Embroider Our Souls『Soojun』

Capítulo 2: Sacrebleu! How does nobody notice?!

Llegaron cerca de las seis de la tarde a la casa de los padres de Taehyun. El omega habría saltado a los brazos de su suegra si no fuera porque el cansancio del vuelo le había hinchado los pies y la cabeza le seguía dando vueltas.

Sunhee, la madre de Taehyun, les había dado a cada uno un fuerte abrazo y los hizo pasar con una sonrisa mientras Taehyun y su padre se encargaron de las maletas. Ambos habían ido a Corea para visitar a la familia después de un largo tiempo. La última vez fue hace tres años y desde entonces el trabajo no les había permitido mucho, dificultando el poder ir más seguido.

Afortunadamente la pareja logró hacer que su horarios se coordinaran para poder viajar.

Seojoon, su padre, los había recogido en el aeropuerto de Incheon mientras su esposa terminaba la cena para todos, misma que ya habían terminado y ahora disfrutaban de unos tragos en la sala. Incluso Sunhee puso a hervir agua para que Beomgyu remojara sus pies y se le bajara la hinchazón.

-Después pasamos a visitar a tu hermana y nos quedamos el resto del día con ella -terminó de contar Sunhee del viaje que habían hecho el mes pasado-. También ha estado ocupada con su trabajo pero dijo que vendría el viernes para saludarlos.

-Que bueno que esté bien, también quiero verla -dijo Taehyun dándole un trago a su bebida.

-Y también -intervino Seojoon parándose de su lugar-, le trajimos un regalo a Beomgyu-ah, por su cumpleaños. Iré por él.

-¡Sí! Te va a encantar cielo, yo misma lo escogí para ti -Sunhee apretó la mano del joven omega, viéndolo con una gran sonrisa.

-¡Muchas gracias Omonim! -Beomgyu le devolvió la sonrisa y abrazo a su suegra, quien no dudó en devolverle el gesto-. No debieron molestarse pero muchas gracias

Ya era costumbre para Beomgyu y Taehyun recibir y enviar los regalos por paquetería, pero desde que avisaron que ambos irían pronto a Corea, los padres de Taehyun decidieron esperar para darle el regalo a su yerno personalmente.

Y de paso ahorrarse el envío.

Taehyun no pudo evitar sonreír al ver la interacción entre su madre y su omega. Los dos habían conectado fácilmente desde el día que Taehyun trajo a Beomgyu a casa para presentarlo formalmente como su pareja. Y no fue una gran sorpresa. Beomgyu era de esas personas con un aura amable y ligera, que te caía bien desde el momento que lo veías.

No dudo en tomar su mano y darle un beso en los nudillos.

Seojoon regresó con ellos y lo que parecía ser una tabla envuelta en papel decorado y un listón pegado a ella. Era grande, como un espejo de tocador o una mesa de cocina para seis personas. Iba a ayudar a su padre pero se detuvo al ver que no tenía ningún problema para cargarlo.

Taehyun y Beomgyu se dieron cuenta de porqué sus mayores estaban felices de darles el regalo en Corea, pero no dijeron nada al respecto.

-Dios mío, es enorme -dijo Beomgyu dejando su vaso ya vacío en la mesa de centro y acomodando mejor en el sillón.

-Espero tengas dónde ponerlo cuando regresen a Francia -intervino Seojoon al mismo tiempo que dejaba el regalo recargado en la pared más cercana Beomgyu-. Todo tuyo.

Beomgyu no perdió tiempo y como pudo se estiró y fue quitando el papel de encima. Taehyun terminó por ayudarlo para que no se levantara y dejara descansar sus pies otro rato en el agua caliente. No tardaron demasiado para revelar el hermoso contenido, que dejó a la pareja más joven boquiabierta, pero por sobre todo, a un alfa sin saber qué pensar.

Todos los hilos tenían un orden que parecía irreal, abrazados uno tras otro para formar una imagen perfecta, casi realista. La combinación de los colores verdes y azules, que culminaban en pequeños morados y rosas, eran una exquisitez para los ojos, como el mejor manjar que tu lengua tenga el honor de probar. Ver la imagen provocó en él una sensación de escalofríos de la cabeza a los pies, donde cada hilo formaba parte de una danza irresistible, pintoresca y pasional. Fue emocionante, aterrador, y sobre todo, adictivo, como un montón de hilo y tela lograron despertar aquel sentimiento que hace años Taehyun pensó haber perdido.