𝘋𝘪𝘧𝘧𝘦𝘳𝘦𝘯𝘵 𝘓𝘪𝘷𝘦 / 𝘚𝘱𝘢𝘳𝘵𝘰𝘳 𝘰𝘯𝘦 - 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴 ❦

▼ 𝑻𝒊𝒆𝒏𝒅𝒂 (1) ▼

Era un día normal para Andrés, un día laboral como cualquier otro.
Vendiendo frutas en su tienda, y esperando a que algún cliente venga, ya que apenas había iniciado con eso hace una semana, y no le hiba mal a decir verdad.

Se estaba aburriendo un poco, así que se puse a juguetear con su celular por un rato, esperar a que un cliente venga a tu tienda por más de 15 minutos, no es muy entretenido.

Pero esa presencia de aburrimiento se esfumó cuando escuchó que alguién lo llamaba

— ¡Hey! ¡Hola! — Dijo con alegría y energías, un joven, que parecía ser un extrajero

— ¡Bu - Buenas tardes! — Dijo sorprendido Andrés, mientras guardaba su celular en el cangurito, que lo tenía colgado en su vientre — ¿Que desea?

— Hmm... ¿Tiene manzanas rojas?

— ¡Claro! ¿Cuantas desea?

— Solamente tres, por favor — Dijo señalando la cantidad con los dedos de su mano derecha

— ¡Con gusto! Ya se los traigo — Dijo para después, dirigirse a buscar el estante en donde coloca las manzanas

— Aqui las tiene — Dijo Andrés mientras le ofrecía al chico, la bolsa que contenía las tres manzanas que pidió

— ¡Muchas gracias! .... Oye, siento que tienen un algo de parecido a ti — Dijo el chico mientras reía por lo que había, y que hizo sonrojar un poco a su contrario

— !!! E - eh... ¿Po - porque lo dice?...

— Es que mira, ¡son muy lindas! ¡Como tu!

— !!!! ¿Que diablos?... — Pensó Andrés con algo de incómodidad — Pues.... ¿Gracias?...

— No me lo agradezcas, y ahora, ¿cuanto es?

— Ah! Pues... Costarían unos... ¿Usted es extranjero?

— ¡Si! Vengo de Ecuador, pero estoy comenzando a vivir por aqui en España, recién llevó dos semanas acá

— ¡Wow! A que debe molar este país para tener ganas de vivir aquí — Dijo con un tono engreído Andrés

— La verdad que si, aún debo de aprender un poco sobre el lenguaje español, para poder entender algunas palabras

— ¡Te puedo enseñar!

— !! ¿¡De verás!? — Dijo emocionado el chico

— ¡Claro! Pero serían los sábados y domingos, ya que solamente esos días tengo para estar disponible

— ¡Genial!, Maestro...

— Andrés, me llamó Andrés

— Bien, y yo me llamó Ari — Dijo para después, extender su mano al frente de Andrés, y este aceptó

— Mejor ya te doy el precio de las manzanas

— Ah, verdad! Se me había olvidado jeje...

— A mi igual, son... Diecisiete euros

—  Ok — Le entrega los diecisiete euros, acompañado de una tarjeta pequeña

— ¡guay! Eh... ¿Porque hay una tarjeta aquí?

— Es mi número — Dijo sonriente — ¡Espero tu llamada o mensaje el Sábado! ¡Adios! — Dijo mientras se hiba de la tienda de Andrés

— !!...

¿¡Pero que coño acaba de pasar!?

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