Mi mejor rival

"La chica encantó"

Sábado
(semifinal de Barchet vs Atlético Real)

Tenía el destino de la final en sus pies, si ese balón entraba en la portería provocándo el gol y si su portera lograba detener el último penal del otro equipo, entonces estarían en la final celebrando un nuevo triunfo.

Posicionó el balón en la marca que el árbitro señalaba, avanzó tres pasos para atrás. Miro los ojos de la chica que tenía al frente lista para terminar con sus planes  y tiro.
El equipo de Barchet veía como si el balón fuera en camara lenta directo a Samanta que logro adivinar hacia donde iba.
Con su puño lo impacto desviando hacía arriba lo más lejos posible de su portería.

Era el turno de Samanta, se acercó y coloco el balón a su particular modo.
Ella siempre tiraba el último penal siempre que terminaban en ese estilo de desempate porque tenía una potencia increíble en el pie que le daba un efecto a su tiro especial; "el tiro fantasma". Su entrenador lo título de esa forma porque va con tanta fuerza que para el portero en posición era imposible de notar y que pudiera actuar a tiempo.

Toda la porra de Barchet salto en sus asientos, el equipo completo corrio al encuentro de Samanta alzando por los aires su alto cuerpo. Las felicitaciones para Juliet no se esfumaron, gracias a su incansable sed de victoria fue que lograron remontar un partido en donde iban perdiendo tres a uno.

Mientras el equipo festejaba, Juliet se dio una escapada sin que se dieran cuenta para poder saludar a Michell que no se había perdido ni un solo minuto del partido, bueno, quizá un poco si, se perdió unas cuantas jugadas porque no podía despegar la vista de Juliet pero esas eran pequeñas complicaciones.

La esperaba debajo de las gradas. Tenía puesta una gorra fallando en intentar disimular que no era Michell Hatrine quien acababa de abrazar por la cintura a Juliet Carson para felicitarla por su victoria.

—Felicidades, en verdad no creí que fueras a llegar a la final —se burló Michell.

No quería alejar sus manos de la cintura de Juliet y Juliet tampoco deseaba que esas delicadas manos se separaran de ella, pero así tenía que ser y -por áhora- debía alejarse.
No habían pensado en lo extraño que era que solo en dos semanas habían creado una amistad y que de manera fácil la una se había acostumbrado y encariñado con la otra, lo que hacía más difícil que quisieran separarse o aceptarán el alejamiento del cuerpo de cada una.

—Veremos si tú llegas. —se soltó su cabello con la intención de volverlo a atar en una coleta.

—Pan comido —alardeo. Tomo las manos de Juliet cuando ella las iba a llevar a su cabello —Te ves linda con el cabello suelto. 

Una sonrisa tímida apareció en el rostro de Juliet. No odiaba la manera en la que sentir el contacto de Michell de repente le detenía el corazón, mucho menos las veces en las que lo hacía volver a latir solo por unas cuantas palabras que sabía bien, Michell no estaba consciente de lo que provocaba en ella.
Parecía que Hatrine había sido abducida por los alienígenas y en su lugar dejaron a Michell, que no paraba de hacer sentir única a Carson solo con palabras inconcientes.

—¿Crees que será fácil ganarle al equipo más sucio del torneo?.

—No lo creo, estoy segura.

—estoy consciente de que una de ellas suele ser muy aguerrida —sin pensarlo, su mano busco la de Michell —y cuando va perdiendo suele comenzar a jugar sucio.

Cuando la encontro fue bien recibida, entrelazaron sus dedos generando un fuerte agarre entre ambas.
Parecía que sus manos tenían conciencia propia y entendieran que cada una quería tener el placer de tocar a la otra.