Capítulo 11

146 20 1
                                    

Capítulo 11: Una Amistad Inquebrantable

Por alguna extraña razón se sentía mareada, todo le daba vueltas y su vista se tornaba borrosa; hace a penas unos minutos le había entregado un puriticket con el súper cylume a Nino, cuando terminó pensó que regresaría con Meganii y Leo, pero solo apareció fuera del escenario con su apariencia normal, aquella que ya no usaba desde que se convirtió en la "diosa" pero ni siquiera lo noto por el mareo que estaba sufriendo.

Empezó a caminar aún tambaleante sin fijarse por donde iba mientras tenía una mano en su cabeza, le dolía e incluso sentía que palpitaba.

¿Que le estaba pasando?

—¡Laala-san!—

Levantó la mirada para encontrarse una figura conocida, por la voz pudo reconocerla con más facilidad.

—Kyra-san...—

Realmente se sentía muy mal, además, tenía algo de sueño también por lo que se acercó a la castaña y la abrazo cerrando los ojos un momento, solo sería un momento.

—¡¿Laala-san?!—

Se asustó cuando la peli-lila quedó inconsciente en sus brazos, más cuando notó que se encontraba algo caliente, acaso ¿estaría enferma?, con eso en mente la cargo con algo de esfuerzo en su espalda para salir y llevarla con un doctor. Pero antes de dar un paso una luz blanca las empezó a rodear, se asustó.

—... Nao...—Susurró Laala.

Y desaparecieron.

Parpadeo un par de veces para poder enfocar su mirada para después mirar con asombro como ahora se encontraba en un lugar totalmente diferente y desconocido, podía ver una fuente y varios locales con varias (muchas) chicas pasando una tras otras m...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Parpadeo un par de veces para poder enfocar su mirada para después mirar con asombro como ahora se encontraba en un lugar totalmente diferente y desconocido, podía ver una fuente y varios locales con varias (muchas) chicas pasando una tras otras mientras reían y en la pantalla se trasmitía algún concurso.

—Ugh... mm...—

Apresurada volteó hacia su espalda notando que aún cargaba a Laala, la cual, ahora tenía las mejillas rosadas y algunas gotas de sudor diminutas, ¡cierto! Debía de llevarla al médico, por que al parecer la temperatura había aumentado en un corto periodo de tiempo.

—¿... Laala?—

Giro con lentitud sin querer molestar a la peli-lila, y se encontró con un castaña que tenía los ojos cristalizados como si estuviera apunto de llorar y una mano extendida, como si quesera tocar a la mencionada pero le pareciera un ilusión; aún confundida decidió hablar.

—¿Quien eres... y conoces a Laala-san?—

Como si hubieran roto su burbuja se sobresaltó para mirarla, se frotó los ojos para ahuyentar las lágrimas y después sonreírle suavemente.

—La conozco, después de todo es mi mejor amiga pero hace mucho que no nos vemos. Mi nombre es Nao—Miró el estado de la peli-lila—Ven, acompáñame. Conozco un lugar para que puedan descansar—

La Diosa Laala [Pripara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora