"El pasto amortiguara tu caída"

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Su jefe e hijo ya se habían ido y por culpa del equipo Barchet, del que ya solo quedaban unas ocho jugadoras -entre ellas las titulares-, se había tenido que quedar de nuevo a cerrar el lugar. El día siguiente era lunes lo que significa que la primer clase era Física y de esa materia aún tenía un proyecto que finalizar.

«¿Qué acaso ellas no dormían?, Deben ser una especie rara de vampiros»

Sus pensamientos nunca la abandonaban, por eso ella misma era su persona favorita en esta vida.
Dispuesta a correr a las chicas, se puso con fuerza en su hombro izquierdo la servilleta con la que limpiaba las mesas, avanzó con firmeza, total, su jefe ya se había ido, el grupo ya no pedía nada más y aunque lo hicieran ya no había nada que ofrecer ya que el cocinero también se había ido.

—Estoy por cerrar, necesito que se vayan —invito con una sonrisa.

—preferiría que me trajeras un vaso de agua, por favor —alardeo aquella defensa insoportable.

—Ya no hay servicio, así que les pido se retiren, necesito cerrar.

—Vamos chicas, nosotras también tenemos que descansar.

Juliet se puso de pie evitando que Marieta volviera a abrir la boca para probablemente insultar a Michell.
Una sonrisa de la peliazul se dirijio a Juliet. Todos sabían que desde hace cuatro años, Juliet Carson y Michell Hatrine eran rivales por ser las dos chicas con mejores regates, su manera tan especial de hacer goles y enloquecer a las contrarias.
Apesar de que todos decían que no se soportaban, la verdad era que ninguna de las dos se veían con odió, al contrario, se veían la una a la otra como una motivación para ser mejor cada día. Su sentimiento de rivalidad no era como el que Marieta tenía contra todos en general, ella solia ser algo agresiva cuando no hacen lo que pide o cuando va perdiendo, algunas veces llegaba a ser una tonta testaruda.

—solo una pregunta, ¿Aún te duelen aquellas finales? —se burló Marieta también poniéndose de pie.

—tu novia me dijo que te mandaba saludos —Juliet soltó una risa por lo bajo cuando miro la sonrisa de Michell y la cara llena de coraje de Marieta.

Durante el segundo enfrentamiento de Farweel y Barchet en una final, se había corrido el rumor de que Michell había estado coqueteando con, su ahora, ex-novia de Marieta. Un rumor totalmente falso entre bocas de las otras rivales y algunas mismas amigas de Marieta lo que lo había hecho ver aún más real.
Juliet sabía que aquella chica se había enterado sobre la bisexualidad de Michell y había querido intentar algo con la chica que comenzaba a tener fama por su talento en el futbol. Lastimosamente para ella, Michell no le hizo el mínimo caso. Aunque ahora con ese comentario a Juliet le quedaba claro que a la peliazul siempre le parecía divertido contraatacar los insultos de Marieta con aquel medio falso rumor.

—Juliet te pateara el trasero en el próximo partido en el que nos enfrentemos. —su equipo apoyo el comentario —Vamos, dicelo —animo a Juliet.

—No es necesario, ella ya sabe que soy mejor —alardeo Juliet.

—En tus sueños solamente —. Contraatacó Michell.

—los dos trofeos que te arrebaté dicen que en los tuyos aún lloras —se burló Juliet.

—los sueños en los que has aparecido no son lo que crees.

Cada una daba un paso al frente solo para mostrar que ninguna tenía miedo de la otra, paso tras paso delante de algún comentario ofensivo hacia que el espacio entre ambas se acabará. Juliet sentía la respiración de Michell y Michell la de Juliet.

—Nos vemos en la final —. Michell enderezaba la espalda y alzaba la vista para intentar estar a la altura de su contrincante.

—Si es que llegas. —Juliet se burló con el apoyo de sus compañeras detrás, menos el de una.

Mi mejor rivalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora