellido era Huening apareció e hizo que la piel del otro chico se erizara.

Huening tenía una piedra llena de sangre en la mano derecha, que también estaba manchada de dicho liquido corporal. Soobin paseó la mirada, y encontró una paloma muerta. Ahora sabía que había hecho.

— Hola, Soo. — saludó con una sonrisa, pero por alguna razón Soobin sintió un revoltijo en el estómago, nadie solía llamarle así a él.

— Hola.. — devolvió el saludo, levantándose mientras también quitaba las molestas piedras de sus rodillas, dandose cuenta que se había hecho una herida espeluznante — Que manera de saludar a las personas, Kai.

Este solo rió.

— Bueno, pues no sientes dolor. Pensé que no te molestaría, te ví muy solo y muy quieto, me pareció divertido.

— Ujum.. – contestó Soobin, cubriendo su herida con la sudadera que tenía amarrada a la cadera, recogiendo sus apuntes también — ¿qué te trae por aquí?

— Nada, en realidad. La abuela está ocupada y me dejó salir un rato, ya sabes que no le interesa demasiado lo que haga.

Soobin asintió.

— ¿Has visto a Beomgyu, últimamente? Has ignorado el hecho de que ha faltado cuatro días seguidos a la escuela — mencionó Kai, repentinamente.

Solo ellos sabían lo que sucedía con aquel chico, Soobin no pudo contener la ira.

— Deja de pretender que no lo sabes, Huening, me desesperas.

— ¿Saber qué?

— Lo que le pasó. Solo intentas molestarme — Soobin sacudió su libreta.

Kai no quitaba su sonrisa.

— No sé de que me hablas — le dijo, pretendiendo fingir una inocencia que evidentemente no tenía. El más alto no pudo evitar darle un buen puñetazo en la nariz.