Fitaratra I

231 27 7
                                    

El barco se mecía sobre el agua como si estuviera hecho de papel. El viento se arremolinaba a su alrededor en una nube, y azotaba su pelo rubio alrededor de su cara. Desesperadamente, trató de ver a través de las olas que subían y bajaban a su alrededor. ¿Dongjun? ¿Dongjun? Una mezcla de expectación y temor ansioso llenó rápidamente su corazón, latiendo, mientras examinaba el agua. El barco adquirió vida propia e intentó luchar con él por la borda, impulsándole a las profundidades desconocidas. Ven. Ven conmigo, Taemin. Un rostro le miraba en el agua arremolinada. Era el suyo.


Catorce meses antes...

La voz en el otro extremo del teléfono no podía haber sonado más alejada de él que si hubiera sido una persona que realizaba una encuesta de marketing. Le llevó unos minutos reconocer quién era. Y no debería haberlo hecho. Era ligera con una lírica de barítono subyacente, al igual que su propia voz.

—¿Taemin? ¿No sabes quién soy?

«Sí, lo sé»

—¿Cómo estás? — Hizo una pausa — Sentí mucho escuchar lo de mamá.

Taemin se sentó en un lado del sofá. «Dí alguna palabra, tonto» —Sí, bueno, ya sabes.

—Así que estoy pensando, ¿Tal vez deberíamos reunirnos? ¿Cuándo fue la última vez?

«¿Hubo una última vez?»

No esperó una respuesta. — Realmente quería llegar al funeral. Papá y yo estábamos en Europa en un viaje con un comprador en ese momento. Wow, el verano de 2010 fue realmente uno muy ocupado.

«Madre murió en el verano de 2009» — ¿Cómo está papá?.

—Bien. Está en España con su nueva esposa, la número cuatro. Una modelo de moda, con unas piernas infinitas. Conoces a papá.

«No, no conozco a papá»

—Así que, tenemos un cumpleaños pronto, en una semana, veintisiete años, ¿Puedes creerlo? ¿Qué tal si vienes aquí a Bel Air y pasamos el día en el yate de papá? Quiero decir, no sé si estás trabajando o qué. Podemos hacerlo cuando estés fuera del trabajo. Más o menos hago mi propio horario. Sería bueno vernos el uno al otro, ¿no? ¿Taemin?

—Sí, yo... supongo.

—Está bien, ¿qué tal el sábado?

—Ah, el sábado... Tendría que comprobar y...

FitaratraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora