Capítulo 2.

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28 de mayo de 2008.

«Estoy muy cansada.»

En días como esto no me provoca nada más que quedarme acostada. Mi esposo entra a la habitación vestido con su traje impecable y una sonrisa. Al verme esa sonrisa cambia un poco.

—¿Estás cansada? —No puedo mentirle así que asiento. —Bueno llamaré a la madre de Yasmine para que no la traiga.

Recuerdo en ese momento que la amiga de Sky viene a visitarla más tarde. No quiero quitarle eso a mi hija.

—No, solo es cansancio por no dormir, yo dormiré un rato y estaré como nueva cuando despierte.

Él me ve un rato, se acerca a mí y se sienta en la cama conmigo.

—Por hoy te creeré, dejaré a los niños.

—No, sabes que no me gusta que falten a la escuela. Ya este año han faltado mucho.

—No me pidas que te deje sola, no me pidas que no me preocupe, Stephanie.

Suspiro.

—No te pido que no te preocupes, solo que ya no quiero que ellos falten a la escuela y que tú faltes al trabajo.

—Solo tengo una reunión importante en la tarde, me quedaré aquí hasta verte dormida. Y no aceptaré un no por respuesta.

Asiento. Mis hijos entran a la habitación.

—Ya estamos listos, papá. —Dice Cody. Veo a Sky molesta.

—¿Qué tienes, cariño? —Le pregunto.

—Cody.

—¿Qué te hizo Cody?

—Mira como está vestido, le dije que esa camisa no combinaba con esos pantalones pero no me hace caso.

Me quedo sorprendida viendo a mi hija, mi esposo se ríe.

—Creo que alguien va a ser como su mami. —Dice riéndose y me contagia. Veo a mi hijo y mira exasperado a Sky.

—Hija, aprecio que te preocupes por la imagen de tu hermano, pero si él es feliz con su ropa tienes que dejarlo.

—Niños, su mamá quiere dormir, me quedaré con ella hasta que se duerma y le pediré a Henry que los lleve.

Skylar olvida su enojo y se acerca a mí.

—Yo te ayudo a dormir, mami. —Bendita inocencia de mi hija. Pero soy incapaz de decirle que no por lo que asiento.

Ella empieza a cantar Estrellita ¿dónde estás? Con su adorable voz, cierro los ojos y me duermo tranquila.

...

Me despierto y aunque aún me siento cansada no es tanto como en la mañana, alcanzo a ver el reloj y me doy cuenta que es casi medio día.

Me levanto y bajo a la cocina. Mi esposo y mis hijos aún no han llegado por lo que me pongo hacer la comida. Entra a la cocina, la señora Faith.

—Señora Greenwood ¿Qué hace levantada?

—Quise hacerle la comida a mi familia, señora Faith. Por favor, me siento con ánimo de hacerlo.

Ella aprieta los labios, pero asiente y me ayuda. Hablamos un rato, ella es un amor conmigo.

Llegan mis hijos y mi esposo.

—Bienvenidos a los tres.

Le doy un beso a mi esposo.

—Supongo que te sientes mejor.

Dejándote Mi Mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora