Follar para no llorar (Megumi Fushiguro X Lectora +18)

Capítulo 4: El miedo a decir adiós

Ser ascendidos a ese nivel después de cierto evento  los llenaba de orgullo y grandeza, a mí por otro lado me fastidiaba el hecho de que íbamos a tener que esforzarnos más.

—(...), toma.

—Gracias, Megumi.

Megumi se sentó a mi lado y tomamos café viendo a los demás entrenar.

—¿No le harás compañía?

—En un momento.

—Bien.

—Estás decaída. ¿Has estado durmiendo  bien?

—Duermo contigo, Megumi.

Megumi se sonrojó con leve molestia, exaltándose para responderme  de forma graciosa:

—¡Eso pasa a veces! Y deja de decir cosas vergonzosas.

Puse mi mano en su mejilla, le sonreí frotando mi nariz con la suya. Megumi tenía un lado tímido que se le escapaba con mis gestos. Aquel momento fue interrumpido por las miradas de los demás, y tan pronto como nos percatamos nos separamos incómodos.

Maki:—Están más concentrados en romances que en mejorar.

Yuji y Nobara nos miraban en gracia y Gojo ponía una mano en su cintura haciendo una pose sexy.

A pesar de que era una hechicera, estaba más enfocada en Megumi que en mis labores. Quería estar mucho tiempo con él porque lo necesitaba, esto evidentemente empezó a ser una molestia para él puesto que tenía más responsabilidades y necesitaba mucho espacio.

No lo entendía del todo, Megumi era serio y frío, cuando estábamos a solas se tomaba el atrevimiento de acariciarme, en la cama me poseía con potencia pero a la luz del día muchas veces me trataba como a todos los demás.
Es Megumi después de todo y yo lo amaba tal y cual, pero cuando se comportaba frío las palabras de Mai me resonaban en la cabeza con dureza.

—¡Ah! ¡Ahh!

—¡Ah! Baja lo voz...los demás pueden escuchar.

Estaba acostada en la cama boca abajo y Megumi encima de mí embistiéndome sin piedad. La cama vulgar no dejaba de moverse al ritmo de los gemidos que tuve que suprimir por la advertencia de Megumi, pero no importa después pensé, ellos ya saben que hemos follado.

Megumi se corrió dentro de mí, se tiró después a mi lado recuperando al aliento mirando al techo.
Me volteé en la misma posición, ambos al lado del otro con la mirada en el techo.

—No deberías ir.

—¿A dónde?

—A la misión de hoy.

—¿Por qué?

Megumi se puso de pie para empezar a vestirse al mismo tiempo hablaba con paciencia.

—No te veo muy bien.

—Ya basta Megumi, soy una hechicera. Entiendo que te preocupes por mí pero es nuestro deber.

No me miró, su mirada se dirigió al piso y después salió de la habitación.

El 31 de octubre conocimos el verdadero infierno en Shibuya. La situación estaba demasiado complicada para todos.

—¡No te separes de mí!

—¡Basta Megumi! Deja de cuidarme como una niña chiquita, tengo que ir con Nobara.

—¡(...)!

Pero Megumi no pudo ir detrás de mí, alguien más se lo impidió.

—¡(...)!—Me gritó viéndome partir—Por favor...regresa a mí a salvo.