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Capítulo 2

Jungkook

Cerrando mis ojos, permito que su cálido cuerpo se moldee contra mí y egoístamente tomo lo que él me está ofreciendo. Envuelvo mis brazos alrededor de su cintura y tiro de él más cerca, sabiendo que debería parar, pero incapaz de hacerlo. Él encaja perfectamente contra mí, como si estuviera destinado a ser mío. Hecho sólo para mí. Perfección que tengo pensado mantener conmigo. 

"¿Cuál es tu nombre, Pequeño?" pregunto, tratando de suavizar mi voz, no queriendo asustarlo mientras presiono mi cara en su claro cabello como una flor de vainilla y siento la dulce fragancia de pétalos de rosa. Es la cosa más dulce que he suspirado en mi vida.

Él retrocedo sólo un poco para mirarme a los ojos. Sus ojos claros están grandes por el asombro. 

"Jimin."

Su sonrisa es cálida y él me mira como si yo hubiera venido a salvarlo. Tal vez sí.

La mirada de confianza que me brinda es casi suficiente para ponerme de rodillas. Es inocente y puro, como si nada sucio lo hubiera tocado alguna vez, no como las personas que usualmente se me insinúan. Me miran como si tuvieran una ventaja. Ellas piensan que, porque me veo rudo alrededor de los bordes, tal vez incluso un poco peligroso, eso es lo que voy a darles. Las dulces e inocentes ni siquiera me miran, pero esté simplemente se lanzó contra mí. Él ni siquiera sabe que debería estar asustado, que cuando él saltó a mis brazos, selló su destino.

"Soy Jungkook y tú eres mío ahora, Jimin." Digo, moviendo mis manos hacia abajo y ahuecando su trasero con un agarre posesivo.

"Me perteneces." Aprieto su suave carne, mostrándole cuan ciertas son mis palabras, sólo a mí. Me pertenece sólo a mí.

Él sonríe otra vez y asiente con su cabeza, haciendo que su cabello se mueva.

"¿Qué te tomó tanto tiempo?" él susurra, con esa mirada de asombro todavía en su rostro.

No puedo más que reírme un poco.

"Tenía que encontrarte, bebé. Te estabas escondiendo de mí" bromeo. No tengo ni idea de lo que está pasando aquí, pero me importa una mierda. Ni siquiera puedo hacer que me importe. Todo lo que sé que me importa en este momento es asegurarme de que nadie lo aparte de mí y que su dulce y pequeño culo se quede justo donde está; en mis manos.

Él presiona su pecho contra el mío y coloca su peso sobre mí. Lo tomo en brazos allí mismo, en las escaleras y él rodea mi cintura con sus piernas, justo como si lo hubiera estado haciendo por años.

"No volveré a esconderme de ti nunca más." susurra.

Muevo su cuerpo contra mi dura polla y saco todo pensamiento coherente de mi cabeza. Esta es mi mayor fantasía haciéndose realidad y no voy a cuestionar nada. No me voy a concentrar en nada más que en Jimin y en hacer mío cada centímetro de su cuerpo.

Porque una parte de mí piensa que esto es demasiado bueno para ser cierto. Tal vez todavía estoy en casa, en mi vacío y frío condominio, dormido y soñando con el chico perfecto. Porque eso es lo que él es. Él es todo lo que yo soñé. Esas noches cuando me recostaba en mi cama y me acariciaba para liberarme, lo hacía pensando en él.

"No, no lo harás. No volverás a estar lejos de mí de nuevo" gruño, colocándolo incluso un poco más cerca, porque no quiero que haya siquiera algo de espacio entre nosotros. No le daré a él la oportunidad de esconderse.

 "¿Qué pasa ahora?" él mira alrededor de la casa y una mirada de inseguridad cruza su rostro.

"Ahora, mi dulce niño, te llevaré arriba y me mostraras lo que me pertenece."

Sus ojos vuelan de vuelta a los míos y se ruboriza.

"He leído en mis libros lo que pasa después." Él duda durante un minuto, sus mejillas tornándose de un rosa aún más fuerte. Su piel luce como si nunca hubiera sido tocada por el sol. Ni siquiera sabía que los hombres podían sonrojarse de tal forma.

"Nunca antes he hecho algo de eso."

"Bien." bramo, una profunda necesidad bárbara circula por mi cuerpo al saber que seré su primero. Su último. Su todo. Le enseñaré todo lo que sabrá de sexo. Cada beso, toque, orgasmo estará en mis manos. Subo las escaleras de dos escalones y me aseguro que mi agarre sobre él esté firme.

"Muéstrame tu cuarto."

Él me señala la dirección y yo avanzo hacia allá. Mi polla me está guiando y he dejado toda mi cordura en la puerta de la entrada. Tengo la sensación de que con él, tal vez nunca lo vuelva a tener. No con todos los pensamientos que nunca antes había tenido. Deseos, anhelos, esperanzas, todo lo que nunca había imaginado... hasta ahora.

Lo llevo por un largo pasillo y cuando llegamos al final, tengo frente a mí grandes puertas dobles. Entro y las pateo fuerte detrás de nosotros, encerrándonos dentro. Quiero tantas puertas cerradas como sea posible entre nosotros y el resto del mundo.

Su habitación está un poco vacía. Sólo una cama con dosel envuelta en tela de gasa verde. Una cómoda está a un lado, pero no hay otro mueble del cual hablar. Grandes vitrales recubren la habitación, vertiéndola de color y luz solar.

Después de mi rápido escaneo alrededor de la habitación, mi necesidad palpita y no puedo contenerme por más tiempo. Lo llevo hacia la cama y lo siento en el borde de la misma, luego me arrodillo delante de él.

"Desnúdate, Jimin" digo con los dientes apretados. "Quiero ver lo que me pertenece."

Veo que sus dedos nerviosos se dirigen hacia abajo y se deslizan lentamente quitando su ropa. Con impaciencia, empujo sus muslos para abrirlos ampliamente, haciéndole saber que estoy listo. Mi boca se hace agua ante la vista de sus cremosos muslos y puedo ver a través de su ropa interior. Sé que en solo un milímetro o dos más, él se revelará, y no me negará nada. Continúa quitando su ropa, haciendo el resto del camino y me muestra su polla. Hay un pequeña zona cubierta con pelo encima de ella, pero por lo demás se ve joven y mojado. Su glande está mojado por la necesidad, todo rogando por mi boca. Empujo sus rodillas un poco más, queriendo ver su culo virgen. Cuando él se inclina hacia atrás y veo el pequeño orificio de su ano, siento que mi polla gotea un poco en mis pantalones.

Él es virgen y yo asiento con aprobación.

"Bueno dulce bebé. Esperaste por mí."

"

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ɪɴᴛᴀᴄᴛᴏ.  [KM 국민]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora