Embroider Our Souls『Soojun』

Capítulo 1: Pretty Normal, Pretty Everyday

Soobin acababa de terminar las cortinas que la señora Haewon le había encargado hace dos semanas. Les hizo un diseño simple pero muy bonito de gatitos negros y hojas en patrón. Estaba guardando los hilos y agujas mientras pensaba en los otros cuatro encargos que tendría que terminar antes del domingo. Sus huesos le estaban matando por haber estado inclinado todo el día en su máquina de coser y los dedos le ardían de tantos roces con la tela y algunos pinchazos accidentales de la aguja. Menos mal que no había manchado las telas con sangre, sino también habría tenido que lavarlas.

Pasadas las ocho de la noche escuchó que Yeonjun entraba a la casa, y no tenía que verlo para saber que su omega arrastraba los pies y caminaba con pesadez por la casa. También escuchó a su pequeño cachorro gritar de emoción viendo que su madre finalmente había llegado. Fue a la sala, donde ya estaba Yeonjun tirado en el sillón descansando después de un largo día de trabajo, abrazando a Kai que le contaba cómo le había ido en la escuela. Sin pensarlo mucho, Soobin se acomodó en el sillón atrayendo a Yeonjun para recostarlo en su pecho y acariciar su cabeza. El omega no tardó en reconocer el tacto y se acomodó mejor para que su cara estuviera al nivel del cuello de Soobin, donde frotó su mejilla para perfumarse con el aroma de su alfa, y de paso, besar su marca de unión.

—¿Cómo te fue? —preguntó Soobin dejando un beso en la coronilla de Yeonjun.

—La mañana estuvo bien, pero fue un asco cuando fui a cuidar a los cachorros de la señora Kim —Yeonjun cerró sus ojos dejándose mimar por su alfa y cachorro—. No entiendo porque hay gente que se molesta en tener cachorros si ni siquiera los van a educar. ¡El monstruo me estuvo pateando cuando lo metí a bañar e intentó morderme el brazo!

Soobin hizo una mueca al imaginar la escena mientras acariciaba la espalda de su omega—. ¿Minho te lastimó, mami? —preguntó Kai preocupado por su mamá.

—No bebé, no me hizo daño. No te preocupes —Yeonjun le dio otro beso a Kai en su cabecita para reafirmar que estaba bien.

—Deberías hablar con la señora Kim. Para que regañe a Minho y deje de hacer eso —dijo Soobin.

Yeonjun se levantó la cabeza de su lugar y miró a su alfa por un momento antes de sonreír con cariño e inclinarse a besarlo con todo el amor que sentía por él. Soobin le correspondió el gesto con la misma devoción que siempre sentía al estar con su omega. Cuando se separaron no se alejaron mucho—. Lo haré mañana. Hoy ya no veía la hora para poder regresar, además me muero de hambre.

Soobin sonrió y se sentó en el sillón, señalándole a su Yeonjun y Kai que se quedaran recostados—. Entonces te haré de cenar, ya vengo —le dio un último beso a cada uno antes de irse a la cocina, que estaba prácticamente a tres metros del sillón que conformaba toda la sala.

Su casa era un lugar muy pequeño, a lo mucho quince metros cuadrados, pero tenía tiempo que eso había dejado de ser un problema. La sala, cocina y comedor estaban muy encimados unos con otros y los únicos espacios privados eran la única recámara de la casa y el baño. Los muebles se reducían al sillón de dos plazas, el comedor para cuatro personas, el armario, una mesita de noche y la máquina de coser de Soobin. Pero la decoración hacía que el lugar se viera más amigable; las plantas, las fotos colgadas en la pared y sobre todo los cuadros de los bordados de Soobin que Yeonjun había insistido tanto en colgar.

—Son más hermosos que cualquier cosa que pudiéramos encontrar en una mueblería. Además —había dicho Yeonjun el día que se mudaron al departamento, mientras agarraba uno de los cuadros de Soobin—, este es mi favorito, y lo quiero ver todos los días.

Soobin estaba acomodando sus plantas, dejando la tarea por un momento yéndose a sentar junto a Yeonjun en el suelo—. ¿Tu favorito? Pensé que no te gustaban ninguno de mis cuadros —Soobin sonrió al ver de cuál estaba hablando Yeonjun. Abrazó a su omega por la espada y fue acariciando suavemente su vientre de cinco meses de embarazo.