Supermarket ღ JaemRen

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Por alguna razón, sintió una especie de miedo súbito en su interior, temiendo la pronta respuesta que estaba a punto de recibir. 

— Bueno, más que condición, lo llamaría favor, y te quería preguntar si algún día pudieras presentarme a tus amigos, ya que soy nuevo por aquí y no conozco a nadie. 

El menor, algo avergonzado por la petición que él mismo había hecho, miró a Renjun, expectante a su expresión facial, que tenía un aire de preocupación. 

Bien, ¿ahora cómo Renjun iba a decirle a Jaemin que sólo tenia un amigo, o como mucho, dos? 

— Ehm... Jaemin, digamos que no soy muy de hacer amistades y, yo... 

Renjun rascó su nuca sin saber cómo continuar, algo desanimado por no poder ayudar a su menor con la propuesta. 

— Perdóname, Ren, no quise hacerte sentir incómodo, saca el móvil y apunta, ¿vale? 

Jaemin calmarlo con una dulce sonrisa, funcionando aquello a la perfección. 

— Bien, gracias Jaem.         

Habían pasado un par de semanas desde lo sucedido, Renjun, como había prometido al menor el mismo día que intercambiaron números de teléfono, fue todas las mañanas sin excepción alguna a hacer algunas compras, entre ellas una bolsa de patatas, un refresco y bananas, entre otros alimentos de poca importancia. 

El rubio aún no se había atrevido a mensajear a quien ya consideraba su amigo, y para la suerte de Renjun, este último no había comentado nada sobre ello en las charlas matutinas de tres horas que se habían hecho costumbre para ambos. 

Se encontraba abrazando a su móvil, probablemente fué el abrazo más fuerte y duradero que había tenido con algo o alguien.

Se debatía mentalmente si debía enviarle un mensaje o no, porque, sí, él quería juntarse con Jaemin lo antes posible, pero por alguna razón completamente desconocida le daba algo de vergüenza. Sin embargo, sabía que aquel pequeño sentimiento de pena no tendría color a lo que iba a sentir cuando Jaemin le preguntase si es que le iba a escribir o no. 

— ¡No sé qué hacer! 

Exclamó con una con una expresión de fastidio. Miró contacto con algo de miedo y su dedo tembloroso se acercó a este, presionándolo despacio. 

Tras aquella acción, el chat vacío apareció en la pantalla del aparato. El chico tardó lo suyo en decidirse, pero al final optó por mandar un mensaje sencillo, saludando y presentándose. 

Para: Jaem 💗
¡Hola! Soy yo, Renjun 😀

Finalmente mandó el mensaje y se fue a dar un baño. Jugó videojuegos toda la tarde, al acostarse, cayó dormido con suma rapidez a causa del cansancio producido por mirar una pantalla durante tantas horas, como consecuencia olvidando revisar si cierto chico de cabello negro azabache había respondido su mensaje.