24 de abril de 2008.
Me despierto muy temprano, empiezo a buscar el regalo de Cody y bajo para buscar su pastel, mi esposo me sigue y me quita el pastel de las manos. Escuchamos que abren una puerta con cuidado y es mi hija, ella pone un dedo sobre sus labios para decirnos que hagamos silencio.
Vamos los tres al cuarto de Cody, empezamos a cantarle Cumpleaños Feliz, él sonríe y sopla las velitas.
—Feliz cumpleaños, hijo. —Le doy un beso y un abrazo fuerte.
—Gracias, mamá.
Mi esposo y Skylar también lo felicitan y le dan sus regalos. Pasamos toda la mañana juntos en la sala, como hoy es su cumpleaños hago sus comidas favoritas y su pastel favorito.
Mi madre y hermana vienen, muchos amigos de mi hijo también lo visitan. Estoy ajetreada y llega un punto en el que me canso y me siento en una silla. En ese momento entra mi hermana y se preocupa al verme.
—Steph ¿Estás bien?
—Sí, solo me cansé por el ajetreo de hoy. —La miro y le sonrío. —Me recuerda a cuando nació, no pude estar tranquila hasta tenerlo en mis brazos.
Ella me sonríe con ternura y se sienta junto a mí.
—Matt estaba asustado y nervioso, y papá solo se burlaba de él. —Se ríe recordando. —Estuvo tan feliz cuando vio a Cody y aún más al ver que tenía los ojos azules.
Recuerdo cómo fue ese día, jamás lo olvidaré, fue el día en que nació mi primer tesoro y el día en que me convertí en madre por primera vez.
24 de abril de 1998.
—¡Ah! ¡Me duele!
—Calma, Steph. Desearía que no te dolería tanto.—Matt está muy nervioso.
—Muy bien, Stephanie. Llegó la hora, va ser un proceso más doloroso, pero bien dicen que la mujer está hecha para soportarlo.—Me dice mi doctor tratando de calmarme.
¡Otra contracción!
—¡Ah!
—¿Todo listo?
—Todo listo, doctor. Incluso tenemos preparado algo por si el señor se desmaya, petición del padre de la señora.
El doctor se ríe y asiente.
—Cuando te indique, quiero que pujes con todas tus fuerzas.
Matt toma mi mano y me da una sonrisa nerviosa.
—¡Ahora!
Pujo con todas mis fuerzas.
—¡Ah!
—Otra vez.
Hacemos lo mismo por unas dos horas. Llega un momento en el que me encuentro exhausta y solo quiero dormir.
—Ya veo la cabeza, falta poco señora Greenwood.
—Vamos, Steph, demuestra lo fuerte que eres y la increíble madre que serás.—Matt me alienta.
Pujo una vez más y se escucha un llanto.
—Felicidades, es un varón. Papá, puedes venir a cortar el cordón.
Me acuesto sin fuerzas, una enfermera me seca el sudor.
—Lo hizo muy bien, señora.
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Dejándote Mi Mundo.
Short StoryLa vida es efímera. Más para uno que para otros, y cuando llega el momento de partir es difícil. No por quién se va, sino por quién se queda. Y no es solo que alguien se muera, es el tiempo que pasa muerto. Stephanie Greenwood pasa por muchos desafí...