Capítulo 1: " Ziua în Care ai la Mine"

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Aesop Carl

Yo vivía en una aldea con mi padre, claro que no recibí mucho afecto de él, desde que mamá murió no he tenido la vida fácil, a pesar de tener amigos y tener un trabajo exitoso como exorcista, mi familia es lo que siempre me hace infeliz, por muchos años me aguanté sus insultos y abusos, pero esto es lo que más me lastima.

Pensé que era un día común y corriente, matando demonios débiles y protegiendo a lo que llamo hogar, cuando fuí a visitar a mi mamá en el cementerio, me dieron un golpe y no recuerdo más...ahora, me dieron como ofrenda para nuestro rey. Nosotros somos gobernados por un vampiro, uno de los muchos demonios que son más poderosos y son inmortales, nada puede acabar con ellos, muchos lo han intentado, pero solo terminan muertos, y ahora mi propio pueblo me ha traicionado, años de protegerlos de los demonios y así me lo agradecen, ojalá una desgracia les ocurra, esto me duele mucho.

Me alegro de tener este velo o lo que sea tapando mi vista, los aldeanos me dejaron a la entrada del castillo, cuando escuché un ruido extraño cerré los ojos, pueda que sea exorcista, pero al creer que voy a terminar mi vida de esta forma, me doy el permiso de llorar, de la nada algo cayó frente a mí, escuché una risa, mi vida ha terminado.

Joseph: Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí?, otro humano que impide que su aldea sea destruida por mí- al menos odia esa aldea como yo- bueno, veré tu rostro antes de comértelo- me arrancó el velo y abrí los ojos, ví que se quedó estatua por un momento, de la nada me abrazó- eres tán adorable- eso no me lo esperaba- no voy a matarte- eso me alegra un poco, pero no quiero volver a esa aldea- te quedarás conmigo.

Aesop: Soy un exorcista- secó mis lágrimas.

Joseph: Eso no me impide nada cariño, te ayudaré a mejorar tus habiliades, pero a cambio serás mi "esposa" y jamás te dejaré ir- reconosco que es guapo, tal vez no sea tan malo, además, a mi siempre me gustaron los hombres- ¿qué dices?- traicionar a los humanos...mi propia especie y a mi aldea.

Aesop: Acepto-  besó mi mano y sentí mis mejillas arder, creo que tomé una buena desición.

Joseph: Te haré muy feliz querido, te lo prometo- tomó mi mano y entramos al castillo- te daré un recorrido, así no te vas a perder- esto será interesante.

Me enseño todo, la cocina queda en el primer piso, eso me alegra, si llego a tener hambre o sed puedo buscar comida fácilmente, este lugar tiene muchos pasillos, menos mal los reconosco por los tapices, unos tienen imágenes de aldeas, otros de guerra y otros de actividades cotidianas, hay sala de juegos, reuniones, una biblioteca, una salón de armas, pero no puedo entrar ahí a menos que me dé permiso, también tiene un bello jardín, ojalá me deje arreglarlo, al final de todo llegamos a su habitación, no duerme en un ataúd como nos dicen, tiene una cama enorme, un bello armario de metal, un tocador muy bello, jamás pensé que esto me podría pasar, al final nos sentamos en la cama.

Joseph: ¿Cómo te llamas?, yo me llamo Joseph Desaulniers.

Aesop: Me llamo Aesop Carl- acarició mi mejilla, a pesar de ser un vampiro, es muy amable, o al menos conmigo.

Joseph: Te veo decaído mi amor, ¿qué pasa?- veo que no soy bueno ocultando mis emociones.

Aesop: Solo que...aún no puedo creer que la aldea me haya abandonado, ser exorcista no es fácil, aún no logro procesarlo- me abrazó y yo correspondí.

Joseph: Lo sé, entre nosotros, los demonios siempre pensamos que el humano es más cruel, por eso lo destruimos- sonará cruel, pero me hizo reír- me encanta verte feliz, ¿tienes hambre?- asentí con la cabeza, bajamos a la cocina y había comida, carne, vegetales y fruta- ya sé dirás que es extraño, ven- tomé una manzana y lo seguí, me llevó a un cultuvo- es solo mío.

Aesop: Pensé que los vampiros no comían algo que no fuera sangre.

Joseph: Y eso es verdad, lo hice por curiosidad hace poco, pero te servirá más a tí, yo suelo cazar en la noche- eso si no lo sabía, ni se me pasó por la mente, me pregunto que más voy a vivir.

Joseph Desaulniers

Mi Aesop...cuando te ví jamás pensé que fueras tan hermoso, y menos viniendo de una aldea tan miserable, donde la gente es egoísta y solo piensan en ellos mismos, pensé que esa gente ya se había muerto, pero me trajo algo mejor que alimento, me trajo a mi pareja.

Además de su belleza encantadora, su sangre, ese olor tan puro y un poco dulce, no me sorprende que intentaran desahacerse de esta maravilla, te impresionas facilmente, y al parecer confías en mí, hay secretos que tal ve te desagraden de mí, pero con el tiempo los descubrirás.

En la noche...

Veo que sigues decaído, no es por tu aldea, ese dolor va de más allá de eso, ¿será que viene de tu familia?, debo saber esa razón, y aprovechando que nos estamos conociendo..

Joseph: Amor- me miraste, esos ojos tuyos me encantan- sigues decaído, ¿quieres contarme algo?, no me gusta verte así- bajaste la mirada con tristeza, sueltalo mi vida.

Aesop: Solo que....jamás había tenido amor como el que tu me das- te cuesta decir las palabras- cuando era pequeño vivía feliz con mi mamá y mi papá, pero...en poco tiempo mi mamá enfermó, cuando murió, mi padre dejó de quererme, así que tuve que arreglarme las cosas, y a pesar de los años, de lo que he logrado, jamás me dió una muestra de afecto, y ahora que me dieron de sacrificio, de verdad pensé...que no valía nada.

Joseph: No llores más, amado mío- de verdad te duele, y mucho- ven aquí- lo abracé y acaricié su cabeza- no pienses eso jamás, tu eres valioso, me imagino que tu madre lo veía así- me miró y secó sus lágrimas- ¿te parece si una noche vamos a visitarla?

Aesop: ¿De verdad?- asentí con la cabeza- muchas gracias- Aesop odia esa aldea con todo su ser, eso me da permiso de destruirla, pero dejaré el cementerio intacto, aún necesita de su mamá, y eso lo voy a respetar.

Joseph: Ya regreso, debo ir por mi alimento- salí por el balcón, abrí mis alas y empecé mi búsqueda, lo único de esa aldea que me es útil es la sangre, con un rasguño ya están mueros, que debiles, que insignificantes, en esta noche logré asesinar a media aldea y uno que otro demonio inútil, y conseguí mucha sangre que puedo almacenar, así puedo pasar más tiempo con mi Aesop, cuando regresé mi amado ya estaba dormido, dejé mis suministros en la cocina y regresé, me acomodé y lo ví dormir, después el sueño me ganó también...

Hasta el próximo capítulo....

Symphony of The VampireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora